El gobernador habló con su antecesora antes de que ésta partiera de viaje. Y asegura que no cumplió una promesa. En Juntos por el Cambio dan otra versión.
"Tenemos un problema: (María Eugenia) Vidal y (Federico) Salvai no mandan.Y nos vendieron que sí mandaban". El gobernador Axel Kicillof va armando su lista de enemigos políticos para responsabilizarlos de su primer fracaso político como funcionario bonaerense: el intento para aprobar una suba de impuestos que llega al 75% para los contribuyentes de mayor poder adquisitivo. En el entorno del economista ponen a la ex mandataria y su ex jefe de Gabinete como los principales culpables.
Sigue el relato K: "Había un acuerdo político y ellos lo quebraron. El jueves a la mañana estaba todo listo para votar y después se fueron para atrás. Que después le expliquen a la gente por qué pidieron que nosotros le votemos todo a Vidal (cosa que hicimos) y ellos no le votaron a Axel lo que pidió".
La versión de Juntos por el Cambio coincide sólo en una parte: "Es cierto que había compromiso de María Eugenia de acompañar. Pero el jueves, antes de irse de viaje (NdR: a París, con su nueva pareja, el periodista Enrique Sacco) con nosotros fue bien clara: 'Votamos a favor si bajan el tope del 75%'", aseguró este domingo a Clarín una de las principales patas negociadoras del macrismo.
Ese número, el 75, es el que resume el nudo a desatar. Y por las posturas inflexibles de ambos sectores, a esta hora no parece tan simple. Cerca del gobernador le dan un cariz ideológico a la puja: "Podemos ceder (en bajar el tope de 75% de incremento) en el inmobiliario urbano. No en el rural. En términos de recaudación no es algo significativo. No es que no vamos a poder gobernar si no subimos ese impuesto. Pero es una manera de decir hacia dónde queremos ir".
Durante la negociación, según fuentes macristas, hubo una oferta K de morigerar el impacto: "Según el proyecto original, la suba del 75% en el inmobiliario urbano afecta a 2.600.000 personas. Ellos (por el kirchnerismo) accedieron a que afecte a 1.000.000, pero manteniéndoles el 75% a ese grupo. Nosotros lo que les contraofertamos es bajar a menos de 60%. Pero no quieren. El titular de ARBA (por Cristina Girard) nos decía: 'No vamos a aceptar porque deja de ser nuestra ley'. Es un capricho. En términos de recaudación no es mucho".
En el Senado, donde se dio la discusión, Juntos por el Cambio tiene la mayoría: 26 legisladores contra 20 K. ¿Hubo extorsión como acusa Kicillof? "Si lo queríamos perjudicar, habilitábamos la sesión, votábamos en contra y el proyecto no se podía tratar hasta marzo. Este pibe (por el gobernador) no entiende nada. Y después se mandaron la jugada de querer aprobarlo en Diputados. No se puede creer. Nosotros queremos acompañar como mayoría opositora, pero él tiene que ayudar", amplía una fuente macrista.
Como reveló Clarín este fin de semana, tras el fracaso en la Cámara alta bonaerense, el proyecto pasó a la baja, donde el kirchnerismo tiene un bloque de 45 diputados, dos menos de los necesarios para el quórum. En medio del poroteo, dos legisladores cercanos a Consenso Federal y el massismo (Mario Giacobbe y Fabio Britos) aportaban número. Pero como hubo dos bajas en la propia bancada K, se cayó la sesión: José Pérez, cercano al intendente Mario Ishii, y Fernanda Díaz, de La Cámpora.
Cerca del gobernador buscan quitarle dramatismo a ese nuevo traspié. "Lo que sucedió con Diputados es que si no se trataba el viernes, ya no se podía tratar hasta el 7. Por el reglamento. Bueno, habrá que esperar hasta el 7", señalaron.En Juntos por el Cambio consideran "muy probable" que Kicillof vaya efectivamente por Diputados. De todos modos, si no hay acuerdo con el macrismo, la jugada quedaría por la mitad por cómo se compone el Senado.
La doble interna y el intento de quiebre
La pelea entre el kirchnerismo y Juntos por el Cambio se da también en medio de internas dentro de los propios espacios. Para algunos, la ausencia del diputado que responde a Ishii fue un bueno ejemplo del enojo de los intendentes del PJ con Kicillof por el poco espacio que les dio en el armado de su gobierno. Fue sonoro el silencio de los jefes comunales el primer día de la pelea. Luego, sí, salieron a pedir apoyo. Tarde.
Si bien dentro de las negociaciones había interlocutores kicillofistas (como Girard o el jefe de Gabinete, Carlos Bianco) y no kicillofistas (como la vice Verónica Magario o los diputados Carlos "Cuto" Moreno y Federico Otermín), la decisión terminaba pasando por los primeros, por lo general menos flexibles. Un reflejo del estilo y modo de construcción del gobernador, riesgoso para un parlamento donde no tiene mayoría.
Del lado de Juntos por el Cambio, los más duros parecieron ser los intendentes Jorge Macri (Vicente López) y Julio Garro (La Plata). También, algunos representantes de la Coalición Cívica. A ellos les apunta el kirchnerismo. Kicillof, por caso, mencionó este domingo a Garro y aseguró que "en su municipio propuso aumentos de hasta 80%". Al primo del presidente le adjudican pedidos insistentes para obtener cargos. En el macrismo admiten diferencias, pero aseguran estar jugando en bloque.
Menos intransigentes estarían algunos jefes comunales del interior bonaerense (radicales o incluso el marplatense Guillermo Montenegro) que, por necesidades económicas, necesitan que se actualice la coparticipación que les manda la gobernación. El kirchnerismo ya está intentando operar sobre ellos para lograr alguna fractura. Hasta ahora no la logró. ¿Podrá en 2020?
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