El presidente norteamericano aseguró que su gobierno debe apoyar a los trabajadores de la salud que regresan de África, ya que sólo una"respuesta robusta" en ese continente detendrá la propagación de la enfermedad
Barack Obama no criticó directamente las cuarentenas implementadas en Nueva York y Nueva Jersey para este tipo de trabajadores, pero dijo que la supervisión de los que regresan debe ser prudente y "basada en datos científicos".
"No debemos desalentar a nuestros trabajadores de salud de ir al frente a combatir esto de una forma efectiva", afirmó.
El mandatario dijo que una respuesta robusta en África detendrá la propagación de la enfermedad en Estados Unidos. Recordó también a los estadounidenses que sólo dos personas han contraído el padecimiento en el país y que las dos han recuperado la salud.
El presidente hizo sus declaraciones a los reporteros en la Casa Blanca después de hablar por teléfono con una de esas pacientes, la enfermera Amber Vinson, que acababa de recibir el alta en el hospital. También llamó a un equipo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) destacado en África Occidental y dijo que planea reunirse el miércoles con trabajadores de la salud que han estado allí o planean hacerlo sobre cómo la política pública "puede apoyar el increíble heroísmo que están mostrando".
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"Estados Unidos no puede dar la impresión de que está rehuyendo (la batalla contra el ébola), porque otros observan lo que hacemos", dijo Obama. "Si no tenemos una respuesta internacional robusta en África Occidental, entonces en realidad nos estamos poniendo en riesgo nosotros mismos acá. Para ello, tenemos que asegurar que esos trabajadores de la salud que están dispuestos a ir a África en un trabajo realmente difícil reciban el aplauso, las gracias y el apoyo que necesitan. Esa debe ser nuestra prioridad. Y podemos asegurar que cuando regresen sean monitoreados de una manera prudente".
Una mezcla variopinta de políticas estatales, algunas de las cuales contradicen directamente las recomendaciones de Obama, ha sembrado confusión sobre lo que hace falta hacer para evitar propagación de la enfermedad en Estados Unidos. Mientras defensores de la salud pública dicen que las cuarentenas estatales son draconianas y carentes de base científica, ciudadanos preocupados en estados donde no hay cuarentena se preguntan si corren un mayor riesgo porque sus gobernadores y el presidente han adoptado un nivel menor de precaución.
Por primera vez, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomendaron el lunes 21 días de aislamiento y restricciones de viaje a las personas con mayor riesgo —por ejemplo, una enfermera que se pinchó con una aguja mientras trataba a un paciente de ébola en Guinea— aunque no tengan síntomas. Los estados tienen la libertad de imponer medidas más estrictas que las de los CDC.
El doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, perteneciente a los Institutos Nacionales de Salud, defendió el martes la política de Washington pero dijo que los estados tienen el derecho "a ir más allá" si lo desean.
AFP
En una presentación en el programa de televisión "Good Morning America", de la cadena ABC, Fauci declinó criticar las estrictas cuarentenas impuestas en Nueva York y Nueva Jersey por sus gobernadores Andrew Cuomo y Chris Christie.
"Lo están haciendo de buena fe", afirmó.
Christie declaró el martes que, en su opinión, las últimas recomendaciones de los CDC son "increíblemente confusas".
"Los CDC están retrasados en esto", dijo en el programa "Today" de la cadena NBC. "En última instancia, los gobernadores tienen la responsabilidad de proteger la salud pública de la gente dentro de sus fronteras".
Una orden emitida el viernes por Nueva Jersey exige, como en Nueva York, tres semanas de cuarentena para cualquiera que haya tratado a pacientes con ébola en África Occidental, no sólo para los considerados de alto riesgo por haberse pinchado con una aguja o por cometer un error con el equipo de protección. Pero con las nuevas directrices federales, esos trabajadores de bajo riesgo sólo deben medirse la temperatura dos veces al día.
AFP
Expertos legales dicen que Nueva York y Nueva Jersey pudieran estar en un terreno jurídico poco definido. Para justificar una infracción a las libertades civiles individuales, como la libertad de movimiento, los estados enfrentan un estándar elevado para demostrar que sus órdenes se basan en razones científicas sólidas. A los tribunales también les gusta ver que los estados tomen medidas de la forma menos amplia posible, tales como agrupar a todos los que trataron pacientes con ébola aunque estén sanos.
"Desde hace muchas décadas no vemos que un estado o el gobierno federal diga que una categoría completa de personas va a quedar sujeta a cuarentena", dijo David Fidler, profesor de derecho internacional y de salud pública en la Universidad de Indiana.
De hecho, estas cuarentenas amplias son cosa muy poco común en la historia de Estados Unidos. Casi siempre se han limitado a enfermedades que se propagan por el aire y contagian con facilidad. Y los expertos en salud dicen que ese no es el caso del ébola.
Cuando una pandemia apodada la "gripe española" infectó a millones de personas en 1918, las grandes ciudades de Estados Unidos cerraron las escuelas e impusieron cuarentenas estrictas. Nueva York estudio la posibilidad de poner en cuarentena a pacientes de tuberculosis en la década de 1990 y aisló a algunos que se negaron a someterse a tratamientos.
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