La aventura de un camerunés en Defensa y Justicia.

La aventura de un camerunés en Defensa y Justicia.
Cuando Assam Arsene daba sus primeros pasos como futbolista en el Vogt Club de su Yaoundé natal, en Camerún, a los 11 años ni imaginaba que diez años despúes estaría jugando en Defensa y Justicia, en la lejana Argentina. Lo cierto es que el delantero africano es uno de los refuerzos contratados por el club de Florencio Varela.
En un castellano fluído --"aprendí el idioma a la fuerza, llegué sin saber una palabra y tuve que aprender poco a poco para sobrevivir. Entre entrenamientos y situaciones de la vida cotidiana como ir a comprar a un supermercado fui poniendo voluntad y así hoy hablo sin problemas", explica--, Arsene le relata a Clarín cómo se originó su aventura que lo llevó a cruzar el Oceáno Pacífico. "En Camerún debuté en Primera a los 16 años en el Tournnerre y jugué en las Selecciones Sub 17 y Sub 20. Estaba en el Foudre Akanolinga cuando conocí una persona que me ofreció venir a probarme a Argentina. Me dijo que sería muy sencillo, que en poco tiempo iba a pasar a un club grande de Europa. Viajé con dos amigos futbolistas a buscar suerte, pero comprobé que la realidad era muy distinta a como me la habían pintado. Fue complicado. Me hicieron una prueba en Huracán y quedé. Me ficharon para la Cuarta División y también jugué en Reserva. No se definía si me hacían o no contrato y encima no me ayudaron a que viajase a Camerún para jugar en el Sub 20. Me agarró mucha bronca y me fui, hasta que un día me informaron que tenía el pase libre", monologa.

El delantero --que llegó a Argentina como enganche y terminó convirtiéndose en atacante de área, mostrando buena técnica y mucha potencia-- sigue con su relato: "Instituto de Córdoba me llevó a una pretemporada en Bariloche, para hacerme una prueba. Al final me dijeron que me veían proyección a futuro, pero que estaban buscando un atacante con experiencia. Me encontré con el libro de pases cerrado, y acepté la propuesta para jugar el Argentino C para San Cayetano de Bariloche. Pero yo apuntaba más alto, volví a Buenos Aires y primero entrenaba solo y luego en Italiano hasta que mi nuevo representante, Marcos Romero, me llevó a otra prueba en Defensa y Justicia. Salió bien y ahora mientras soluciono los últimos trámites en Migraciones estoy ansioso esperando el torneo". Asegura que "llegaron muy buenos refuerzos, es un lujo entrenar con estos compañeros. Soy joven y trato de aprovechar y aprender de ellos. En Defensa todos soñamos con el ascenso y podemos hacerlo. Ojalá salga bien".

Mientras espera su debut oficial, cumple el rito de todas las mañanas. el llamado telefónico a su madre y a su novia que lo extrañan allá en Camerún.

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