Bolívar amaneció ayer con un escenario político diferente, cambiado, en relación a lo que sucedía apenas 24 horas atrás. El resultado de las elecciones legislativas abrió un juego de consolidaciones, instalaciones y proyecciones que seguramente se harán más visibles en el tiempo pero que ahora, en lo inmediato, cuando el calorcito del comicio aún perdura, ya se pueden remarcar.
Hilando un poco más fino, puede afirmarse que el verdadero ganador de la encuesta popular fue Bali Bucca. Está claro, y hasta el propio Pisano lo reconoce, que las casi 10.000 voluntades que acompañaron al oficialismo local lo hicieron pensando más en la gestión Bucca y hasta en su propia figura, que en la lista de concejales que presentó el Frente. Bucca es la primera consolidación de la que hablábamos al principio. Porque quedó suficientemente demostrado que es él, en sí mismo, un interesante cuadro político al que el actual partido de gobierno en el país le ha puesto y le seguirá poniendo fichas. ¡Vaya si le puso fichas en la previa del comicio del domingo! No debe considerarse casual el desembarco en Bolívar de lo más granado de la troupe kirchnerista, con el gobernador Scioli a la cabeza, el ministro De Vido y muchos fondos que permitieron no sólo la fiesta, sino muy especialmente realizaciones en obras que no se otorgan a todos por igual. Si algo está claro es que, en política, no se apuesta por alguien sin vocación y posibilidades de crecimiento. Han visto en Bali a una figura para impulsar hacia arriba y éste les respondió una vez más de manera positiva. "Ganá en tu pueblo y después vení" es un slogan muy repetido en terrenos donde se disputan posiciones políticas relevantes. Bali volvió a ganar en su pueblo y está listo para más. He aquí al gran ganador, entonces.
¿Erreca es el nombre del gran perdedor, siguiendo este razonamiento? Algunos así lo ven, sin dudas. Debe ser un golpe duro de asimilar el haber caído derrotado por segunda vez en el boleta contra boleta frente a Marcos Pisano. Perdió nominalmente en las PASO y volvió a perder el domingo. El es un ex intendente, ex presidente del Concejo Deliberante y el nóvel Pisano alguien con muy poco conocimiento popular, sin más pergaminos a mostrar que el ser un fiel acompañante del actual intendente.
Las paradojas de la política, no obstante, también permiten ver a Erreca consolidado como la cara del radicalismo local. Después de vaivenes y luchas intestinas, luego de la desaparición de ese escenario de Juan Carlos Simón, después de las propias PASO, que mostraron una interna entre cuatro fracciones, el "errequismo", que en estas legislativas fue solo, logró convocar a 8.678 votantes que lo eligieron. Una cifra nada despreciable, por cierto, suficiente a veces como para ganar una contienda ejecutiva y obtenida sin los ya lógicos aparatos oficiales. A su favor también puede decirse que Erreca logró aglutinar casi la totalidad de los votos "filo radicales" expresados en las PASO. En aquella oportunidad la sumatoria del resultado de las cuatro fracciones arrojaba 9.035 votos de los cuales, el domingo, Erreca capturó 8.678, es decir apenas 357 menos. Si quiere, entonces, Erreca y su grupo puede "vender" estas cifras como parte de un triunfo esperado a nivel interno y plantarse como el hombre de una unidad que es reclamada siempre por los espíritus radicales.
La polarización hizo que el domingo 27 Bolívar viviera una elección casi mano a mano. Pero no polaricemos también el análisis, porque hubo otros jugadores en la cancha y todos ellos jugaron por algo. Sus respectivas actuaciones dejan margen para anotar cuestiones en el Debe y el Haber.
Marcelo Salamanco jugó con el Massismo. Su apuesta fue muy fuerte porque tenía más para perder que para ganar. El fraccionamiento de ese espacio con la lista que encabezaba Guillermo Panaro puso en riesgo, ya desde las PASO, la posibilidad siquiera de conseguir una banca en el nuevo Concejo Deliberante. Por eso se festejó tanto en el bunker de General Paz y Roca el haber mantenido aquel 13 por ciento de los votos que instalan al propio Salamanco en uno de los sillones del legislativo local. Con un dato de color, al menos según nuestras propias encuestas: repitió la cifra de las PASO. 3.141 votos obtuvo en agosto y 3.141 volvió a cosechar en octubre.
Podrá decirse que es una aspiración menor para una figura como Salamanco, actual presidente del PJ y, en algún momento, hombre decididamente encaminado a pelear por el sillón mayor del Ejecutivo bolivarense. Sin embargo no lo es. Porque su fuerza quedó plantada en el escenario político, cuenta con la impronta que le dará a la vida política de aquí en más el propio Sergio Massa y porque, además, se transformará en un actor importantísimo en el rearmado del deliberativo municipal.
Panaro hizo la elección que se esperaba. O quizás un poco mejor que lo que podía esperarse. Mantuvo casi exactamente los votos de las PASO (1.101 vs. 991) y ello le permite hacer pie en una actividad que no conocía hasta hace muy pocos días y mostrarse como un hombre que no rehúye la participación. Depende de él, ahora, seguir este camino que inició o decidir que no es su rumbo. El macrismo, desde el domingo a la noche ya lanzado a la campaña presidencial de 2015, buscará consolidar sus armados en cada punto del país y Guillermo ya es uno de los nombres a tener en cuenta.
La performance de Patricia Iglesias, como referente del denarvaísmo en Bolívar, fue decididamente pobre, repitiendo la actuación del propio De Narváez en todos los frentes.
Una pincelada más en este razonamiento al correr del teclado. ¿De dónde salieron los votos que le permitieron ganar el domingo a Pisano/Bucca? Porque tenemos por cierto que Erreca sólo resignó 357 sufragios del total al que podía y debía aspirar y que, tanto Salamanco como Panaro repitieron calcadamente los resultados de las PASO.
Primera respuesta: hubo 1.075 votantes más que en las PASO, totalizando 24.295 sufragios contra los 23.220 de agosto. Segunda respuesta: hubo casi 200 votos en blanco menos para la categoría concejales que en las primarias (880 vs. 1.069). Entre ambas cifras suman 1.264 votos que, adicionados a los 7.645 que obtuvo Pisano en las PASO, nos dan 8.909, número que cierra a la perfección con los 9.740 obtenidos el domingo. Porque sólo faltaría justificar 831 que pueden buscarse, aceptando pequeñas diferencias, en los 357 que no retuvo Erreca y los 314 que se le cayeron a Iglesias.
Si este análisis casi matemático es políticamente aceptable, entonces el triunfo de Pisano tiene raíz en el trabajo de campo. En la búsqueda casa por casa, puerta por puerta, del votante y no tanto en el impacto social de acontecimientos como la reapertura del cine o la actuación de Charly García a días del comicio. Aunque todo ayuda.
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