El gobernador y el poder territorial que lo apoya marcharon juntos al Congreso. Hit "Axel presidente" y distancia con Kirchner y La Cámpora.
Por Macarena Ramírez
La multitudinaria marcha al Congreso que este miércoles encabezó la CGT en contra de las políticas de ajuste del presidente Javier Milei ofreció un mensaje subyacente: la imagen del gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, junto a un grupo variopinto de intendentes que decidió darle su respaldo definitivo. La foto se completa con la ausencia del camporismo en ese bloque bonaerense que luce compacto de cara al proceso de reconstrucción en el que entró la fuerza desde que se convirtió en oposición. Pese a la idea publicitada de marchar “como un ciudadano más”, el mandatario terminó siendo un foco de atención, como único gobernador del PJ presente, un dirigente que por default va camino a la disputa por el sillón de mando nacional y para lo cual ya comenzó a construir su propia base de sustentación política.
Pasadas las 11 de la mañana, la tropa de intendentes comenzó a nuclearse en el bar Azteca, ubicado en la intersección de las calles Lima y México. Se sumaron representantes legislativos y otros funcionarios, mientras columnas de las diferentes organizaciones sindicales y políticas marchaban por la 9 de julio esquivando las postas policiales dispuestas por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Esperaban al gobernador bonaerense, que llegó una hora más tarde, acompañado de su ministro de Gobierno y mano derecha, Carlos Bianco, entre otros integrantes del gabinete. La camioneta que lo trasladó lo dejó en la puerta y Kicillof ingresó en medio de empujones de la militancia que estaba afuera del lugar y que pugnaba por un saludo o una foto.
Dentro del bar esperaba el poder territorial del conurbano y más allá, que en el último tiempo se abroqueló detrás de su figura. Estaban los intendentes que lideran la Mesa de Ensenada y que comandan el armado de una nueva estructura que empodera a Kicillof Fernando Espinoza (La Matanza), Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada). También fueron de la partida la intendenta de Moreno y dirigente del Movimiento Evita, Mariel Fernández; el ex intendente de Ituzaingó, Alberto Descalzo; el jefe comunal de Escobar, Ariel Sujarchuk, y su par de Almirante Brown, Mariano Cascallares, entre otros.
No estaban allí los intendentes de La Cámpora, por caso, la jefa comunal de Quilmes, Mayra Mendoza, que se encontraba en ese momento en la plaza con la militancia de su distrito. Más tarde, acompañado por dirigentes de la organización como Eduardo de Pedro y Mariano Recalde, Máximo Kirchner también estuvo en la plaza. No se vieron las caras con el mandamás bonaerense.
El gabinete bonaerense estaba en pleno, había también intendentes del interior y algunos representantes legislativos. Kicillof fue el centro de atención, recibió saludos y se paseó entre los diferentes grupos para tener breves charlas con cada uno. A poco más de media hora de haber llegado, el gobernador y la dirigencia presente salieron a hacer una foto. Otra vez la militancia se desbordó y hasta le cantó “presidente, Axel presidente”, aquel hit que sonó fuerte cuando le pedían a Cristina Fernández de Kirchner que ungiera candidato a su hijo político dilecto.
Tras la foto, Kicillof se subió a la camioneta y se fue rumbo a Puente 12, en La Matanza, donde, según indicaron a Letra P fuentes de entorno del mandatario, mantuvo una reunión de trabajo junto al ministro de Seguridad, Javier Alonso, para “repasar los avances en las investigaciones de los últimos casos”.
Más temprano, cuando la manifestación al Congreso comenzaba a tomar forma, Bullrich apuntó contra Kicillof por su participación en la protesta. “Veo que con lo que está pasando en la provincia, con los dramas que estamos teniendo, que el gobernador participe de una marcha, cuando ayer los diputados de Unión por la Patria tomaron una posición política, me parece que no corresponde. Como gobernador tiene que hacer cumplir la ley, no violarla”, disparó. En la misma línea se manifestó el ministro de Economía, Toto Caputo.
Si bien Kicillof quiere cuidar su rol institucional y busca encauzar algún diálogo con el gobierno nacional que le permita tener el financiamiento que necesita para gobernar Buenos Aires, su perfil ya cambió. Días atrás convocó y fue anfitrión de la reunión de gobernadores del PJ, intendentes, representantes legislativos y sindicales en la Casa de la Provincia de Buenos Aires. Su protagonismo llegó para quedarse.
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