El silencio inicial por parte del oficialismo en torno al “vacunagate” se vio interrumpido por las declaraciones del presidente de la Nación, Alberto Fernández, y por las palabras de Carla Vizzotti, nueva ministra de Salud. A estas, ahora se le suman los dichos de Axel Kicillof, gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
El miembro del Frente de Todos defendió este domingo a “los intendentes oficialistas y opositores” de su jurisdicción en el manejo del plan de vacunación contra el coronavirus, luego de que el jefe de Estado le pidiera la renuncia a Ginés González García, exministro de Salud de la Nación, por haberle facilitado una dosis de la Sputnik V al periodista Horacio Verbitsky.
Kicillof citó el hilo de Twitter de Javier Iguacel, intendente de Capitán Sarmiento (Buenos Aires), quien defendió a través de esta plataforma que él, a diferencia de Verbitsky y otras personalidades, se vacunó “en enero en el hospital municipal” porque en ese entonces se “dudaba de la vacuna”.
El intendente confesó que él también tenía recelo para con la Sputnik V, pero prefirió “pensar fuera de toda grieta ideológica y preguntar a los que saben”.
Al parecer, los expertos le habrían explicado que a todas las vacunas les faltaban estudios y que, en realidad, la cuestión era mas bien política.
Ahí, Iguacel habría entendido que tenía el deber de ponerle “el cuerpo a la lucha” y se vacunó para incentivar a que la población hiciera lo mismo.
Pero este no es el único caso polémico vinculado a las vacunas en la Provincia. Hace poco, se conoció que varios jóvenes de 18 años se vacunaron en la ciudad de Chivilcoy cuando no les correspondía, y que dos concejalas también recibieron la dosis en San Andrés de Giles.
“Cuando en todos lados machacaban con que la vacuna era trucha o hasta veneno, con los intendentes nos propusimos públicamente poner el hombro para demostrar su seguridad y eficacia. En los últimos tres días, vacunamos a 95 mil personas”, aseguró el gobernador en su cuenta de Twitter, dando a entender que “no es lo mismo” que sucedió con Verbistky o con el diputado Eduardo Valdés y el senador Jorge Taiana.
Como punto a favor, aunque fue bastante polémico, Kicillof sí hizo pública su idea de vacunar a personalidades reconocidas, como Moria Casán, para incentivar a la población. Pero el plan fue fuertemente repudiado y nunca se concretó, a la vez que el artículo de The Lancet sobre la eficacia de la inyección dio por tierra el escepticismo en torno a la vacuna rusa y logró que los inscriptos para recibir la dosis aumentaran considerablemente en la Provincia de Buenos Aires.
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