La candidatura presidencial de Daniel Scioli ha despertado curiosidades periodísticas por lo que hace el funcionario una vez que se despoja del traje de funcionario. Una de las más comunes tiene que ver con el fútbol y una suerte de ritual en donde interviene su creciente cantidad de amigos en Villa La Ñata.
La historia empezó con unos picaditos circunstanciales, frente a su casa, y terminó dando origen a Villa La Ñata Sporting Club, una extraña cofradía donde se encuentran pibes habilidosos del barrio, funcionarios nacionales y provinciales y famosos de esos que, incluso, son materia prima de chimentos televisivos.
Pocas horas después de que Daniel Scioli y Diego Bossio compartieran en Tandil el egreso de los nuevos policías locales, ambos funcionarios recibieron al presidente de Bolivia, Evo Morales, en la Ñata. El mandatario boliviano y el aspirante presidencial bonaerense se vieron las caras en un duro partido de Futsal.
El encuentro deportivo, los entretelones y algunos de los asistentes habituales fueron noticia en los medios nacionales. La recurrente presencia del tandilense en ese núcleo íntimo del Gobernador, también. Lo dicho. Los medios empezaron a cubrir lo que sucede en un espacio que comenzó como peña de amigos y terminará convirtiéndose en un escenario donde se explique y analice una parte de la vida política nacional.
Pero lo que no salió en los medios nacionales es que el candidato a intendente del FpV Tandil, Pablo Bossio, desafió al candidato presidencial a medir fuerzas sobre la carpeta verde de la cancha de fútbol. Y que Scioli aceptó.
Pablo Bossio jugará de visitante en Villa La Ñata con el equipo juvenil de Santamarina. Del otro lado, el Sporting de Scioli que también tiene un promedio muy bajo de edad. Los 32 del tandilense rompen menos el promedio que los 58 del Gobernador, pero el mandatario tiene entrenamiento permanente y achica la brecha.
Los aurinegros contra los naranjas se verán las cara, próximamente. El desafío fue planteado durante un encuentro que mantuvo Pablo Bossio con Scioli antes del acto de egreso de las fuerzas policiales y fue cerrado en un segundo encuentro, posterior a la actividad protocolar. Lunghi quiso meter bocado pero no pudo. Lo suyo es el básquet, no la número cinco. De los años, ni hablemos.
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