Por Jorge Conalbi Anzorena.
Aunque se trate de dos contiendas muy diferentes, la comparación resultará inevitable. Tanto el resultado de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) 2021 del próximo domingo, como su final en la elección de medio término del 14 de noviembre, serán leídas en Alta Gracia y Santa María en clave de interna con vistas a 2023. Poco importa que una elección legislativa nacional y una ejecutiva municipal tenga prácticamente nada que ver. Los brazos levantados -o las caras largas- de este 2021 serán proyectadas.
En la pelea de fondo de este 12 de septiembre, los principales candidatos de Juntos Por El Cambio -Luis Juez y Mario Negri- llegaron al final de campaña asegurando que “el lunes vamos a estar todos juntos”, pero disparándose munición tan gruesa que hace complejo pensar en el cómo se vuelve de ese lugar. “¡Cómo no te vas a mover de la foto, si estuviste 30 años en la cómoda!”, disparó Juez contra el radical que había afirmado que siempre había estado en el mismo lugar. “Nos hemos cuidado de agredir, y no porque nos faltaran ganas -replicó Negri- pero las soluciones que necesita el país no surgirán de bravuconadas, chistes o frases grandilocuentes”.
El eventual triunfo del líder del Frente Cívico en la interna de Juntos Por el Cambio es seguido con preocupación por un sector del gobierno provincial, que ve en Juez una amenaza con miras a 2023. No obstante, otros miembros del equipo del Gobernador sostienen que esa posibilidad sólo terminaría de fracturar la coalición opositora en Córdoba: “Al contrario, la proyección de Juez nos beneficia. No hay forma que los radicales se traguen ese sapo”, confió un funcionario que ingresa seguido en la Casa de Gobierno.
La definición de la interna de la principal fuerza opositora impactará en Alta Gracia, donde la concejala Amalia Vagni es precandidata a senadora suplente, justamente de Juez, en una ciudad en donde la mayor parte del radicalismo aparece encolumnado tras Negri y Ramón Javier Mestre. Habrá lecturas apuntando a las próximas municipales.
La otra batalla
El Frente de Todos realizó el pasado lunes en Alta Gracia un acto en el cual, en varios momentos, la disputa interna del Partido Justicialista local pareció más importante que la difusión de las propuestas de campaña o la necesidad del gobierno nacional en lograr mayoría en el Congreso. Tanto en la rueda de prensa como en el acto realizado en el Club Central, Walter Saieg y Carlos Caserio apuntaron contra la sociedad política de los hermanos Torres Lima. Además, en un denodado y permanente esfuerzo por desempolvar la tradición peronista y movilizar a partir de esa identidad, el propio Saieg puso a la elección municipal en la lista de las batallas por librar.
A pesar de que se había anunciado la presencia del precandidato a diputado nacional Martín Gil, finalmente el villamariense no desembarcó en Alta Gracia. Esa ausencia no está exenta de especulaciones, ya que Gil está anotado entre los aspirantes a la gobernación de Córdoba en 2023. Su participación en un acto donde el principal blanco fueron los hermanos Torres Lima, le restaría más que lo podría sumar en su futuro armado. Además, Gil mantiene una aceitada relación con el Intendente de Alta Gracia. No obstante, los organizadores de la visita de los dirigentes del Frente de Todos aseguraron que la ausencia del secretario de Obras Públicas de la Nación “obedeció a inconvenientes de agenda”.
En las antípodas, tres días después Hacemos Por Córdoba cerró su campaña en Alta Gracia con un masivo acto huérfano de simbología peronista alguna, identidad que en ninguno de los discursos fue mencionada ni siquiera una vez. Las incontables invocaciones al cordobesismo como eje excluyente, fueron reforzadas una y otra vez. La precandidata al Senado, Alejandra Vigo agradeció “a los partidos que hacen esta gran fuerza política cordobesa”, en tanto el propio Juan Schiaretti remarcó: “No respondemos a ninguna disciplina partidaria nacional”.
A diferencia de lo ocurrido en la vereda frentedodista, en el prolijo y cuidado acto del oficialismo provincial, no existió la menor alusión a la pelea interna vernácula. Pero en cambio, sobraron los gestos.
El primero fue la elección de Alta Gracia como escenario para cerrar la campaña.
El segundo, darle a Marcos Torres Lima su primer escenario provincial. El Intendente abrió la lista de oradores, compartiendo ese lugar de privilegio solamente con las dos precandidatas -Vigo y Natalia de la Sota- y el gobernador Schiaretti.
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