El gobernador visitó la redacción bonaerense de Letra P. En esta nota, sus diferencias con Massa, el funcionamiento de la coalición, el impacto de una presidencia libertaria, el caso Insaurralde, el derrumbe electoral del FdT y más.
Por Juan Rubinacci
Sentado en la redacción bonaerense de Letra P, responde unos mensajes en su celular mientras le sirven agua en una copa. “¿Tenés alguna gaseosa?”, pregunta. Segundos después suelta el teléfono, toma unos sorbos y da el ok. “Estamos”, dice el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y levanta la mirada para darle comienzo a la charla con este medio. “No le pongo un GPS a mis ministros”, dice en referencia al escándalo del Marbella-gate y se diferencia con el ejemplo de su campaña 2019 en el Clio. “No lo hice para que todos me vean, yo vivo así, es genuino. En mi gobierno eso no va”, dispara en referencia al paseo fastuoso de Martín Insaurralde por el Mar Mediterráneo. Como sea, dice que en los casi cuatro años que lleva de gobierno, el Frente de Todos “fue un violín” en la provincia y sostiene que la “nueva canción” que debe escribir el peronismo es consecuencia de errores propios. “Lo que venimos haciendo no funciona”, advierte.
Levanta el tono para evitar interrupciones a sus respuestas y admite que en economía no piensa igual que el candidato Sergio Massa, aunque dice que, si el ministro “no sacaba de la galera el acuerdo con China y Qatar, era la caída del gobierno como en el ‘89 y 2001”. Tira un piedrazo a la vereda de enfrente al referirse a Mauricio Macri -“El líder de la oposición decidió romper su espacio político”- y advierte sobre las consecuencias que una presidencia de Javier Milei podría tener en el territorio que gobierna. “Sus políticas dañan de muerte a la provincia”, afirma y lanza la amenaza: “Le voy a ir a pedir y, si no me da, va a tener un problema con la provincia”.
-¿Cómo evalúa el funcionamiento del Frente de Todos?
-En la provincia fue un violín. Los experimentos de coalición que había en Argentina eran la Alianza de (Fernando) De la Rúa, a quien le renuncia el vicepresidente, y el gobierno de Macri, que gobernó sin los radicales, despreciándolos.
-El Frente de Todos era una coalición más homogénea, integrada por distintas versiones de peronismo…
-No, porque incluimos a dirigentes que nos estuvieron criticando durante todo el gobierno de Cristina (Fernández de Kirchner). Cuando yo era ministro, Alberto Fernández deambulaba por los canales diciendo esto y lo otro. Massa se presentó contra nosotros. Es cierto que a nivel ideológico es más compacto, tenemos una mirada del campo popular, soberanía, producción industrial… a nivel nacional son públicas y notorias las diferencias que hubo.
-Hubo diferencias muy fuertes.
-Cuando uno gobierna en coalición siempre hay diferencias. En economía no pienso igual que Massa. Después está cómo se dirime y con cuánto conflicto o carácter público. Las diferencias fueron conceptuales, de política. No como en Juntos por el Cambio (JxC), donde Macri los espiaba y les hacía un carpetazo. O (Carlos) Melconian y los audios de una grabación durante el gobierno de Macri, acá hubo diferencias políticas. En la provincia anduvo recontra bien la coalición, no hubo diferencias en políticas de gobierno. El plan y ejecución, monolíticamente, todo el FdT acompañó en cada uno de los distritos. Fue un ejemplo de funcionamiento de coalición.
En economía no pienso igual que Massa
-¿Después de las PASO de 2021 no hubo un quiebre?
-Cuando un gobierno pierde la elección ejecuta cambios. Tenés que refrescar con cambios en la gestión, en la política y el discurso. La discusión era que hubiera más representatividad de los intendentes, que venían de gobernar sus distritos, para que participaran del gobierno. No hubo ruido al interior, como pasó en otras experiencias en el macrismo, que estaban todos peleados. Acá había tradiciones distintas.
Detrás del sonido de ese violín que destaca Kicillof se oyeron -aún se oyen- ruidos molestos que dieron cuenta de una batalla subterránea que, off the record, reconocen actores de todas las tribus peronistas. Aquellos cambios en el gabinete trajeron consigo una fuerte convulsión interna. El entonces jefe de Gabinete y mano derecha del gobernador, Carlos Bianco, debió correrse para darle el lugar al mandamás de Lomas de Zamora y nexo entre un puñado de intendentes y el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner. El movimiento, sentenciado por CFK en una reunión en El Calafate celebrada post-PASO, fue leído como una intervención del equipo del gobernador. También fue parte del desembarco el intendente de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini, quien tomó las riendas del poderoso Ministerio de Infraestructura. De esa silla debió levantarse Agustín Simone, otro incondicional de Kicillof. La relación del núcleo duro del mandatario con estos referentes territoriales nunca terminó de aceitarse. Dos años después de aquella colonización por goteo, la alianza forzada terminó de explotar en el Mediterráneo.
“Él (Insaurralde) pudo haber sido intendente de Lomas muchos años, dirigente de hace mucho tiempo, todo lo que quieras, pero en mi gobierno esto no. Yo vi la foto y en tres horas dejó de ser parte del gobierno”, explica Kicillof con gesto adusto. Las imágenes del exfuncionario bebiendo champán en un lujoso yate en las costas de Marbella lo enfurecieron.
#Elecciones2023 Massa-Kicillof, la fórmula para darla vuelta
Arropados por el aparato y toda la mística, festejaron el Día de la Lealtad peronista
El dúo se llenó de elogios y reconoció sus necesidades mutuas
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— LETRA P (@Letra_P) October 18, 2023
-¿Se arrepiente de aquellos cambios en el gabinete?
-No. Si yo hubiera conocido esta actitud, esta forma de llevar la función pública, jamás lo hubiera integrado a mi gobierno, pero no la conocía ni yo ni un montón de gente. Fue una sorpresa para todos. Más allá de que vimos a un ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires como (Eugenio) Burzaco en el US Open cuando acá sucedía un crimen y nadie le preguntó con qué pagó ese viaje... A Burzaco no lo tendría en mi gobierno y a Insaurralde tampoco. Como no tendría a Melconián, si esos audios fueran reales. Tengo 18 ministros, no sé dónde están ahora, estamos en campaña. Se pueden tomar el fin de semana, en la semana tienen que laburar y atenderme el teléfono, pero no les pongo un GPS.
-¿En términos personales cómo lo tomó?
-Me dio bronca. No sabía ni es mi función ver el origen ni la propiedad de lo que estaba usando. Esa foto no me gustó, me dio bronca y enojo. Un ministro de mi gobierno en proceso electoral no anda haciendo ese tipo de descansos. Te podés ir a Mar del Plata, a la costa… no hay obligación de decirme a dónde se van, pero en mi gobierno esa actitud no va. No hice campaña en el Clio para que todos me vieran, lo hice porque no podía llevarme el auto familiar todos los fines de semana. Carli (Bianco) tenía el suyo y salimos en el de él, es genuino y real, sigo viviendo así.
Martín Insaurralde, intendente de Lomas de Zamora, será el nuevo Jefe de Gabinete, en lugar de Carlos Bianco, quien será designado Jefe de Asesores del Gobierno de la provincia de Buenos Aires. pic.twitter.com/sL013yRxia
— LETRA P (@Letra_P) September 19, 2021
-¿Estos hechos alimentan el discurso de Milei?
-No soy sociólogo ni politólogo ni psicólogo. Tuvimos sorpresas grandes: (el triunfo de) Milei, la derrota de Larreta y también que el líder más importante de la oposición, Macri, tome la decisión de destruir su propio espacio. Trató de bajar a Larreta, ahora la baja a Bullrich y no se sabe a quién apoya.
-Si fue "un violín", ¿cómo explica el derrumbe electoral del FdT de las PASO de 2019 a las de 2023?
-En la región hay mucha alternancia, el que gobierna no gana. Es muy difícil dar resultados contundentes. En Brasil ganó (Jair) Bolsonaro, pero perdió con Lula; (Donald) Trump perdió y ahora le puede ganar a (Joe) Biden… pareciera que nadie da en el clavo.
-¿Los problemas son solo por motivos externos o también hay problemas de la coalición?
-Algunos me dicen que es un milagro que estemos competitivos. Alberto en un momento podía ser candidato, pero se corrió y el frente cerró con Massa, que dio un vuelco fuerte al estilo del gobierno, se le plantó al Fondo.
Mientras se apura a masticar un sandwich de miga para responder, Kicillof se corre al terreno que mejor conoce, la economía, y levanta la figura del candidato presidencial de Unión por la Patria (UP). “Lo querían condicionar a una devaluación grandísima para hacerle el desembolso y les dijo que no. Si no venía el desembolso, venía el default. No pasó porque sacó una de la galera: hizo un acuerdo con China, con Qatar que nadie se la esperaba. Era la caída del gobierno, como en el ‘89 y en 2001”, asegura.
-¿Massa va a escribir la nueva canción de la que usted hablaba?
-Milei sacó 30 puntos, obviamente un sector de la sociedad, un tercio, está viendo ahí una respuesta a sus problemas, nosotros no le llegábamos. Debe ser mucho lo que nosotros no podemos resolver que a la gente le dicen “dolarizar, voucher, venta de armas, de órganos, arancelar universidad” y ¿esa es la solución? Tenemos que entrar en sintonía de cuáles son esas demandas y cuál es el lenguaje, tomar un lugar de representación de una forma distinta. Lo que venimos haciendo no funciona.
Tenemos con qué. Tenemos con quién.#TenemosPresidente pic.twitter.com/geuS2UMNvA
— Axel Kicillof (@Kicillofok) October 13, 2023
-Massa planteó un gobierno de unidad nacional. ¿Usted replicaría la idea en la provincia?
-Tenemos 135 intendentes y goberné con todos. Más allá de cómo lo refleje en el gabinete, estamos gobernando distinto.
-¿Cómo sería la provincia gobernada por usted pero con Milei en la presidencia?
-Si se abren las importaciones, si no hay mecanismo de crédito público nacional, si no hay infraestructura nacional, vamos a tener problemas sociales y laborales graves. Con Milei no tengo temas personales; en lo político, sí. Las políticas que propone dañan de muerte a la provincia de Buenos Aires. Dice motosierra y dinamita, pero necesitamos ladrillos y cemento. Dice ajuste, pero necesitamos más médicos y maestros. Dice obra pública privada, pero las tiene que hacer el intendente con apoyo de la provincia y la Nación. Me voy a encontrar con políticas perjudiciales para la provincia.
-¿Qué haría en ese caso?
-Si pasa eso, estaré el primer día pidiéndole lo que necesitan las y los bonaerenses, no para hacerme amigo o conocer al perro muerto, voy a ir a decirle “necesito esto” y, si no me lo da, va a tener un problema con la provincia de Buenos Aires.
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