Seis mandatarios de América latina, entre ellos Mauricio Macri, asistirán a la juramentación de Kuczynski, bastante menos de los que fueron testigos de la asunción presidencial de su antecesor, Ollanta Humala, hace cinco años.
Cuando el economista y gestor de inversiones empresariales, Pedro Pablo Kuczynski, juramente hoy como el octogésimo presidente del Perú, se habrá cumplido el ciclo democrático más largo en la historia del país, que se inició luego de la caída, a fines del año 2000, de la dictadura del hoy encarcelado Alberto Fujimori. Por primera vez el Perú tendrá en forma consecutiva un cuarto presidente elegido democráticamente. Seis presidentes latinoamericanos, entre ellos Mauricio Macri, asistirán a la juramentación de Kuczynski, bastante menos de los que fueron a la toma de mando de Ollanta Humala hace cinco años.
El nuevo presidente juramentará hoy su cargo ante un Congreso adverso, dominado por el fujimorismo, que tiene 73 legisladores en el Parlamento unicameral de 130 bancas. El oficialismo tendrá solamente 18 parlamentarios, lo que lo convierte en la segunda minoría, detrás del izquierdista Frente Amplio, que tiene 20 legisladores. En ninguno de los tres gobiernos democráticos que precedieron al de Kuczynski el Congreso estuvo controlado por un partido opositor.
El fujimorismo y PPK coinciden en la defensa del modelo neoliberal, pero en el partido del ex dictador la amargura por una derrota electoral que no esperaban y la frustración por el rechazo al indulto a su encarcelado líder anunciado por el nuevo presidente, parecen pesar más que esas coincidencias y han asumido una agresiva postura confrontacional contra el nuevo gobierno.
“El mayor desafío de Kuczynski será cómo manejar un gobierno dividido, donde el presidente es de un partido y el Congreso de otro partido. En un sistema presidencialista con fuertes controles parlamentarios como el peruano, eso es un problema. El mensaje de toma de mando de PPK debe estar dirigido a buscar una concertación. Creo que los fujimoristas ya se han dado cuenta que su postura confrontacional no les conviene y habrá un nivel de concertación entre PPK y el fujimorismo en los temas económicos. En asuntos de derechos sociales, democracia, la concertación del gobierno se daría con la izquierda. Esa concertación plural es posible porque les conviene a todos. Seguramente tendremos una política de concertación con conflictos políticos”, le señaló a Página/12 el sociólogo y catedrático de la Universidad Católica, Sinesio López.
En lo económico, los mayores desafíos de Kuczynski serán reactivar una economía que si bien no está en recesión sí enfrenta una desaceleración e ir a una diversificación productiva para romper la dependencia de la economía peruana de las exportaciones mineras. La pobreza, que a nivel nacional afecta a una de cada cinco personas (21,8 por ciento) pero que en las zonas rurales se eleva hasta el 45,2 por ciento; la desigualdad, que no ha disminuido significativamente a pesar del importante crecimiento económico de la última década; y una alta informalidad económica, en la que dos tercios de los trabajadores laboran en la informalidad, sin derechos laborales y con bajos sueldos, son otros problemas que deberá enfrentar el nuevo gobierno.
Después de estar creciendo a más de cinco por ciento como promedio, y en algunos años por encima de ocho por ciento, en 2014 el país creció solamente 3,2 por ciento. Para este año hay una leve recuperación y se espera un crecimiento algo por encima del cuaro por ciento. Sin embargo, diversos economistas, y el propio ministro de Economía de PPK, Alfredo Thorne, niegan que haya una recuperación económica real y advierten que este nivel de crecimiento es “temporal”, producido por la entrada en operaciones de algunos grandes proyectos mineros, cuyos efectos durarán solamente este año y parte del próximo.
“Si sacamos las exportaciones mineras, vemos que el PBI manufacturero, industrial, de servicios, casi no ha crecido. El empleo urbano ha caído. La inversión pública y privada se ha venido reduciendo. Eso revela que en las cifras hay un espejismo de crecimiento del PBI y no un crecimiento real. No hay recesión, pero sí una fuerte desaceleración de la economía”, le indicó a Página/12 Humberto Campodónico, economista y catedrático de la Universidad San Marcos.
Las primeras medidas anunciadas por el nuevo gobierno para reactivar la economía apuntan a otorgar beneficios tributarios a las empresas y destrabar proyectos de inversión flexibilizando requisitos, reducir el Impuesto General a las Ventas (IGV), equivalente al IVA, de 18 a 17 por ciento, dar una amnistía para permitir que aquellos que han sacado dinero ilegalmente al extranjero puedan repatriar esos capitales.
Campodónico cuestiona esas medidas. “Bajarles los impuestos a las empresas para que al tener más capital inviertan más es algo que ya ha hecho este gobierno que se va y no ha funcionado. Eso no ha funcionado en ninguna parte del mundo. Reducir el IGV no garantiza el aumento del consumo, porque el monto de esa reducción no se traslada a los consumidores. Esa reducción del IGV y los beneficios tributarios para las empresas bajarán la recaudación e incrementará el déficit fiscal, que ha subido y está en 3 por ciento. Hay que impulsar la inversión pública, pero en el plan de PPK hay un impedimento ideológico para hacerlo. Es fundamental diversificar la producción, impulsando sectores como industria, agroexportación, turismo, para no tener una economía dependiente de las exportaciones primarias, como la minería. La diversificación productiva debe ser una prioridad del próximo gobierno, pero en el plan de PPK este tema tiene una débil presencia”, apunta el economista.
Kuczynski ha adelantado que las cuatro prioridades en el inicio de su gobierno serán la reactivación económica; la inversión social, especialmente en salud y en incrementar el acceso a agua potable; enfrentar la creciente inseguridad ciudadana y poner en marcha políticas contra la corrupción.
Comentá la nota