El Gobierno invirtió 27.500 millones en el primer semestre subsidiar la producción de hidrocarburos.
El efecto de las millonarias compensaciones económicas del Estado para mantener los “precios sostén” del crudo y el gas natural ante el derrumbe del precio a nivel global, tuvo en la Argentina efectos dispares.
Los datos definitivos del primer semestre de 2016 muestran dos realidades bien diferenciadas en materia petrolera y gasífera.
La producción de crudo registró -entre enero y junio de este año- una caída del 3% con respecto a igual período de 2015. En cambio, la extracción de gas experimentó una suba del 5%, manteniendo una tendencia positiva que ya acumula 20 meses de crecimiento consecutivo.
Según la última “Carta Energética” que elabora la consultora Montamat y Asociados, las petroleras bajaron la producción de crudo pese haber recibido un subsidio de 27.500 millones de pesos durante los primeros seis meses del año.
“Los esfuerzos realizados por parte de la sociedad argentina en pos del sostenimiento de la actividad petrolera a través de un precio sostén, no alcanzaron para el cumplimiento del objetivo para el cual fue propuesto”, destacó el informe de la consultora que dirige el ex secretario de Energía y actual director de YPF, Daniel Montamat.
Las empresas explican que sin el subsidio la caída hubiera sido mucho más drástica y ponen como ejemplo la situación en Texas, líder en producción de hidrocarburos no convencionales, donde se perdieron más de cien mil puestos de trabajo.
La caída de la producción petrolera fue liderada por la estatal YPF, la caída de los precios del barril vuelve muy costosa la explotación del yacimiento no convencional de Vaca Muerta.
El trabajo detalló que “durante el primer semestre, el precio promedio del barril en el mercado interno fue de 60 US$ mientras que el de paridad de importación estuvo en el orden de los 40 US$ promedio. Considerando que hasta la mitad del año se refinaron en el mercado interno unos 91,6 millones de barriles, y tomando en cuenta el precio de paridad de importación dada la restricción técnica actual de aumentar la cuota de procesamiento del crudo local que se destina al mercado externo, el gasto adicional afrontado fue del orden de los 1.832 millones de dólares”.
Esa suma -según la consultora de Montamat- equivale a unos 27.500 millones de pesos, un monto superior al subsidio adicional que tiene que afrontar el Estado para acatar el fallo de la Corte referente a las tarifas residenciales de gas.
El detalle de la caída
Al profundizar el análisis sobre la perfomance de la actividad petrolera, el informe remarcó los siguientes aspectos:
El enfriamiento de la actividad y del ritmo de la inversión se refleja en la cantidad de equipos activos que bajaron de 119 en julio de 2015 a 81 en el mismo mes de este año, liderados por YPF.
En los pozos no convencionales, la actividad perforatoria exhibió un descenso del 32% comparando el primer semestre de este año con igual período de 2015.
En tanto, por el lado de la producción de gas, el panorama se perfila más alentador. Según señala el informe, el incremento del 5% en los primeros seis meses del año se deben a dos factores:
La continuidad del esquema de incentivo a la explotación de gas excedente mediante la aplicación de un precio diferencial de hasta 7,5 US$ por millón de BTU que apunta a generar los estímulos necesarios para la explotación de gas no convencional en forma rentable.
La señal de recomposición de los precios de gas que, por el freno que impuso la Corte en las tarifas residenciales, implicará un aumento en los subsidios en más de 20.000 millones de pesos por parte del Estado para compensar las diferencias en la cadena aguas abajo, en tanto el productor percibirá aguas arriba un precio en torno a los 5 US$ por MBTU.
Con respecto al total de los subsidios energéticos que terminará pagando este año el Estado, los números de la consultora indican que “el sector eléctrico se llevará 148.625 millones de pesos, de los cuales 90.493 millones de pesos serán para CAMMESA y otros 58.132 millones de pesos irán para Enarsa por la importación de gas y combustibles líquidos. Si a eso se agregan las compensaciones previstas para el sector gasífero, el monto total de los subsidios energéticos a pagar por el Estado podría ascender a 206.000 millones de pesos.
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