COTRECO, otra vez eje de la campaña electoral. El costo y la calidad de la higiene urbana inevitablemente serán protagonistas de la agenda que se viene rumbo a las urnas del 27 de setiembre. Ni el coronavirus logra desplazar la importancia que tiene para Río Cuarto el contrato más oneroso que paga el Estado local. Abrile se suma a los candidatos que proponen municipalizar el servicio. Vuelve a reciclarse una discusión sobre la empresa que tiene la concesión de la recolección de residuos.
De “conmigo COTRECO se va” a “conmigo COTRECO no va a estar” pasaron poco más de cuatro años pero la frase remite a una historia que vuelve a repetirse. La primera fue emitida en la campaña electoral de 2016 por Juan Manuel Llamosas y la segunda -de ayer mismo- enunciada por el principal candidato de la oposición, Gabriel Abrile. Uno y otro cambiaron de escritorio en la escena pública pero la empresa de higiene urbana siguió haciendo su recorrido juntando la basura por las calles de Río Cuarto.
El ´deja vu’ es inevitable y ni siquiera la pandemia ha logrado desplazar del centro de la escena a una empresa que antes tenía una adjudicación directa y ahora recibió por seis años la concesión de un servicio tras el llamado a licitación realizado por la actual gestión municipal. Antes floja de papeles y ahora con todas las de la ley, fue y es la receptora del mayor pago mensual que realiza el Estado local por la prestación del servicio de higiene urbana.
$68 millones de pesos cada 30 días para recoger la basura, realizar el enterramiento sanitario, barrer las calles y comenzar con el reciclado de los desechos de los riocuartenses. Cada vecino paga $ 42,50 diarios. Para una familia tipo -4 personas- el costo del servicio implica $ 168 por jornada. Son $ 2.260.000 diarios que le cuesta a la ciudad mantenerse con la cara limpia.
“Yo en la situación en la que estamos no le pagaría a Cotreco. Preferiría ayudar a comerciantes de Rio Cuarto, a quienes la están pasando mal. Conmigo COTRECO no va a estar. Debiera haber un servicio de recolección municipal”, aseguró Gabriel Abrile en declaraciones al programa radial “Así son las cosas”. El candidato de Juntos por el Cambio no pudo sostener su estrategia de alambrar los temas de campaña al desempeño de Llamosas durante el último cuatrimestre de pandemia. Se le salió del redil la oveja descarriada de la administración municipal, el contrato de la basura.
“Yo no vengo a la política para convertirme en un prometedor serial. Solo para hacerme responsable de lo que diga y lo que haga. Más allá de la empresa, es un sistema inviable. Donde los paradigmas han cambiado, la sustentabilidad es hoy importante. De la basura uno puede obtener recursos. Creo que el paradigma de gestión es viejo. De hace 20 años atrás. No tengo ningún cargo y hago política desde la convicción”, se justifica Abrile ante el inevitable reproche del oficialismo respecto del desembarco de COTRECO en Río Cuarto. Fue durante la gestión de Juan Jure, que integraba como secretario de Salud el médico terapista, que la higiene urbana le fue quitada a la empresa mixta Gamsur -con amplia mayoría accionaria estatal- para traspasársela a COTRECO. Hacer historia no le conviene a Abrile. De las dos décadas a las que alude hubo 12 años de administraciones radicales que no quisieron, no supieron o no pudieron darle a la ciudad un mejor servicio y menos oneroso.
Lo que hizo la gestión Llamosas fue hacer más transparente la concesión tras el llamado a licitación, en el cual se presentó una única oferente. Pero no puede evitar cargar con el peso de haber cuestionado a COTRECO cuando eran oposición a Jure, para luego defender a la empresa a capa y espada. Ni siquiera apelaron a las herramientas legales que disponían en el propio contrato para avanzar con la posibilidad de hacerlo cesar en un escenario tan complicado como el actual para la empresa, que está en convocatoria de acreedores y tiene a sus principales accionistas procesados por la Justicia Federal por eludir el pago de los tributos.
“Este es el típico grupo de empresario amigo del poder de turno que estafan al fisco, a los trabajadores y a los municipios. Estos modelos de negocios necesitan de empresarios y sindicalistas ricos”, opinó el abogado radical José Cendoya en declaraciones al programa Poster Central. El letrado fue quien realizó en su momento las presentaciones judiciales en demandas de particulares contra la empresa porque no habían honrado sus compromisos con proveedores locales. “Cuando íbamos a buscar los recursos, veíamos que tenían las cajas vacías. Buscamos retener los fondos a través del municipio y nos confirmaron que quien cobraba los fondos por el servicio era un fideicomiso”, le dijo al programa que se emite en 102.9 La Gospel.
Abrile se manifestó crítico de esta situación y dijo que la Municipalidad no le debiera depositar el canon mensual en un fideicomiso. Tan rápido como corre un recolector de basura detrás del camión, el Fiscal Municipal salió a responderle y cuestionar por desinformado al candidato de la alianza UCR-PRO. “Desde que la empresa entró en concurso preventivo, se paga un monto de aproximadamente un millón de pesos porque así se acordó con los acreedores y con el juez de concurso. No se paga el canon sino un monto fijo de 1.200.000. El canon es de más de 50 millones de pesos pero no se le está pagando como se hacía antes a un fideicomiso. Se le paga a la empresa ante el control del síndico”, aseguró Julian Oberti.
El negocio de la basura está atravesado a nivel mundial por una discusión en donde las cuestiones ambientales, el coste de los contratos y las dificultades para instalar un modelo virtuoso están en pleno debate. “Creo que hay que hacer una empresa municipal”, asegura ahora Abrile como promesa de campaña para las urnas del 27/9. Siendo que dos gestiones anteriores de su propio partido fueron impulsoras de los cambios hasta hoy vigentes. Una inició en los noventa la era de privatización del servicio y la otra abortó la posibilidad de la consolidación de una empresa mixta con capitales locales. Las huellas del pasado no se borran tan fácilmente del imaginario colectivo.
Sea cual fuere el resultado de las elecciones, durante los próximos 2 años seguiremos con este contrato con COTRECO, salvo que se quiera pagar la millonaria indemnización por hacerlo cesar. El debate electoral amerita profundizar la discusión sobre la higiene urbana y el destino final de los desechos. Radicales y peronistas se neutralizan si se quieren imputar responsabilidades respecto de la empresa prestataria del servicio.
COTRECO no vino a Río Cuarto a hacer filantropía sino a maximizar su ganancia. Si el costo de su contrato es oneroso y el servicio no es óptimo, fueron los anteriores y los actuales gobernantes quienes no supieron imponer las condiciones y establecer los controles para que lo que nos cuesta la empresa se justifique en el servicio que presta. Inevitablemente la basura volverá a transformarse en discusión electoral y está bien que así sea. Nos debemos un mejor sistema de higiene urbana y comenzar de una vez por toda a aprovechar plenamente el reciclado. Por ahora lo único que se recicla son las ganancias de Compañía de Tratamientos Ecológicos. Así son las cosas.
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