Jorge Gil, uno de los directores de la entidad, explicó que se alcanzó a frenar una segunda transferencia. Los estafadores usaron la cuenta de un banco con sede en Lanús, provincia de Buenos Aires.
Gil –exrector de la Universidad de la Patagonia- se refirió a las acciones legales y administrativas que se iniciaron por una “presunta defraudación a través del sistema de transferencias electrónicas de dinero, utilizando cuentas de clientes del banco”, detalló en declaraciones que reproduce Diario Patagónico.
“El banco ya ha hecho las investigaciones administrativas pertinentes y ha formulado las denuncias penales correspondientes para que se aclare el hecho y para que tome intervención la Justicia de la provincia del Chubut”, adelantó en diálogo con la emisora Radiocracia.
Gil manifestó que, en general, el sistema financiero por sus características de manejo de dinero y transacciones administrativas, “siempre es blanco de este tipo de operaciones y por ese motivo, los bancos tienen sistemas de seguro que lo protegen ante este tipo de circunstancias”.
No obstante, reconoció que“ha sido una circunstancia poco feliz pero que entra dentro de los márgenes propios de la actividad bancaria. El banco ya ha tomado las decisiones que ha tenido que tomar con respecto al sistema administrativo que posibilita estas operaciones. Habrá responsables y trámites de tipo judicial penal que ya están en marcha”, dijo.
Según Gil, la presunta defraudación fue de 290 mil pesos –como publicó Jornada- y se interrumpió otra de un monto semejante a través de “transferencias”, pero aclaró que “obviamente no lo voy a detallar para que no se divulgue demasiado pero concretamente es como si fueran cheques de firmas falsas. En lugar de ser cheques son una forma específica de transferencia a otras cuentas de otros bancos en otras zonas, normalmente se utilizan bancos de la provincia de Buenos Aires, en este caso de Lanús”, indicó.
“Se hacen esas transferencias a favor de beneficiarios que están en la provincia del Buenos Aires, lo cobran ese importe en el banco y así perfeccionan la defraudación. Obviamente que hay en esto bandas especialidades”, reconoció el funcionario.
Sobre la posible participación de empleados de la entidad en este tipo de operaciones, Gil indicó que esto también es materia de investigación. “Es una combinación de exceso de confianza, de dedicación a seguir las normas y los procedimientos, connivencia con bandas que operan afuera de las instituciones bancarias. Se dan una suma de circunstancias que hacen que los bancos tengan una prevención y por eso se motivo, existen empresas de seguro sobre esas eventualidades”.
Finalmente, Gil aseguró que no hay clientes perjudicados y agregó que “son bandas que se especializan en el delito bancario, no sólo con nuestro banco, esto está pasando y pasa en otras entidades, pero son privadas y pertenecen a otro marco de decisiones”.
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