El intendente Roberto Giubetich se comunicó con autoridades nacionales después de que Javier Belloni anunciara avances para resolver el problema de la basura en El Calafate. El vaciadero de Río Gallegos tiene los trámites paralizados por una investigación de Bonadío.
El Ministerio de Medio Ambiente de la Nación lanzó dos licitaciones para completar el proyecto del centro ambiental de El Calafate, una iniciativa que contempla la nueva planta de tratamiento de residuos sólidos. Al igual que el de Río Gallegos, el proyecto de la villa turística se había frenado en 2015, con el cambio de gestión nacional.
Durante todo este tiempo, el intendente Roberto Giubetich explicó que la cosa no avanzaba por las denuncias de sobreprecios y un presunto desmanejo de la administración anterior, respecto de los fondos que giró el Gobierno nacional para resolver el tema de la basura.
Río Gallegos tiene un problema histórico, vinculado al basural a cielo abierto para lo que, durante la administración de Raúl Cantín, se avanzó con un proyecto que contó con financiamiento nacional, bajo la premisa de trasladarlo.
"El Gobierno Nacional desembolsó $60 millones, de los cuales se pagaron $40 millones pero nosotros no vimos lo que se había hecho hubiera costado ese dinero" había dicho el intendente Giubetich, que a poco de asumir ordenó una auditoría a la SIGEN, que ahora pasó al Ministerio de Ambiente que conduce Sergio Bergman.
Los resultados de la auditoría se terminaron de hacer en 2016, y todo eso fue presentado al juez Bonadío, que hace algunas semanas mandó a declarar a un centenar de intendentes por el presunto desvío de fondos del programa de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU).
Aun así, el municipio de Cambiemos pidió una adenda para modificar el proyecto, que originalmente contemplaba que los camiones recolectores tenían que hacer 21 kilómetros de ida y vuelta, para descargar la basura en Punta Loyola.
"El costo operativo era imposible" dijo Giubetich la semana pasada en Tiempo FM, donde dijo que falta muy poco para poder efectivamente avanzar con la planta de tratamientos de residuos, donde ya "no se va a enterrar la basura", sino que se va a compactar y a enfardar en el vaciadero.
La nueva planta para Río Gallegos fue licitada y comprada -solo falta pagar la última cuota- pero la cuestión judicial mantiene trabado el arribo de los desembolsos para la obra civil y demás.
Al menos eso era lo que le decían al municipio capitalino, que la semana pasada se encontró con que a Javier Belloni, de El Calafate, le fue mejor.
"Hoy volví a hablar porque leo en los diarios que salió la licitación para hacer el nuevo basural de El Calafate, y nosotros estuvimos desde el primer día buscando destrabar eso y salió lo de Calafate" se ofuscó Giubetich, a quien le prometieron que esta semana le darían alguna explicación.
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