Con la encuesta Citibanamex podemos ver la sorpresa del mercado.

De 29 casas de análisis encuestadas por Citibanamex, sólo 4 esperaban un aumento en las tasas de interés. Era improbable.

Máxime cuando días previos había hablado Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de EU, enviando la señal de tardarse en subir sus tasas de interés. Powell habló de elevarlas hasta 2023. Así los bajísimos niveles de tasas, de entre 0% y 0.25%, se mantendrían.

Ni el mercado. Ni movimientos de tasas en la Reserva presionaban al Banco de México.

Pero el banco central respondió a su principal preocupación, a su mandato constitucional, de mantener baja la inflación para preservar el valor adquisitivo de la moneda.

El dato de inflación fue elevado. La inflación anual para la primera quincena de junio fue de 6.02%, muy por encima del objetivo de mediano plazo de 3 por ciento. Incluso la inflación subyacente, aquella que está fuera de alzas coyunturales, también sale del margen del Banco de México, al ser de 4.25 por ciento.

El gobernador del Banco Central, Alejandro Díaz de León, ha insistido, una y otra vez, en el carácter transitorio de la inflación posconfinamiento. Pero, por primera vez los integrantes de la Junta de Gobierno hablaron del riesgo en la formación de precios. Todos coinciden, es una inflación sui generis.

Banxico vio riesgos al alza de la inflación:  presiones externas, por costos o reasignaciones de gasto después de la pandemia, por persistencia de la inflación subyacente, por depreciación cambiaria y la sequía que presiona precios agropecuarios.

La decisión fue difícil.

Dos de los cinco integrantes de la Junta de Gobierno, propusieron mantener las tasas en 4 por ciento. Otros tres, por elevarla a 4.25 por ciento. Los integrantes de la Junta son: Alejandro Díaz de León, Gerardo Esquivel, Jonathan Heath, Galia Borja e Irene Espinosa.

Con esto el Banco de México sorprende al mercado. Y fue una buena jugada: el peso se apreció. Y manda la señal a favor de un Banxico más dispuesto a elevar tasas (hawkish) que a bajarlas (dovish).

OXXO LOGRÓ ENTRAR A BRASIL

Oxxo, la cadena de tiendas de formato pequeño, logró entrar a Brasil.

Y es difícil: un mercado grande, y sobre todo proteccionista. Puso su primer Oxxo en la ciudad de Campinas, al norte de Sao Paulo. Ahí, Femsa, la dueña de Oxxo, decidió aliarse a la brasileña Raízen. Y aprendieron la adaptación a los mercados.

Una innovación clave de los Oxxo en Brasil es tener su propia panadería. Así se estila. Y piensan ampliarse hasta 500 puntos de venta, aprovechando que Raizen es una joint venture con las gasolinerías Shell. Es fuerte la nueva apuesta de Femsa.

Este artículo fue publicado en Excélsior el 25 de junio de 2021. Agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.