Andrés Leiva salió a “tomar fresco” a la vereda y resultó víctima de un tiroteo entre narcos. Hoy permanece internado en la sala general de Traumatología del Hospital San Martín, con su brazo derecho “con los huesos molidos” a causa de la bala, que sería de grueso calibre, que aún tiene dentro.

“Estaba sentado tranquilo, había mucha gente afuera cuando se empezaron a tirar”, describió el hombre a Códigos.

Miguel es hermano de Andrés: “Si no era él (por su hermano), hubiese sido otro. Era una balacera, no miraban para donde tiraban, era impresionante”, recordó respecto de los hechos que culminaron con dos heridos, ese día. “Da la casualidad que mi hermano salió a la puerta a sentarse porque hacía mucho calor y empezó la balacera”.

Al ser consultado sobre si son frecuentes las balaceras en esa zona, aseveró: “Hace un mes y algo que se vienen dando”.

“Nacimos, nos criamos acá. Hace 25 años que tengo negocio y nunca pasó nada. Hace un tiempo que esta situación empezó a darse. Hay momentos en que esto es zona de nadie, entra y sale gente que no conocemos. Tenemos que estar las 24 horas, encerrados. Y esto pasa a diez cuadras de centro. Los vecinos nos dicen que tienen miedo de mandar los chicos a comprar al kiosco”, aseveró el hombre, muy preocupado por la situación.

Respecto del estado de salud de su hermano aseveró. “No se la pueden sacar porque tiene el hueso molido adentro. Van a esperar un mes y medio para ver cómo evoluciona”.

Hace algunos días, los vecinos se movilizaron para pedir justicia.

Un vecino, por su parte, afirmó a Códigos que “desde que vino la familia Sánchez al barrio, hay una balacera detrás de otra”. En el mismo sentido, afirmó: “La casa queda al fondo de la barranca, la policía no se anima a ir”.

“Tengo 80 años y nunca se vio esta violencia en esta zona. Viví toda mi vida en esta casa”, acotó, al lamentar la situación que los tiene muy atemorizados.