"Llegué a firmar una declaración fruto de la tortura", dijo frente a los jueces del Tribunal Oral Federal.

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Baudino es oriundo de Caleufú. Cuando era estudiante universitario, fue secuestrado el día 23 de febrero de 1977 en Santa Rosa por personal policial, de civil, a las órdenes del Comando Militar de la Subzona 1.4.

Fue trasladado vendado y esposado a la Seccional Primera y la Unidad Regional. En la planta alta de esa dependencia, fue torturado periódicamente con aplicación de picana eléctrica. Finalmente admitió, debiendo mentir para no sufrir más tormentos, que pertenecía al Partido Comunista Revolucionario. "Las preguntas venían acompañado por golpes de picana en el torso. No recuerdo golpes. Terminaron cuando admití ser integrante de ese partido, que tenía posiciones en contra del golpe", dijo. "Yo no me consideraba integrante pero terminé firmando fruto de la tortura en base a golpes de picana eléctrica. Firmé la declaración bajo tortura".

Se le inició una causa, junto a otros, en el Juzgado Federal de esta ciudad. Fue llevado a la Unidad 4 del Servicio Penitenciario Federal y fue puesto a disposición del PEN por decreto 628/77 de fecha 10 de marzo de 1977. En abril del mismo año lo trasladaron en avión a la Unidad 9 de La Plata.

El actual rector recordó que escuchaba los partidos del Mundial 78 en la cárcel. "Veíamos el clima de acompañamiento de la población. Nos angustiaba nuestro futuro, por un lado deseábamos la libertad pero pensábamos en cómo nos iban a recibir, la marginación, que íbamos a ser despreciables", dijo. "Me golpeó muy fuerte cuando mis familiares me informaron que habían matado a Cristina Barbeito, una compañera del secundario. Fue muy duro para vivir adentro", agregó.

Recuperó su libertad el 17 de octubre de 1979 por decreto del PEN N° 2493/79. Quedó bajo el régimen de libertad vigilada y dijo que temía cómo iba a ser su reinserción social y profesional. "Mi miedo era la discriminación, mi objetivo era formar una familia y ese objetivo fue cumplido sobradamente", sostuvo. Para mí fue muy importante en el 83 cuando me ofrecieron ser director de Rentas de la municipalidad. En el 83 entré a una cátedra a la Facultad. Fueron reivindicaciones de que estábamos en un rumbo correcto, uno no había sembrado en vano, había solidaridad en la sociedad. Y la máxima consideración que recibí fue ser elegido rector".

El profesor pidió, al finalizar, memoria y justicia. "La apuesta de estos juicios es la comprobación jurídica de la verdad y la posibilidad de que las generaciones futuras entiendan de lo que somos capaces los seres humanos y no transcurramos por caminos similares", manifestó.