Según refiere el comunicado de la firma provincial, este año hubo dos intervenciones destacadas para lograr subir la capacidad de acumulación de aguas servidas. Por un lado, la renovación que se llevó adelante en 9 de Julio, entre los bulevares Lisandro de la Torre y Villada, así como también la rehabilitación del colector principal de Lisandro de la Torre, desde 9 de Julio hasta calle 11 de Noviembre.

Si bien estos trabajos son de trascendencia hidráulica, fueron diseñados para contener únicamente aguas servidas de baños, piletas de cocina y lavaderos. Nada tienen que ver con el agregado que pudieran descargar las tormentas. Al recibir caudales de lluvia para los que la red no fue construida, pueden producirse desbordes de aguas servidas en la calzada e incluso en conexiones domiciliarias.

Para evitar situaciones engorrosas, se requiere que los desagües de patios y techos sean derivados hacia la calle. De ninguna manera tiene que estar conectados a cañerías o cámaras cloacales -como se ve en el gráfico-. Otros consejos que se piden, al menos por estas jornadas, es evitar arrojar papel higiénico, pañales o algodón directamente al inodoro. Tampoco es bueno deshacerse de líquidos tóxicos y aciete en los caños de cocinas.