Todas las comparaciones parecen odiosas, pero sirven para posicionarse en qué se puede estar mejor o peor, sea en lo económico, lo social o lo político
Para ubicar al lector, cabe destacar que Australia cuenta con una población de 22,3 millones de habitantes y Canadá 34,6 M, mucho menos que los 42,6 millones que los organismos internacionales proyectan para el corriente año para la Argentina.
Ambas naciones registran también menores índices de población urbana, 89% y 81%, respectivamente, que la Argentina, donde se estima que abarca a 92% del total de habitantes.
También destinan menos proporción del PBI a la inversión en educación 5,1% y 5%, frente a casi 6% que alcanzó aquí en el último año.
Pese a esas aparentes restricciones, esos Estados, a los que se asocia con una economía con alta relevancia de la producción primaria, pese a que sólo representa el 4,6% y 1,7% del PBI, frente a poco más de 5% que acusa la Argentina, generan mucha más riqueza que nuestro país: más del doble en el caso de Australia y más del triple en el de Canadá.
En la escala internacional el PBI de Canadá con u$s1.513.000 millones (1,51 billones) ocupa el undécimo puesto, Australia con u$s986.700 M el 12º y la Argentina, con un u$s475.000 M se ubica en el 25 lugar.
De ahí que, a partir del desarrollo y productividad de la industria, con alta proporción de manufacturas agropecuarias, pero también de la infraestructura de los servicios públicos y privados que que representan casi 70% del producto, entre dos y tres puntos menos que en nuestro país, pueden mostrar que el ingreso anual por habitante supera con holgura los u$s43.000. En la Argentina se estima en poco más de u$s11.000 al tipo de cambio oficial, al libre, claramente, desciende a un rango de 6.000 a 6.500 dólares.
En términos relativos no se advierten grandes diferencias en las tasas de ahorro, en términos del PBI, pero sin duda, se perciben productividades sensiblemente diferentes de ese esfuerzo.
Indicadores sociales
Ahí puede encontrarse una de las razones por las que en cuanto al umbral de pobreza prácticamente no se registran datos para Australia y afecta a 9,4% de la población en Canadá; en tanto en la Argentina, el Indec también lo ubica en el rango de un dígito, pero cálculos privados aceptados, como el Barómetro Social de la UCA lo eleva a casi 30% de los hogares.
Un factor determinante de semejante brecha lo constituye la rigurosidad que en los dos países desarrollados que eligió Cristina Kirchner para comparar el desempeño económico de la Argentina le dan al control de la inflación: 3,6% en Australia y 1,8% en Canadá, al año, mientras que el Indec mide 10,7%, pero los privados elevan a un rango de 25% y las expectativas de la población amplían a poco más de 30 por ciento.
Semejante brecha en el denominado aumento del costo de vida impacta fuertemente sobre el poder de compra de la población, en particular entre los jóvenes. Mientras que en Australia el desempleo de los que tienen entre 15 y 24 años es de 11,3% de la oferta laboral del grupo, y en Canadá sube a 14,1%, en la Argentina trepa a 18,7%. Por el contrario, la Encuesta Permanente de Hogares del Indec midió un desempleo global de 7,2% de la población económicamente activa, similar a la que registra Canadá, pero muy superior al 5,2% que midió en Australia.
En el caso de las finanzas públicas la Argentina mostró en el último año un mejor desempeño. El déficit fue estimado en 2,6% del PBI, frente a 2,8% de Australia y 3,7% de Canadá. Mientras que en el caso de la deuda pública en el primer caso se ubica en 43,6% del producto, casi la mitad del 84,6% que registra el país del norte, pero superior al 29,3% de la nación oceánica.
Pero en contraste, las dos naciones desarrolladas pudieron acumular reservas en divisas en el Banco Central: alcanzaron al cierre de 2012 a u$s44.942 millones en Australia y u$s68.365 millones en Canadá, encontrándose en franco aumento, consolidándose entre los primeros 35 del mundo con mayores tenencias de divisas en sus Banco Centrales, mientras que para la Argentina se ubicaban en u$s43.250 M, ocupando el 36 lugar, pero ahora descendieron a u$s37.000 M porque se las usa para pagar vencimientos de la deuda pública y cayeron por debajo del 45 puesto.
Semejante brecha se consolida, pese a que las dos naciones elegidas como referentes se caracterizan por acumular déficit en su intercambio con el resto del mundo, en contraste con la Argentina, que pese a disminuir puede mostrar superávit. La diferencia se explica por la diferencia del entorno de negocios: los primeros atraen capitales bajo la forma de inversión extranjera directa, mientras que aquí se desalientan, al fomentar una economía de puertas adentro.
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