La exministra asumió el jueves pasado y promovió, a pesar de la resistencia de algunos, un cambio de funcionarios en el Banco. Quiénes son los que se van, y quiénes son los que seguirán en sus cargos. De equilibrios y pertenencias. Los decretos de designación a disposición de Fernández y de Massa.
Por Pablo Ibáñez
- A Lozano conviene tenerlo adentro: porque si está afuera te hace denuncias.
Según una leyenda de pasillo, muy repetida, la frase la pronunció un funcionario del Banco Nación meses atrás cuando le preguntaron la razón de que Claudio Lozano, a pesar de sus críticas al Gobierno, seguía como director de la entidad. Cambió la jefatura, llegó Silvina Batakis, y irrumpió otra lógica: el economista vinculado a la CTA, ya no seguirá en el directorio del BNA.
En Casa Rosada están en preparación los decretos, -que luego refrendará Sergio Massa- para la designación de tres nuevos directores, que ocuparán las vacantes que dejarán Lozano y otros dos de los diez -contando a la presidenta- que integran el directorio: Federico Sánchez, vinculado al saliente Eduardo Hecker y Guillermo Wierzba, a quien se referenciaba como columnista de El Cohete a la Luna y vínculos con Martín Abeles, titular de la CEPAL en Argentina.
Batakis hizo, en menos de una semana, un movimiento que a Hecker le reclamaron durante meses. La exministra fue designada el jueves, ese mismo día se instaló en el banco y el viernes charló con Alberto Fernández sobre el recambio de directores. Antes, en el café transicional con Hecker, transmitió el mensaje de que lo correcto sería que los directores presentaran sus renuncias. Ninguno lo hizo. Batakis aceleró el paso, habló con el Presidente, con Massay con Santiago Cafiero, y el martes, desde la secretaría de Legal y Técnica, a cargo de Vilma Ibarra, se les notificó a los directores que debían presentar sus renuncias.
Ibarra fue, hace 10 días, la encargada de mandarle un mensaje de WhatsApp a Hecker -que en ese momento participaba de una actividad del BNA en Catamarca junto al gobernador Raúl Jalil- para informarle que debía dejar libre la presidencia del banco. “El Presidente te agradece pero necesita ese lugar”, lo despidió, desde Casa Rosada, la funcionaria.
Para entonces, Lozano sabía que estaba afuera mientras otros tenían la certeza de que seguirán en la mesa del BNA. Es el caso del cordobés Carlos Caserio y de dos economistas con terminales en el cristinismo: Cecilia Fernández Bugna, ligada a La Cámpora, y Julia Strada, muy elogiada en el Instituto Patria. Caserio y Angel Mercado, hijo de la pareja de Lucía Corpacci, responden a una lógica territorial, al igual que Martín Ferre, históricamente vinculado a Daniel Scioli y muy cercano de Cafiero, y Raúl Garré, con terminales en el dispositivo FdT.
Vacantes
Con esas tres salidas, Batakis tendrá tres vacantes para completar. Se supone que la exministra recurrirá a integrantes del equipo que la escoltó en su paso, breve pero agitado, por Economía. Algunos, como Eduardo Setti, , el cargo que más le costó completar -como secretario de Finanzas- continuó en el staff de Sergio Massa que en todo el circuito del recambio de directores en el BNA, tiene un rol porque las designaciones y remociones las dispone presidencia pero son validadas por Economía.
Apenas trascendió que Batakis pidió la salida de los directores, un mensaje que le parecía destinado, Lozano lo cuestionó. Invocó un factor: los directores del BNA responden, en general, a lógicas de equilibrios políticos, por eso hay algunos con terminales en gobernadores o en el cristinismo, La Cámpora o el sciolismo. En el FdT se pregunta quién empujó, en 2019, la designación de Lozano y nadie recuerda o nadie se lo atribuye.
El debate en torno a Lozano está presente en el micromundo del FdT desde hace meses. Se invocó, en el entorno de Alberto Fernández, como una señal de que no había sanciones ni castigos a aquellos críticos internos. Eran días de interna en carne viva a partir por los cuestionamientos de Cristina Kirchner o referentes de la vice.
Batakis, que pidió tener mayor influencia en el directorio porque si no sería difícil gestionar, ejecuta el movimiento. Hizo, antes, un sondeo para determinar qué vínculos y equilibrios políticos requería el FdT y el resultado fue ese: Lozano, Sánchez y Wierzba no seguirán en sus despachos del BNA. Hay una línea adicional, menos directa e imprecisa: es habitual que los directores tengan delegados propios en empresas del grupo Nación. Ese renglón todavía no está clarificado.
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