Son cinco de Cambiemos, igual cantidad de Unidad Ciudadana y dos del FR. Oficialismo y massismo se repartieron los cargos y dieron muestras de acercamiento.
Juraron y tomaron sus bancas los concejales electos en los comicios del 22 de octubre último. Desde el minuto cero dejaron algunos indicios de cómo pueden llegar a ser las relaciones de fuerzas en los próximos dos años. Allí se vio a un PJ dividido, a pesar de la lista de unidad que acordaron en la elección de autoridades partidarias y que debe ser refrendada el próximo domingo.
Mientras que del otro lado, Cambiemos parece haber encontrado una suerte de acuerdo tácito con un espacio que tiene un futuro incierto, como lo es el Frente Renovador o 1País de Sergio Massa.
Es que entre ambas fuerzas se repartieron todas las autoridades del Concejo Deliberante (HCD), dejando al peronismo solo con posibilidades de pelear algunas comisiones.
El debut en el alza de manos, llegó tras la jura de las nuevas caras: Jesica Bortule, Analía Leguizamón, Carlos Arena, Mariel Ros y el reelecto Gustavo Trindade, por Cambiemos. Las renovadas bancas de Federico Achával y Santiago Laurent, más Lizzie Wanger, María Laura González y el regreso al HCD de José Molina, que fueron elegidos en la lista de Unidad Ciudadana. Los últimos fueron, Claudia Juanes y Flavio Álvarez por 1País.
En la primera pulseada, se eligieron las nuevas autoridades del HCD, que por la mayoría oficialista y aliados, fueron designados, presidente Gustavo Trindade, vicepresidentes 1ª Claudia Zakhem y 2ª Claudia Juanes.
Mientras que por unanimidad se renombró como secretaria administrativa a Georgina Gionferri y su par legislativo, al exconcejal del FR Hugo Rosso.
Antes de la pintura futurista de la nueva conformación del HCD, la mañana comenzó con la designación de la edil que condujo la ceremonia, manifestándose el primer error del acto, que debía ser presidido por el concejal de mayor edad.
Fue convocada al sillón presidencial la legisladora electa Mariel Ros, pero nadie apuntó, que aún no había prestado juramento, por lo cual no podía ocupar el cargo ya que no era concejal. Pero sin que nadie se opusiera a la primera, llegó la segunda falta de la mañana, protagonizada por Nicolás Ducoté. Es que la mayoría de los concejales oficialistas electos, hasta ayer, cumplían funciones en el gabinete y entre la documentación presentada para asumir no estaban las renuncias a sus cargos. Declinaciones que aparecieron, en forma virtual, después de concluida la ceremonia. Pero no hay dos sin tres, la misma Ros, sin ser concejal se tomó autojuramento para convertirse en legisladora, otro disparate que no impidió la continuidad al acto.
Entre las juras, se dieron tres especiales: Bortule juró por “el bienestar y la esperanza de los pilarenses”. Wanger lo hizo por “por la ilusión de los vecinos y el sueño de los 30.000 compañeros desaparecidos”. González lanzó su juramento por “la defensa de los Derechos Humanos”.
Una curiosidad: por primera vez en la historia del distrito, madre e hijo ocuparán bancas en simultáneo. Son Ricci y Álvarez, ambos tendrán escaños que, por ahora, representarán al massismo.
Consejeros
Asumieron ayer a la tarde los Consejeros Escolares que, al igual que ocurrió en el HCD, dividió dos sillas para Cambiemos y dos para Unidad Ciudadana.
Quienes integraban la lista de Nicolás Ducoté y se sumarán a los que prestan servicios en el funcionamiento de las escuelas desde 2015 son Fernando Dauría y Claudia Santoro. Como representantes de la nómina que lideró Federico Achával, asumieron Rosario Beláustegui e Iván Mansilla, este último había presentado su renuncia a la lista pero nunca la formalizó y se lo ve más cercano al oficialismo. La presidencia del cuerpo quedó para Pablo Donoso, de Cambienos
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