Los senadores también reclamaron tiempo para analizar las medidas; el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, admitió que podrían aceptar cambios; tenso cruce entre Francos y Mayans
Gustavo Ybarra
La apertura del debate en el Senado de la denominada Ley Bases y el paquete fiscal dio paso a una catarata de cuestionamientos a los proyectos del Poder Ejecutivo que amenazan con complicar el trámite legislativo de las iniciativas y ponen en duda que el oficialismo pueda cumplir con la meta de tenerlas aprobadas en comisiones esta misma semana para llevarlas al recinto el próximo 16 de mayo.
Un plenario de las comisiones de Legislación General, de Asuntos Constitucionales y de Presupuesto y Hacienda escuchó al ministro del Interior, Guillermo Francos, y al vicejefe de Gabinete, José Rolandi, llevar la voz cantante en la defensa de los proyectos. Tras más de cinco horas, los funcionarios se llevaron decenas de objeciones a los proyectos, en particular de los bloques de la denominada oposición dialoguista, y la sensación de que las iniciativas podrían sufrir cambios que obligarían a su regreso en segunda revisión a la Cámara de Diputados.
Por lo pronto, en el inicio de la reunión el peronista disidente y presidente de Asuntos Constitucionales, Edgardo Kueider (Entre Ríos), marcó la cancha y dejó en claro que está dispuesto a tomarse todo el tiempo que sea necesario para analizar los proyectos.
El mismo mensaje le habían transmitido horas antes los senadores radicales a Rolandi en un encuentro que el funcionario de la jefatura de Gabinete mantuvo con la bancada que conduce el radical Eduardo Vischi. El kirchnerismo, por su parte, anticipó que pedirá que se invite a más expositores, entre los que incluirán a la CGT, las dos CTA y a representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Si bien el oficialismo no resigna todavía sus aspiraciones de que las comisiones dictaminen los proyectos este jueves, durante la discusión en comisiones Rolandi admitió que podrían aceptar cambios. Lo hizo al responder un pedido de eliminar la cláusula formulado por Guadalupe Tagliaferri (Pro-Capital). El vicejefe de Gabinete admitió que, de persistir la resistencia, y en la búsqueda de conseguir un mayor respaldo legislativo a la iniciativa el Gobierno estaría dispuesto a modificar el polémico artículo 163 del proyecto de Ley Bases, que declara “nulo de nulidad absoluta” toda norma provincial que se oponga al Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones (RIGI). Los cuestionamientos a este punto encontraron eco en casi todos los bloques.
El RIGI fue uno de los capítulos más objetados. El radical Martín Lousteau (Capital) lo calificó de “hiper generoso” en los beneficios que otorga a quienes se acojan al régimen. Su correligionario Víctor Zimmermann (Chaco) planteó sus dudas sobre el criterio de selección de los proyectos que podrán acogerse al sistema y cuál será la participación de las provincias en el proceso de elección de las inversiones.
También se escucharon críticas a los cambios que impulsa la Ley Bases en el régimen previsional, a la delegación de facultades legislativas en el Poder Ejecutivo y a la posibilidad que tendrá el Gobierno de avanzar con una amplia reforma del Estado, no sólo mediante la privatización de empresas, que están enumeradas en la iniciativa, sino también a partir de la fusión o eliminación de oficinas estatales.
El paquete fiscal también quedó en la mira de los senadores. La provincial rionegrina Mónica Silva manifestó la queja de las provincias patagónicas sobre el impacto que la reinstalación del impuesto a las Ganancias tendrá en la región, en particular entre los trabajadores petroleros.
El debate tuvo su momento más tenso cuando, en el inicio de la reunión, Francos protagonizó un cruce verbal con el jefe del bloque kirchnerista de la Cámara alta, José Mayans (Formosa).
El fuego lo abrió Francos, que arrancó su exposición en defensa de las iniciativas dándole de beber un trago amargo al kirchnerismo, al hablar de la herencia recibida por el gobierno actual. “Javier Milei se encontró con la peor crisis de toda la democracia”, sentenció el ministro, antes de entrar en detalles. “Encontró un Banco Central sin ni un dólar, inflaciones absolutamente descontroladas cualquiera sea el método de medición y una emisión desmedida”, agregó.
Tocado por las palabras del funcionario, el jefe del bloque de Unión por la Patria le salió al cruce. “No coincidimos en nada con las palabras del ministro; acá hay que dar datos”, le reprochó Mayans al ministro del Interior.
No conforme con esto, el senador pasó al ataque y acusó al gobierno de haber devaluado la moneda en un 120 por ciento. “Ustedes están fundamentando la ley Bases sobre datos que son falsos”, acusó, y siguió responsabilizando al Gobierno de Milei por la caída del empleo, la pérdida de poder adquisitivo de las jubilaciones y el contraste entre la liberación de precios y el tope a las paritarias salariales.
Ya claramente molesto, Mayans cambió bruscamente de tema y apuró al ministro para que le dijera si, como había dicho Milei, consideraba que el Congreso era un nido de ratas. “Así que le pedimos que, así como nosotros lo tratamos con respeto, pedimos que el Presidente nos trate con respeto porque somos un poder de la Nación”, concluyó.
“Por supuesto que no creo que sean un nido de ratas”, respondió Francos, quien aclaró que se hacía cargo de sus palabras y no de la de terceros, pero también dijo que entendía “los cuestionamientos que a veces hace el Presidente, aunque no sus palaras”.
Pero el ministro no se quedó ahí y replicó las imputaciones de Mayans a las políticas del Gobierno. “Usted tiene números equivocados”, dijo, antes de agregar: “Si usted quiere chicanear, chicanee todo lo que quiera”. Mientras Mayans contestaba fuera de micrófono, Francos volvió a la carga contra el senador. “Dijo el mismo discurso cuando trataron el DNU 70/23, así que ya lo conozco, y lo que usted dijo es falso”, concluyó.
Además de Francos y Rolando también participaron del plenario el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, y la secretaria de Planeamiento Estratégico Normativo de Presidencia, María Ibarzábal Murphy.
Comentá la nota