No todo es riña en la política mendocina. Mientras la tensión crece en Cambia Mendoza y se profundiza la grieta peronista, la posible candidatura de Cornejo toma forma con acercamiento a otros sectores. En los municipios se tejen nuevos acuerdos y De Marchi suma aliados
Las últimas dos semanas estuvieron marcadas por la crispación. Primero fue el peronismo el que mostró -con la visita de Alberto Fernández- su grieta ante toda la provincia, llegando a interesar hasta a los diarios nacionales. Cambia Mendoza hizo lo mismo siete días después, a propósito de la guerra interna que libran Omar De Marchi contra la cúpula del radicalismo, y que ofrecerá nuevos capítulos pronto. Sin embargo, aún en medio de ese clima, la política va encontrando caminos para volver a su materia prima: el acercamiento. Algunos asoman cerca de la cada vez más posible candidatura de Alfredo Cornejo, y otros, en las comunas. El desdoblamiento aceleró todos los tiempos.
Lo más importante que le ocurre al círculo local es la incertidumbre por el posible regreso del ex gobernador. Más allá de que, para muchos, su retorno es un hecho, también van a apareciendo indicios en Casa de Gobierno: las segundas y terceras líneas dan cuenta de consultas y las solicitudes que, en los últimos dos meses fueron incrementando su intensidad. Tanto esa información, como figuras clave en el círculo de confianza cornejista parecen decir que cada día que pasa, se acerca más a confirmar que jugará.
Y hay una fecha dando vueltas: entre el 10 y el 15 de febrero. Desde el martes, distintas fuentes han asegurado que el líder de Cambia Mendoza piensa comunicar su decisión en aquel momento. Es casi el mismo punto del calendario en que, junto a Tadeo García Zalazar, el radicalismo intentó establecer el límite para el impulso rupturista del PRO, según comunicaron tras la reunión de este lunes. El lujanino no tiene pensado responder a eso, y sabe que, hasta marzo, difícilmente puedan exigirle una definición.
Cuesta ver acercamientos en medio de la lucha, pero están. Uno de ellos ocurrió el miércoles por la mañana y tuvo como protagonistas a Alfredo Cornejo y a Daniel Orozco, quienes se reunieron para trazar algunos hitos de sus próximos pasos electorales, según contaron a UNO. Como ya se ha dicho en las últimas semanas, el vínculo entre ellos está fortalecido y hace rato se está hablando de un explícito "si no voy yo, vas vos", de parte del oriundo de San Carlos. Desde ambos sectores han dado cuenta de que esos son los términos del pacto.
El encuentro fue agendado a principios de la semana pasada, cuando todos los radares políticos apuntaban solamente a lo que ocurriera con el cónclave de calle Alem (en el que el PRO y el eje Scanio - Difonso hicieron un desplante ruidoso). Hoy, el senador nacional y el líder lasherino son los dos candidatos más fuertes del radicalismo y los únicos que parecen seguir en pie. Tanto, que quienes los rodean en intención de voto y hasta hace tiempo jugaban más abiertamente sus cartas -Ulpiano Suarez y el mencionado García Zalazar- abandonaron por completo las expresiones públicas respecto a subirse al ring. Otro signo que puede leerse en favor de que vuelve del ex mandatario, porque los números les dan para seguir peleando.
¿Cómo quedaría el cuadro? Se aventura que el espacio del vicegobernador aún no está perfilado para nadie, y son reiteradas las versiones de los que ven allí el lugar para Orozco entre 2023 y 2027. Ya habrían existido algunos pronunciamientos en ese sentido. Es claro: el galeno supo posicionarse fuertemente en sólo seis meses (entre junio y diciembre del año pasado), e incluso -ahora, con el diario del lunes- se intuye que al final les ganó la pulseada a los que criticaban su "lanzamiento antes de tiempo", con aquella cena en la que hizo asomar su campaña, allá por agosto. Dijeron que el avance prematuro limaría sus chances, pero fue eso lo que le dio envión hacia las decisivas cumbres políticas de estos días.
El candidato que vuelve a sonar y dos sorpresas en Las Heras
Si es candidato a vicegobernador o no, o incluso, si surge una chance en la boleta para diputados nacionales -como aventura una teoría mucho menos original-, la pregunta para Orozco sigue teniendo una segunda cara: qué va a pasar abajo de todo eso, en la interna de Las Heras. Los últimos días también trajeron datos sobre otros vínculos que se han tejido y que reflotan, entre otras chances, una posible candidatura con la que se ha especulado bastante: la de Andrés "Peti" Lombardi a intendente.
El hombre fuerte en Diputados, de gran cercanía a Cornejo, no ha dejado de lado esa posibilidad. Pero hay dos datos nuevos: si se cuece esa boleta conjunta, que reúna al médico con el ex gobernador, bien podría instalarse una dinámica que conforme a ambos sectores, y que tenga consecuencias directas en la oficina mayor de la intendencia. Lombardi está interesado en sentarse allí, pero no se casa con dicha posibilidad, porque no es el único desafío que le ofrece el 2023.
Sobre todo, si Cornejo vuelve a ser gobernador.
El segundo dato fue confirmado por distintas fuentes de la comuna y refiere a otro acercamiento más: el diputado no está tan lejos de otro nombre propio que hay en la comuna, el del "Oso" Fabián Tello. ¿Implica que puede armarse un tándem político y territorial para pelearle la interna a los más eminentemente orozquistas, como Janina Ortíz y/o el secretario de Obras Francisco Lo Presti? Algunos van por ahí. Otros, más cautelosos y realistas, dicen que, más que eso, lo que hay es sólo un "esquema de integracíon" (así, con esas palabras).
¿Qué significa?
"Un marco de acuerdos que involucraría al Daniel y con el que podría definirse quién es el que pelea por el radicalismo".
Es uno de los municipios con la campaña más acelerada de todas. Mientras los mencionados más arriba están envueltos en esos asuntos, dos nombres más comenzaron a recorrer el departamento con ganas de jugar en la interna. Algo que empezó a quedar más claro en la última semana. El primero de ellos lo hace desde un lugar llamativo: es funcionario de otra comuna.
Se trata de Juan Manuel Filice, secretario de Desarrollo Urbano de la Municipalidad de Capital. Cuando hizo explícita su campaña, a finales del 2022, algunos en Las Heras preguntaron si era "una movida del Ulpiano". En la Ciudad y en el círculo del precandidato lo desmienten por completo y afirmaron ante nuestra consulta que es algo totalmente ligado a su propio interés, sin impulsos del intendente al que responde.
Es arquitecto, lasherino e hijo de un histórico dirigente radical de la zona: Hipólito "Polo" Filice, médico pediatra. Había trabajado en los equipos de Rodolfo Suarez y a principios de 2015 trabajó junto a Orozco en la campaña que lo transformaría en intendente, pero desde 2019 fue Ulpiano Suarez el que lo convocó a trabajar entre sus filas. En sus redes, muestra desde noviembre que está caminando los distintos barrios de Las Heras. Por ahora, no ha lanzado mediciones de ningún tipo, según contaron desde su sector a UNO.
Otro que asomó en los últimos días es Guillermo Bustos, el director de Desarrollo Organizacional de Orozco. Además de poder vérselo en algunas actividades que el intendente mantuvo a principios de año, el militante radical también armó un grupo para desarrollar una plataforma de gobierno. Desde finales del 2022 viene reuniéndose con ese equipo, Tiene buen vínculo con la intendencia y, pelea para meterse en el pool de los "posibles", por debajo de Janina Ortíz y de Lo Presti, que serían los planes "A" y "B" de le renovación orozquista.
El peronismo de De Marchi
La hostilidad de De Marchi fue in crescendo. Los radicales acusaron el golpe y desde hace algunos días están realmente preocupados por el futuro de la coalición. Por un lado, arremetieron con un discurso que ya han usado en los últimos tiempos y que apunta a las dos candidaturas fallidas del lujanino, cuando intentó ser gobernador (en 2007 y 2019): "Su techo es de 15 puntos y, en el fondo, él lo sabe", lanzaron los más enojados. El tema es más profundo y no se agota allí. Por suerte.
¿Por qué no se agota en esas cifras? Porque lo que está en ciernes, si se da en los términos en los que lo sueña el diputado, es un frente mucho más amplio que los que lo secundaron en aquellas aventuras. Esta vez podría tener el banque de un buen sector del peronismo, que, por su alicaído arrastre popular y su seguidilla de derrotas, empieza a mirar al simultáneamente oficialista y opositor con otros ojos. Ahí hay otro posible acuerdo y ya hay charlas que lo sustentan. Desde hace rato.
Aunque no sería precisamente el peronismo "K" el que se sume (o sí), fue desde ese espacio que, esta semana, lanzaron una frase inquietante y que cifra gran parte del fenómeno: "Mirá: nosotros, perdido por perdido, si la cosa está muy mal en junio, no veríamos extraño que buena parte del PJ le ponga su voto al Omar en las PASO. Si vemos que es la mejor forma de desinflar a Cambia y achicar distancias, es una posibilidad real", afirmaron.
La frase está transcripta textualmente a como llegó. Ahí no sólo asoma otro posible acuerdo, sino que también lo hace el germen de un fenómeno posiblemente central para las elecciones: un De Marchi yendo, ya no con el apoyo minoritario del oficialismo y con una candidatura casi testimonial (2019), ni tampoco con un PD que empezaba a desinflarse, como en 2007. Sería, al menos en la previa, en compañía de una expresión más amplia.
Eso, a favor. ¿En contra? Iría contra la UCR más fuerte de los últimos 30 años.
El nuevo polo ya tiene asegurados algunos apoyos "de cajón". El eje conservador y libertario estaría adentro con su (por lo demostrado, muy pobre) caudal de votos, y lo mismo pasaría con el Partido Demócrata y la Coalición Cívica, que han hecho un alineamiento visible. Como no son grandes garantes de sufragios y otra buena parte del espectro quedó en Cambia Mendoza, las expectativas en torno a esa coalición dependen fuertemente del peronismo. De espacios y dirigentes peronistas.
En los últimos días, el hijo del exgobernador peronista Arturo Lafalla, Sebastián, expresó su respaldo al lujanino con una respuesta a un tuit donde Suarez le contestaba a Luis Petri: "Muchos de ustedes tienen las mismas mañas que el kirchnerismo decadente. Manejar la Corte, los fiscales, las cuentas de Mendoza... Tal vez, Omar De Marchi no pregona con eso" (sic). Es un indicio más de cercanías justicialistas. Y en ese sentido, es casi imposible describir esa aproximación sin recordar una frase puntual del intendente Matías Stevanato a este diario, cuando terminaba el 2022:
"Su planteo cuando fue impulsada la reforma a la Corte fue perfecto. En De Marchi veo algo más. Veo, de verdad, a un muy buen dirigente para Mendoza".
Hay líneas tendidas, es innegable eso. El peronismo necesita, cuanto menos, inquietar más de la cuenta a la cúpula de Cambia Mendoza. Algo que no logra hacer desde hace tiempo. Ni con sus números, ni mucho menos con el recuerdo de las últimas elecciones. Es cierto: por cuestiones obvias, el grueso del partido (y sobre todo determinados dirigentes) no permitiría jamás una cercanía explícita con el candidato, y mucho menos en un año electoral tan polarizado como el que empieza.
La UCR quiere ganar la tercera. Y parte del espacio cree que ya tienen en el bolsillo los votos que garanticen -por primera vez en 70 años- la doble reelección radical. Por eso mismo es que el PJ va a azuzar cualquier expresión que signifique una fuga de votos para el oficialismo. Sea que implique el objetivo de máxima -pelear la gobernación- o, por lo menos, sostener el número de bancas y de municipios.
A cinco meses de las urnas, el quiebre iniciado desde el PRO es uno de los caminos más seguros para infligir ese daño.
Al menos ahora, mientras aún no aparece un segundo candidato peronista para la Casa de Gobierno.
¿Será que esta semana hay novedades?
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