El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, convocó a La Plata a parte del bloque de diputados nacionales del Frente de Todos, con Máximo Kirchner como jefe de la bancada y Sergio Massa como titular de la Cámara baja a la cabeza del grupo. Será una picada/cena, el miércoles a la tardecita.

Más allá de lo que se hable, la convocatoria en sí misma representa un gesto, el primero hacia los diputados nacionales elegidos por la Provincia en 2017 y 2019. Del total del bloque, 34 son bonaerenses aunque uno de ellos, José Ignacio de Mendiguren, se encuentra de licencia tras ser designado al frente del banco BICE. Los 33 en funciones se reparten entre La Cámpora, el Frente Renovador, Nuevo Encuentro y el Movimiento Evita que integraron el frente que llevó a Alberto Fernández y Cristina Kirchner a la presidencia de la Nación. Todavía está en la lista Daniel Scioli, quien tiene previsto renunciar una vez que sea aprobado su pliego como embajador en Brasil. De hecho, este martes, a las 10, asistirá a la audiencia convocada por la Comisión de Acuerdos en el Senado junto con otros diplomáticos políticos que necesitan el aval del Parlamento.

La cita en la Gobernación, según comentaron varias fuentes a Infobae, tiene carácter institucional y, más allá de la coyuntura política, uno de los temas previstos en la charla es el interés de Buenos Aires en el Presupuesto 2020, que el Presidente enviaría recién en abril al Congreso de la Nación tras la renegociación de la deuda. Muchos diputados sólo saben que fueron invitados a La Plata junto con todo el bloque y desconocen la agenda que se abordará. Coinciden en que el gobernador Kicillof les dé un pantallazo de lo que este fin de semana denominó como una provincia que “es un castillo de Disney en ruinas y tierra arrasada al cuadrado”, tal como lo hizo en reuniones similares con los intendentes peronistas primeros y los de Juntos por el Cambio después. El Fondo del Conurbano bonaerense, el Fondo Educativo y las transferencias de Nación a la Provincia serán parte del temario, coincidieron algunas fuentes que admiten la preocupación en La Plata por el rojo bonaerense.

En el bloque del Frente de Todos confluyen diputados de peso como el jefe de La Cámpora, Andrés Larroque; Leopoldo Moreau por el kirchnerismo y su hija Cecilia Moreau por los renovadores; Cristina Álvarez Rodríguez, que tiene la permanente función de tejer consensos internos en línea directa con Máximo Kirchner; los sindicalistas Hugo Yasky, Vanesa Siley y Walter Correa, y también Facundo Moyano, Mirta Tundis, Fernanda Vallejos, Rodolfo Tailhade, Mónica Macha y Nicolás Rodríguez Saá, entre otras figuras visibles incluso a nivel nacional. Varios de ellos responden a Máximo Kirchner y a la vicepresidenta, Cristina Kirchner.

No será el primer encuentro entre Kicillof y Kirchner, de permanente contacto, y con aspiraciones políticas coincidentes. Ni tampoco con Massa. Con ambos el gobernador tuvo largas charlas tras el primer intento fallido por aprobar la ley de emergencia bonaerense. Ante reclamos de la oposición y también de la propia tropa (los intendentes, molestos por estar fuera de la gestión, por ejemplo), el mandatario se abrió al diálogo político. Aun así mostró su enojo por la falta de respaldo al aumento del impuesto inmobiliario que impulsó. Siempre apuntó públicamente a la oposición.

Para buscar apoyo parlamentario a la gestión bonaerense, y fundamentalmente a las partidas presupuestarias que le corresponden a Buenos Aires o las que reclamarán se incorporen en la llamada ley de leyes, Kicillof podría repetir esta reunión política con los bonaerenses del bloque de los “primos” peronistas que en la campaña respaldaron a Roberto Lavagna (Justicialista más Consenso Federal): Eduardo “Bali” Bucca, ex candidato a gobernador; Graciela Camaño; Jorge Sarghini, y Alejandro “Topo” Rodríguez.

Aunque no lo confirman, nadie descarta que Kicillof convoque a otra reunión protocolar a los diputados por Buenos Aires de la oposición. El distrito tiene en Diputados 68 legisladores de un total de 257 que integran el cuerpo, por lo que unificar una estrategia en algunos temas clave puede ser conveniente para el gobernador. Y tal vez un problema para la Casa Rosada, aunque ha sido desde varios despachos nacionales de donde partieron gestiones que alumbraron el consenso necesario para que Kicillof pudiera tener su ley de emergencia productiva, económica y energética.