El radicalismo es probable que supere el piso de tres ministros que tiene hoy en el elenco de Antonio Bonfatti y hasta podría sumarse un dirigente con trayectoria peronista.
Aunque intentó ponerle sordina a sus reuniones para definir el gabinete, el gobernador electo Miguel Lifschitz no pudo impedir que se filtraran los primeros esbozos de lo que será su equipo de gobierno. Habrá más de un ministro de la actual gestión que seguirá en su cargo, el radicalismo es probable que supere el piso de tres ministros que tiene hoy en el elenco de Antonio Bonfatti y hasta podría sumarse un dirigente con trayectoria peronista.
La primera definición en la conformación del futuro gabinete del Frente Progresista que gobernará la provincia a partir del 10 de diciembre es la confirmación de la actual ministra de Educación, Claudia Balagué, quien ocupa la cartera educativa desde diciembre de 2012.
Desde el regreso de la democracia, sólo dos ministras duraron los cuatro años de gestión en el área educativa: María Rosa Stanoevich, en el primer gobierno de Jorge Obeid, y Elida Rasino, durante la gestión de Hermes Binner. A ella la sucedió Letizia Mengarelli, que al año tuvo que dejar su cargo para dar lugar a la designación de Balagué, que ahora será ratificada por Lifschitz. Habrá que ver en esa área qué pasa con las segundas líneas, ya que no todas tendrían el visto bueno para continuar.
Una designación que ya decidió el gobernador electo es para alguien de su estrecha confianza, el ingeniero José Garibay, quien ocupará uno de los doce ministerios del próximo gobierno. Se hará cargo de Aguas y Servicios Públicos, con lo que se confirma que el actual titular de esa cartera, Antonio Ciancio, no seguirá en el futuro gobierno.
Garibay, que fue secretario de Servicios Públicos cuando Lifschitz estuvo en la Intendencia de Rosario, actualmente es funcionario del gobierno provincial. Ocupa la Secretaría de Sistema Metalmecánico, Automoción y otras Manufacturas, bajo la órbita del Ministerio de la Producción, con lo que ascenderá varios escalones con su nueva función. Del área que pasará a comandar se desprenderá Medio Ambiente, que recuperará el rango de Secretaría de Estado y pasará a depender directamente del gobernador.
En Hacienda y Finanzas, Lifschitz ascenderá a ministro a un integrante de la segunda línea del actual equipo que lidera Angel Sciara, quien seguramente dejará la gestión pública después de acompañar los mandatos completos de Binner y Bonfatti. El propio ministro había puesto en duda su continuidad cuando en los últimos días se refirió a la cantidad de años que lleva como funcionario, aunque afirmó que va a seguir trabajando en política. Al mismo tiempo, sugirió que sería aconsejable que alguno de los integrantes de su equipo fuera tenido en cuenta para sucederlo. “Sería un desperdicio si no lo hicieran”, fue la frase que dejó picando Sciara. Aunque aún este reemplazo no está decidido, Lifschitz parece querer ir por ese camino. Los nombres que aparecen como probables son los de los secretarios de Hacienda, Carlos Fernández, del riñón socialista, y de Finanzas, Gonzalo Saglione, de orientación radical. Los dos encabezaron este mes la presentación del proyecto de endeudamiento a corto plazo que impulsa la provincia para hacer frente a los pagos del último tramo de gestión.
Lo que no está definido. Hasta ahí se puede avanzar en el terreno de las confirmaciones. Después aparece una franja de especulaciones que encabeza el actual diputado provincial Eduardo Di Pollina, a quien muchos ya confirman al frente del estratégico ministerio de Gobierno. Lifschitz por ahora no ha asegurado nada, pero se sabe que hubo encuentros entre el ex titular de la Cámara baja santafesina y el gobernador electo. La capacidad negociadora y cintura política de Di Pollina es probable que no pueda ser superada por ninguno de los otros candidatos.
• En Justicia ya se sabe que el actual titular Juan Lewis no sigue. Su reemplazante sería un referente de la ciudad de Santa Fe o que territorialmente represente al norte de la provincia.
• En Salud, el principal candidato por experiencia y conocimiento de la función está ocupado. Miguel Cappiello fue electo senador provincial y será el único representante de ese sector político en la Cámara alta, dominada por el justicialismo. Aunque el conocimiento de Lifschitz del Senado, que integró los últimos cuatro años, podría hacer innecesario tener a alguien que lo represente. Tendrá que evaluar el futuro gobernador si se anima a dar el paso de sustraer a un legislador electo para sumarlo a la gestión. En esta área lo que parece decidido es que la actual cúpula, que incluye al ministro y a sus secretarios, no tendría lugar en el nuevo organigrama. Uno que se menciona para el sector es el actual secretario general de la Municipalidad, Jorge Elder, pero nadie puede asegurar todavía que vaya a hacerse cargo del ministerio. Es probable que esté en la segunda línea.
• Los dos funcionarios del gabinete de Mónica Fein que seguro saltarán a la provincia todavía no tienen definidos sus lugares de integración en el equipo de Lifschitz. Se trata de Fernando Asegurado, que deja en diciembre la Secretaría de Gobierno y pasaría a algún cargo provincial probablemente vinculado a las relaciones entre el gobierno y el Poder Legislativo. En cuanto a Horacio Ríos, que deja en diciembre Cultura, la idea era que participara del área de Comunicación, pero aun no está definido.
• En Cultura habrá que ver quién reemplaza a Chiqui González si es electa diputada nacional. Aunque si se repitiera el resultado de la elección interna podría no ingresar a la Cámara. Ahí no se descarta que pueda seguir, aunque esa charla recién tendrá lugar después del 25 de octubre.
En el marco de un gran hermetismo, a tal punto que hay más versiones que certezas, entre quienes se han reunido con Lifschitz aseguran que además de Balagué habrá un par de ministros más de la actual gestión que podrían seguir más allá del 10 de diciembre. Tampoco descartan que pueda integrar el gabinete un hombre con trayectoria en el peronismo, aunque aclaran que no se trata del resultado de negociaciones con las autoridades de ese color político. Podría ser el que asuma en Justicia.
Mientras, en el entorno del gobernador electo nadie se siente habilitado a hablar. “Los nombres los va a dar a conocer el propio Miguel avanzado octubre”, deslizan varios sin mucha información.
El intríngulis radical. Un viaje a Italia y un percance de salud del senador Santiago Mascheroni (se rompió el tendón de Aquiles) demoraron las conversaciones que Lifschitz debía tener con los referentes de los tres sectores que se dividen hoy el radicalismo santafesino. No obstante, se desprende de las primeras negociaciones que serán más de tres los ministros de ese sector político que integrarán el nuevo gabinete.
La intención de los radicales es subirle la apuesta al gobernador electo (llegaron a pedir seis lugares de primera línea), pero es casi seguro que el principal socio del socialismo en el Frente Progresista peleará por tener cuatro ministerios.
La habilidad de negociación y el resultado de esa pulseada será la primera prueba que afrontará el hacedor del futuro gobierno.
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