La actriz habló de temas delicados como la muerte del marido de su madre y cómo lo atravesaron como familia. Su presente y su forma de vivir la fama.
Barbie Vélez, con tan sólo 20 años, vive su mejor momento profesional: es parte del certamen más popular y famoso del país, ShowMatch, y es una de las protagonistas de una de las más fuertes obras de teatro, La Casa de Bernarda Alba.
Sin embargo, la hija de Nazarena Vélez y actual novia de Federico Bal, el hijo de Carmen Barbieri, atravesó una de las situaciones más difíciles de la vida: la pérdida de un ser querido. La joven supo acompañar a su madre en el peor momento: el suicidio de su marido, Fabían Rodríguez, hace un año, en medio de una crisis financiera.
En una entrevista íntima en Revista Viva, Barbie abrió su corazón y habló de todo. Al ser consultada por la muerte de Fabián, la joven confesó: "No tengo bronca. Creo que si tenés bronca con alguien que murió no lo dejás descansar en paz. Yo soy muy católica y rezo mucho: el Padrenuestro, el Ave María y el Gloria. Fabi debe haber tenido sus motivos. Uno no hace eso porque sí o porque se levanta loquito. La gente que hace eso es porque tiene una enfermedad...".
En este marco, admitió que tras el suicidio de Fabián, volvió a hacer terapia: "Fue por unos meses, pero ya no lo necesito. De chiquita me mandaron varias veces: a los dos años por la separación de mis papás, y también fui cuando estaba en primaria. Me obligaban y le mentía a la psicopedagoga".
"Nadie creía que fuera medio mala, pero rompía juguetes. Un día, enojada, tiré una piedra y le rompí un televisor a mi abuela. Era tremenda de niña, muy caprichosa. Lo que pasa es que por seis años fui única hija. Después, cuando llegó Gonzalo (hijo de Nazarena con Daniel Agostini) dejé de serlo. Igual sigo siendo la única hija de mi papá (Alejandro Pucheta)", detalló respecto a los motivos por los que fue a terapia.
Mientras que admitió que hoy se siente más segura más allá del catálogo de "hija de...": "Mi mamá es una persona pública y es muy difícil despegarme de eso y tampoco lo quiero. Igual, me encantaría que el día de mañana me reconocieran por mi trabajo".
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