Casi ninguna localidad realiza un adecuado tratamiento de sus residuos. Los predios a cielo abierto siguen en crecimiento. Se suman riesgos de contaminación y focos de incendio.
Casi todos los municipios de la zona siguen acumulando grandes cantidades de residuos en espacios a cielo abierto y sin tratamiento adecuado.
El 19 de julio pasado, el jefe de Gabinete de la Provincia, Oscar González, prometió en una reunión con la Comunidad Regional Colón ayuda oficial para erradicar esos basurales. Un vertedero regional, por ejemplo, demandaría una inversión millonaria.
La proliferación de moscas, motivo de queja desde hace tiempo en esta zona, es atribuida además a otras actividades, como criaderos avícolas.
Martín vive cerca del basural municipal de La Granja, camino a Ascochinga, y se queja porque casi todos los fines de semana el humo que emana complica la permanencia en los hogares de los alrededores. “Varias veces los vecinos tenemos que irnos por uno o dos días porque es imposible vivir así”, cuenta. El problema es admitido por el intendente Carlos Ambrosich, quien aclaró que el predio está cerrado al acceso de particulares. Apenas una persona realiza una precaria separación de plásticos y papeles, insuficiente en relación a la magnitud del predio.
En Salsipuedes el panorama es similar. Aunque está lejos del área urbana, el avance de construcciones hacia el basural provoca inconvenientes. Además, hay sectores de malezas cercanos que representan un peligro constante de incendios. Amalia Papurello, secretaria de Coordinación de ese municipio, reconoce que el problema se agravó en los últimos años: “El basural aún no está desbordado, pero con frecuencia se producen incendios, aunque nunca logramos dar con los autores. Estamos iniciando campañas de información para promover la separación domiciliaria”, dijo.
En Agua de Oro, Mendiolaza y Saldán, la situación de precariedad no es distinta.
En todos los casos, los funcionarios coinciden en que la solución al problema del destino final de la basura es costosa. Arrojarla a un predio sin mayor tratamiento es lo más barato, aunque se multiplican los problemas y riesgos.
En Villa Allende, las más de 30 toneladas diarias de residuos que generan sus 40 mil habitantes terminan en un basural, sin ningún tratamiento. Sergio Chiavassa, director de Ambiente municipal, reconoció que es insostenible. “En agosto comenzaremos un plan de gestión integral, que irá desde la recolección hasta la disposición final”, prometió.
Río Ceballos y La Calera, otras dos de las grandes ciudades del corredor, dieron algunos pasos. En sus ex basurales al menos tienen plantas que compactan la basura, para transferirlas al predio de enterramiento de la ciudad de Córdoba. En ambos casos admiten que ese esquema sirve porque no acumula los desechos en la localidad, pero reconocen que no es bajo el costo que pagan por tonelada fletada y tratada.
Unquillo, la excepción
La mosca blanca. Unquillo es la única localidad de Sierras Chicas que se acerca a una solución. La basura protagoniza un proceso que parte de la separación en cada domicilio (entre orgánica e inorgánica). Tras su recolección, se recupera lo reciclable.
El resto se compacta y envía al enterramiento de la ciudad de Córdoba, que usan otras 17 localidades que rodean a la capital. Pero al separar y reciclar, el volumen a derivar baja, como el costo del traslado. De ese proceso participa hasta ahora el 70 por ciento de los hogares.
Cada vez más. “El problema es de muchas localidades. No hay un eje conductor y cada municipio hace lo que puede. Necesitamos integrarnos en proyectos regionales, con apoyo de la Provincia”, resumió Sergio Chiavassa, director de Ambiente de Villa Allende. Sierras Chicas es la zona que más habitantes sumó en la última década.
Más de 600 en Córdoba
Calculan que existen 600 basurales a cielo abierto en la provincia de Córdoba. Muchas localidades tratan de erradicarlos.
Para ello, pusieron en marcha vertederos de residuos para el tratamiento final de la basura. Son unas 60 localidades, entre ellas Laboulaye (para el departamento Roque Sáenz Peña), Huinca Renancó (General Roca), Coronel Moldes (Río Cuarto) y paraje Cañada Grande (en Calamuchita).
La provincia de Córdoba produce unas cuatro mil toneladas de residuos sólidos urbanos por día. La inmensa mayoría sigue sin un tratamiento ambientalmente adecuado.
Hasta ahora, la Provincia promovió sólo los proyectos de vertederos regionales. Aunque ahora podría apoyar las soluciones locales que presente cada municipio.
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