De los $2500 millones que en 2017 fueron calculados para finalizar el Segundo Acueducto, quedaron sin utilizarse alrededor de $1400 millones.
Durante la recorrida, el ministro Gabriel Katopodis se interesó en los detalles del avance de cada una de las cinco partes en que se divide el Segundo Acueducto del Interior y por el avance total. También sobre las fuentes de financiamiento y los recursos que restan ejecutarse. Y, por otra parte, prometió a la intendenta de Barranqueras, Magda Ayala, gestiones para licitar el tendido de cloacas para la ciudad, que ya tiene proyecto ejecutivo.
Las obras en el Segundo Acueducto se paralizaron totalmente en diciembre 2015. Los trabajos volvieron a retomarse en mayo de 2017. “Reiniciar una obra así cuesta mucho”, explicó Requena.
“Luego del estudio y las redeterminaciones, en 2017 el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa) determinó que restaban desembolsar 2500 millones de pesos para terminar la obra: 1750 millones quedaron a cargo de la Nación y 750 millones con recursos de la Provincia, a través de un crédito tomado en el Fondo Fiduciario Federal de Infraestructura Regional (FFFIR). De ese total, hay disponibles porque no se usaron unos 1400 millones de pesos”, puntualizó el gerente de Planificación de Sameep, Ricardo Requena.
Al respecto, recordó que el Enohsa paga directamente a las empresas contratistas y la Provincia, a través de Sameep, certifica. Mientras que los recursos del crédito del FFFIR se giran a la Tesorería provincial y desde ahí se abona a las empresas agrupadas en la UTE (Supercemento y Rovella Carranza).
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Las obras en el Segundo Acueducto se paralizaron totalmente en diciembre 2015, al asumir el gobierno de Mauricio Macri. Los trabajos volvieron a retomarse en mayo de 2017, tras un estudio y revisión del contrato. “Reiniciar una obra así cuesta mucho, por el movimiento de equipos y gente que se requiere”, explicó el gerente.
Recordó que en el mejor momento, cuando los trabajos avanzaban con buen ritmo, se ocuparon unos 500 obreros. “Debemos volver a ese nivel. Para lograrlo, el desembolso ideal por mes debiera llegar a los 300 millones de pesos”, estimó. Por eso destacó que Katopodis se haya comprometido a gestionar “un flujo continuo” para esta obra clave.
“Las empresas tienen para cobrar redeterminaciones de precios y un análisis de economías y demasías. Será en total un flujo de 150 millones de pesos que dará un respiro financiero para darle impulso a los trabajos y generar certificaciones grandes”, explicó.
100 kilómetros de caños
En un repaso por los frentes de obra, Requena precisó que faltan colocar menos de 100 kilómetros de cañerías: “Para llegar a General Pinedo faltan 5 kilómetros y desde allí a Hermoso Campo la mitad del recorrido. Ya se empezó el tramo a Los Frentones y a Tres Isletas está terminado”, repasó.
En tanto, las estaciones de re-bombeo, la toma de agua sobre el Paraná, el acueducto de agua cruda y la planta potabilizadora son las prioridades donde se concentrarán todos los esfuerzos. “El objetivo es producir la mayor cantidad de agua y que para fines de 2020 la planta se ponga en funcionamiento”, indicó el funcionario.
La planta potabilizadora de Barranqueras presenta un avance del 61%. Tendrá capacidad para tratar inicialmente un caudal de agua cruda de 6.485 metros cúbicos por hora, y hacia el año 2030 un caudal de 9.200. Cuenta con una cisterna de hormigón armado de 10.000 metros cúbicos aledaña a la planta y una estación de bombeo a la salida de la cisterna para 6.028 metros cúbicos, que resulta de la producción neta de la planta para ser impulsada al interior de la provincia.
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