Peter Willcox, capitán del barco de Greenpeace Arctic Sunrise, dijo: “Este es el día que estabamos esperando desde que nuestro barco fuese abordado por comandos armados hace casi tres meses. Estoy contento y aliviado de que los cargos sean retirados, pero nunca tendríamos que haber sido acusados. Las petroleras ya descubrieron suficiente combustible para calentar peligrosamente el mediambiente y nosotros decidimos tomar acción para evitarlo. Entregarle el planeta a las compañías de petróleo y de carbón no es una opción”.

Los 28 activistas de Grenpeace y 2 reporteros gráficos independientes vivieron juntos en un hotel de San Petersburgo desde que fueron liberados bajo fianza hace casi cinco semanas. Hoy, luego de reunirse con la Comisión de Investigaciones y el Servicio Federal de Migración, compartirán la cena de Navidad. Posiblemente, sea la última vez que estén todos juntos, tras haber vivido una saga de acontecimientos que comenzó cuando realizaron una protesta pacífica en una plataforma petrolera que los llevó a pasar 2 meses en prisión.

Camila Speziale, la activista argentina de 21 años sostuvo: “Es raro recibir esta noticia un día como hoy. No debemos recibirla como un regalo, todos tendríamos que estar en nuestras casas con nuestras familias, es ridículo que nos hayan arrestado por realizar una protesta pacífica. Además, es increíble que permitan que Gazprom comience a realizar perforaciones en el Ártico. Estoy contenta de volver a casa, pero nuestra lucha no terminó. Seguiré alzando la voz y participando activamente para detener a las compañías petroleras que destruyen el Ártico”.

La Comisión de Investigaciones aplicó efectivamente la amnistía aprobada la semana pasada por la Duma (parlamento ruso), que puso fin al proceso judicial iniciado contra los 30 del Ártico. Ben Ayliffe, activista de Greenpeace Internacional, dijo: “Al aceptar la amnistía nadie está admitiendo ser culpable, ni mucho menos. Estas son personas orgullosas de la protesta que realizaron para proteger el Ártico. Y ahora, un capítulo de esta historia está por terminar. Greenpeace quiere agradecer a los funcionarios consulares en San Petersburgo, que trabajaron duro para llegar hasta este punto. Incluso hoy muchos de ellos están realizando gestiones para que el Servicio de Migración provea las visas lo más rápido posible”.