En la localidad bahiense de Daniel Cerri, la imagen de un basural desbordado se convirtió en símbolo de las consecuencias que aún persisten tras el temporal que azotó a la región. Muebles, colchones, prendas de vestir y restos de pertenencias dañadas por el agua se acumulan en un espacio ya saturado, reflejando una recuperación lenta y desigual.
La postal que se viralizó en redes sociales en los últimos días muestra un panorama desolador. Lejos de tratarse de desperdicios comunes, lo que se observa son residuos de vidas afectadas, restos de hogares desarmados por la catástrofe climática ocurrida hace más de un mes.
Jonathan Tovales, recolector del basural local, contó a Noticias Argentinas cómo ha cambiado la dinámica del lugar desde el temporal. “Acá es donde va a parar toda la basura del pueblo y no tenemos dónde llevarla porque ya es mucho para un solo vehículo de carga”, explicó. La situación, según relató, se complicó aún más porque el terreno habitual del basural quedó inaccesible por el estado del suelo.
Incluso cuadrillas de otros municipios, como La Matanza, se acercaron a colaborar pero no lograron ingresar. Ante esa imposibilidad, los vecinos empezaron a volcar sus pertenencias arruinadas en un sector improvisado, lo que generó un nuevo foco de acumulación en condiciones críticas.
El recolector describió una situación sin tregua: “Sacás dos camiones y te vienen cinco más a tirar sus cosas”. La circulación incesante de residuos impide avanzar en la limpieza, mientras el lugar continúa creciendo día a día.
Durante las primeras semanas, circularon versiones que vinculaban el cúmulo de objetos con donaciones desechadas. Sin embargo, luego se aclaró que se trata de pérdidas materiales directas del temporal, que los vecinos fueron depositando a medida que limpiaban sus casas.
Hasta el momento, no hay fecha confirmada para una recolección general por parte del municipio, aunque se especula con un posible operativo de limpieza. Mientras tanto, el basural de Daniel Cerri sigue siendo una herida abierta que recuerda la fuerza del temporal y la fragilidad de las respuestas ante la emergencia.
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