Ese amistoso, en del adiós a La Linda, le dejó muy buenas sensación (triunfo por 2 a 0 mediante) a Juan Manuel Azconzábal, un tipo medio estructural y sobrio para hablar que no come vidrio ni tampoco se aferra al casete para describir sus sensaciones sobre lo que fue la pretemporada en la vecina provincia.

“Fueron 14 días muy intensos. No paramos ningún día, prácticamente. El equipo se va a ir soltando de a poco hasta que comience el torneo”, explica el entrenador y continúa con su análisis. “Las cargas fueron importantes, en cuanto a la parte física. Y en la materia técnico táctica todavía tenemos tiempo para mejorar”, se sincera el “Vasco”, que también sostiene que es difícil cambiar un plantel entero de la noche a la mañana. Todo viene a colación de si se verá un Atlético nuevo, diferente al del cierre de 2014. “No, de a poquito, porque en comparación al torneo pasado ante Central Córdoba hubo apenas tres modificaciones. La base es la del torneo pasado. Es imposible cambiar un equipo entero”, justifica quien de a poco intenta acomodar los tantos en un plantel que debió olvidar lo sucedido el semestre que se fue y enfocarse en este duro desafío por un ascenso a Primera, que durará todo 2015.

Entonces, la cuestión aplica a si este plantel con caras nuevas ya se conoce como la palma de su mano y si los jugadores ya se sienten como en familia. Azconzábal es concreto e insiste. 

“En 14 días es imposible armar un grupo humano. Lo importante fue que los jugadores se fueron conociendo y que la convivencia (en Salta) fue positiva, y eso es por demás destacable, más en el lugar en donde estuvimos nosotros, alejados de la ciudad. Ha sido muy positiva”, afirma y advierte: “Quedan 15 días más de trabajo”. Y los clásicos por delante.