Algunas bebidas aportan más calorías de lo que creemos, por lo que deberíamos tenerlas en cuenta en el cómputo total de la ingesta energéticaHay que evitar el consumo de refrescos azucarados.
Al igual que sucede con los alimentos sólidos, donde encontramos un amplio abanico de rangos calóricos, con los alimentos líquidos, es decir, con las bebidas, ocurre exactamente lo mismo. Podemos encontrar bebidas que no aportan calorías mientras que otras pueden ser una auténtica bomba calórica. Por eso, siempre debemos tener presente que dependiendo de lo que bebamos, podemos incurrir en el error de estar aportando al organismo un exceso calórico sin darnos cuenta.
Este dato puede resultar de gran utilidad en aquellas estrategias nutricionales en las que deba tenerse en cuenta el recuento diario de calorías. De hecho, cuando los nutricionistas realizamos la primera entrevista nutricional a un paciente o cliente, tenemos una herramienta llamada 'cuestionario de frecuencia de consumo', a través del cual trazamos un mapa de los hábitos nutricionales de esa persona. De esta forma somos capaces de detectar dónde pueden estar cometiendo determinados excesos. En dicho cuestionario, además de los alimentos sólidos, también se tienen en cuenta las bebidas que se ingieren.
Ahora os estaréis preguntando: ¿y cuáles son esas bebidas con tantas calorías? Os lo contamos con detalle.
La trampa de los zumos
El primer caso, y el que me encuentro de forma más recurrente en consulta, es el de los zumos, ya sean naturales recién exprimidos en casa o los de brik. La población en general tiene la tendencia a pensar que los zumos son un alimento saludable y directamente se obvia el concepto de su aporte energético. Es preciso recalcar que un zumo equivale a una fuente de azúcar libre, aunque provenga de frutas y aunque sea recién exprimido en casa. El abuso de este tipo de bebidas, en cualquier caso, contribuye a un incremento significativo de las calorías y del consumo de azúcar libre.
El alcohol, gran enemigo
También encabezando la lista de los malos malísimos está el alcohol, en todas sus formas: cerveza, vino, licores, etc. Lo peor de estas bebidas no reside en su elevado aporte energético (1 g de alcohol aporta en torno a 7 kcal y para que tengáis una idea más aproximada, en una copa normal de vino, estamos ingiriendo en torno a 250 kcal… haced cálculos), sino que además sabemos que el alcohol deteriora la salud.
Bebidas isotónicas, no todas son buenas
Otro famoso grupo de bebidas en las que se obvia el contenido calórico es en las bebidas isotónicas. No será lo mismo la repercusión de este tipo de bebidas en deportistas profesionales, con los gramajes requeridos de hidratos de carbono simples en función de su disciplina deportiva, que la ingesta de ellas en una población general normal, con el fin de potenciar la recuperación post entrenamiento o ejercicio. Por lo general, estas bebidas tienen una versión sin azúcar añadido. Debéis comprobar el listado de ingredientes en primer lugar, donde no deberá aparecer el azúcar y después la tabla nutricional.
Los clásicos del verano
Además, ya conocéis el resto de refrescos, carbonatados o no, que también son ricos en azúcar libre, y que aportan un extra tanto de calorías como de nutrientes innecesarios para el organismo.
Ahora que llega el calor con estos otros tipos de bebidas veraniegas, tales como esos preparados con café tipo frappés, las horchatas, granizados, etc. Todos ellos son deliciosos y muy palatales, pero por su aporte energético no los podemos ingerir a demanda.
Pero también hay bebidas 'amigas'
Visto todo lo anterior repasemos la otra cara de la moneda. Ahora nos centramos en aquellas bebidas amigas que sí pueden acompañarnos en nuestros momentos de ocio y que, sin embargo, no cargarán la jornada de calorías innecesarias ni de azúcares libres:
El agua con gas o soda (gaseosa) resulta una bebida refrescante para la temporada que entra, además de aportar 0 calorías.
Agua natural aromatizada con frutas o con infusiones con hielo: hoy día tenemos tantos tipos de infusiones como días en el año. Incluso algunas de ellas se preparan en frío directamente.
Para alegrar un poquito esas comidas de ocio, y no ser tan radicales, podéis optar preferentemente por refrescos sin azúcar añadido tipo té helado o de sabores varios.
Si has de tomar zumos de frutas naturales, puedes hacerlos en versión smoothie o puré, con toda la fibra de la fruta y rebajarlos con un poquito de hielo picado, por ejemplo.
Recordad siempre que el secreto está en la moderación y que el conocimiento de estos factores nos hará tener la capacidad de decidir qué bebidas elegir, en qué momento y en qué cantidad, sin incurrir en un exceso de calorías ni de azúcares libres.
Sobre la autora: Raquel Capel (R. C.) es dietista-nutricionista deportiva y clínica, responsable de Nutrición del equipo Vikika Team, además de entrenadora personal.
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