El Consorcio Portuario e Hipoute, el permisionario de la Terminal Portuaria que opera el movimiento de contenedores en el puerto marplatense, mantienen una disputa por la superficie de los predios y el frente de atraque en la sección octava del muelle de ultramar.
Por Roberto Garrone
La noticia que ocupó espacios en casi todos los medios hace unas semanas fue la decisión de MSC de interrumpir la escala en Mar del Plata ante la necesidad de la naviera de cambiar el buque con el que entraba al puerto por otro que no tenía grúas en cubierta para mover los contenedores. Acá no hay grúas o pórticos por lo que tacharon al puerto de su hoja de ruta hasta nuevo aviso. Mientras tanto se llevan lo que pueden por camión vía Autovía para salir desde Buenos Aires.
Lo que no llegó a la tapa de los diarios es la pelea que mantienen Martin Merlini e Hipoute, la empresa que el Consorcio Portuario acaba de adjudicar como operador de la Terminal Portuaria en el muelle 2 y se encarga de prestar servicio logístico de la carga de contenedores, ahora solo a Maersk, la naviera que mantiene a Mar del Plata en el radar de operaciones.
Hipoute, como en su momento también lo solicitó TC2, una UTE conformada por la cooperaitva de estibaje Hipocoop y Emilio Bustamante, presentó la oferta por los predios para el desarrollo del comercio exterior con una plazoleta de contenedores, espacio para acumular contenedores vacíos y con el frente de amarre en la sección 8ta del muelle de ultramar. Los operadores reclaman el muelle de uso exclusivo como condición para que activar nuevas inversiones en el servicio. Por ejemplo, las grúas móviles.
El Presidente del Consorcio en declaraciones a REVISTA PUERTO de esta semana argumentó por qué no otorgó el frente de amarre. “Es potestad del Consorcio otorgar lo que crea conveniente en función de las necesidades del puerto. Y hoy no hay espacio suficiente para poder entregar ese frente de atraque”, dijo Merlini, quien le pidió a los operadores sentarse a negociar un camino alternativo.
En esta puja entra un actor principal que hasta ahora no había intervenido. Aduana ha solicitado que la Terminal Portuaria cuente con frente de atraque para poder habilitar la operatoria del comercio exterior y le ha pedido al Consorcio que resuelva la situación.
El permiso de uso de Hipoute es por un año y para renovarlo el Consorcio le exige que la Terminal sea habilitada por Aduana. Algo imposible que ocurra porque el mismo Consorcio que exige no le entrega el frente de atraque. Y después Merlini quiere diálogo. Difícil en esas condiciones.
Esta semana Merlini se entrevistó con directores del organismo en Capital Federal para mostrarle posibles parches que permitan evitar una posible sanción. Para mensurar el impacto que eso provocaría: en el ingreso de esta semana el buque “Arsos” cargó más de 4 mil toneladas de pescado congelado.
Como si no hubiese diferencias entre la autoridad portuaria y el permisionario, en estos últimos días saltó se profundizó la grieta. El Consorcio adujo un “error material” en la confección de croquis con la superficie de la Terminal Portuaria para quitarle un sector del área otorgada.
A través de otra Resolución, la 317 de julio pasado, la autoridad portuaria aclaró que incluyeron como parte del espacio a permisionar la vía adyacente al frente de atraque en la sección octava en el muelle de ultramar.
“Por su naturaleza y génesis se encuentra sujeta al uso general y sin perjuicio del aprovechamiento especial a que hubiese lugar en la coyuntura de carga y descarga para la operatoria de buques portacontenedores”, dice el Consorcio.
A los pocos días desde Hipoute presentaron un recurso de revocatoria en el que aclaran que el permiso de uso se componía de 12688 m2 con destino a Terminal Portuaria, más de 3680 m2 para plazoleta operativa y más de 6664 m2 con destino a depósito de vacíos.
Que el día 24 de mayo se produce la entrega de la tenencia provisoria de los predios pero recién el 15 de julio el Consorcio reconoce el “error material”, casi 4 meses después y lo notificó el 1 de agosto.
“A todas luces no estaríamos ante un “error material”, sino ante un liso y llano cambio de la conformación de la superficie que fuera objeto del llamado, realizado con total intención y discernimiento por parte de la autoridad concedente”, señala un párrafo del pedido de revocatoria.
El planteo advierte que la confusión entre “frente de atraque” y “vía circulatoria adyacente al frente de atraque” no admite posibilidad alguna de incurrir en un error material. “Se trata de dos lugares diferentes que no son susceptibles de ser confundidos, salvo que la… “confusión” obedezca a otras intenciones.
Mientras la autoridad portuaria y el operador logístico mantienen viva la batalla del muelle 2, toda la operatoria de carga y descarga de contenedores se desarrolla de manera irregular. El puerto tuvo falencias en materia de seguridad y eran irrelevantes hasta que Prefectura bajó el pulgar y no renovó el certificado del código BPIP.
Aduana está en condiciones de hacer exactamente lo mismo. Sería tropezar dos veces con piedras similares. Cualquier cosa menos algo impensado y sorpresivo.
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