La Bodega está que arde. Un Heinze cuestionado se juega su futuro en el clásico. Los hinchas y un mensaje “especial”. Caliente.
La Bodega está más caliente que nunca. Arde.
A horas del esperado clásico contra San Martín de San Juan, el clima se vive bajo una presión absoluta.
En el Tomba saben que el duelo en la vecina provincia vale más que tres puntos. Puede dejar heridas profundas difíciles de cicatrizar o permitir el despegue para salir del pozo y transitar el camino de los triunfos.
El mal momento futbolístico del equipo ha provocado que Gabriel Heinze se encuentre parado en la fina línea de cortar con el proyecto que inició junto a los dirigentes, desde que se reanudó el torneo tras la Copa América.
Ya no todo es color de rosas.
Al mismo tiempo, los hinchas dejan mensajes pidiendo ganar sí o sí el choque en Pueblo Viejo. Y es que los futbolistas se encontraron con una bandera muy “especial” como aperitivo del compromiso. Todo un método para refrescarles la memoria de lo que deben hacer en el estadio Hilario Sánchez.
Y sí. Los jugadores entienden perfectamente sus obligaciones como profesionales, y más en un partido como el de mañana. No necesitan ningún pasacalle.
¿Apoyo? ¿Apriete? Habrá que ver cuál es la lectura que hizo el plantel de lo sucedido en Coquimbito.
Muchos simpatizantes siguen “bancando” a este conjunto joven con varios hombres d e la casa, pero otros ya demostraron frente a Racing que se les terminó la paciencia ante la mala campaña que viene realizando.
Afuera se juega un partido complicado cuyo final es una incógnita hasta diciembre, mientras que adentro las cosas están un poco más visibles en relación a la situación del entrerriano.
En cada rincón del club son conscientes que un paso en falso contra el Verdinegro significaría la partida del entrenador. José Mansur ya dejó expuesto su pensamiento en la semana: “Heinze está haciendo un gran trabajo con el grupo, pero esto no se traduce en los partidos. Debe existir una conjunción entre su idea y los resultados”. El discurso del presidente ya no es tan firme y contundente como hace unos días atrás. Sin dudas.
Heinze, con su extensa trayectoria como futbolista y sabiendo cómo se manejan las cosas en el mundo del fútbol, también sabe que necesita una victoria para tomar algo de aire y pensar el futuro de otra manera. Resistido por un sector de la gente, la única manera de sostenerse en el cargo es volver a Mendoza victorioso.
Las buenas épocas de protagonismo ya forman parte del pasado. Hoy todo es gris y turbulento en el Bodeguero. Como pocas veces en Primera División.
Hinchas enojados...técnico y directivos cuestionados. Tomba caliente.
Comentá la nota