Un triple homicida camina hoy las calles de la ciudad. Se trata del asesino de Stéfano Bergamaschi, Sergio Fatta y Cristian Rutilaitis. En la jornada de ayer se fugó del Hospital Interzonal tras saltar del segundo piso.
Maldonado se fugó mientras cumplía la condena de 15 años que le habían impuesto por matar al adolescente Stéfano Bergamaschi en 2009 y por la evasión ya hay dos agentes del Servicio Penitenciario suspendidos.
La fuga tuvo algunas características sospechosas, por la ingenuidad de los custodios y por la manera en la que, se cree, Maldonado abandonó el nosocomio. De acuerdo a los datos a los que tuvo acceso LA CAPITAL, Maldonado, quien además es considerado autor de al menos otros dos asesinatos cuando era menor de edad, pidió permiso para dejar la cama del segundo piso del Hospital Interzonal y dirigirse al baño, solicitud que fue aceptada por los vigiladores, quienes además le quitaron las esposas. Luego, saltó por una ventana a pesar de que llevaba colocado un catéter desde el cual drenaban fluidos por la herida de arma blanca que tenía en el pecho.
Minutos después los vigiladores advirtieron que Maldonado ya no estaba y dieron la alerta.
"Es vergonzoso, más allá del dolor que nos causa esto de revivir de nuevo todo lo que sucedió con Stéfano", dijo ayer Claudio Bergamaschi, padre del adolescente asesinado en su casa de Vieytes y Viamonte, mientras se celebraba un cumpleaños.
Una vez que se conoció la fuga de Maldonado, el Servicio Penitenciario y la policía local (a través de todas las comisarías y la DDI) dispusieron un protocolo de búsqueda que por el momento no dio resultados positivos.
Un irrecuperable
El "Tona" Maldonado es uno de esos sujetos que transforman la vida en comunidad en un peligro. Asesino, asaltante, ladrón, hampón sin códigos e integrante de una familia que tiene como modo de vida la delincuencia, se trata de un individuo irrecuperable. Lo saben las autoridades judiciales y policiales.
Aunque la Justicia intentó minimizar su accionar recluyándolo en un penal por el período de 15 años su peligrosidad no disminuyó. Confinado en Batán primero, luego en la Unidad Penal de Dolores y finalmente "repatriado" a Batán, Maldonado tuvo varios incidentes, incluido el último que le causó la lesión en el pecho. "No está definido quién ni cómo lo hirieron, pero está certificado que tenía una herida punzo cortante en el pecho y por eso el 25 de marzo fue trasladado hasta el Hospital Interzonal General de Agudos", dijo una fuente penitenciaria a LA CAPITAL.
Según pudo saberse, en Batán este recluso compartió pabellón con algunos de sus parientes. Su entorno familiar siempre se manejó en la delincuencia, tan es así que un hermano suyo fue asesinado a puñaladas en la Villa Mateotti en 2008. Su madre fue detenida en 2011 por vender estupefacientes. Un padrastro y primos también fueron presos por distintas causas.
Pero antes de recibir condena, y por su carácter de menor de edad, Maldonado había sido alojado en distintos Institutos para adolescentes, de los cuales también logró escapar.
Su necesidad por mantenerse en libertad lo llevó una vez a cometer un hecho demencial, tanto por el lugar en donde lo intentó como por la forma. Fue en el mismo Juzgado de Menores, ubicado en Gascón y Entre Ríos. Allí esperaba para una audiencia dentro del calabozo, cuando fue sorprendido por un policía en momentos en que, a "caballito" de otro detenido, rompía la reja de seguridad. El policía se peleó a golpes de puño hasta que lo redujo.
Sus antecedentes
Cuando Maldonado asesinó a Bergamaschi, el 29 de julio de 2009, ya contaba con 28 causas judiciales pese a tener en ese entonces 17 años.
Todo comenzó en el año 2005 cuando fue aprehendido por primera vez después de intentar un robo en un local de Alberti al 1900. Al día siguiente la policía lo atrapó con un revólver calibre 32 tras robo a otro local céntrico.
Luego sumó numerosas causas por robos hasta que en 2007, con 15 años cruzó hacia un terreno de violencia absoluta.
El 30 de noviembre de ese año asesinó de un disparo en el cuello a Cristian Rutilaitis (32), chofer de un remís ilegal en Benito Lynch al 5700. Según los archivos policiales y judiciales, esa vez habría contratado el vehículo para ir a comprar drogas y por causas desconocidas el viaje derivó en el crimen del remisero.
Cinco días más tarde, dos hombres de 31 y 41 años que pasaban en motocicleta por Mario Bravo entre Mateotti y Talcahuano fueron asaltados por este menor y otro individuo. Maldonado abrió fuego con su arma y le dio en el pecho de Miguel Benitez (31), un empleado de casinos que logró recuperarse de esa lesión.
Y dos días después, el 7 de diciembre de 2007, Maldonado asesinó por la espalda a Sergio Fatta (16), un cómplice suyo en distintos hechos. El homicidio ocurrió también en cercanías de la Villa Mateotti.
La Justicia lo aprehendió pero lo declaró inimputable por su edad hasta que en 2008, ya con 16 años fue detenido luego de un robo calificado y finalmente su causa cayó en el Juzgado de Menores Nº3 de la juez Silvina Darmandrail.
Mientras cumplía ese encierro Maldonado pidió permiso para ir al velorio de su hermano. Se lo concedieron y luego retornó a prisión.
Tras recuperar su libertad siguió delinquiendo hasta la noche en la que asesinó a Bergamaschi.
Seguridad pública
Durante años los medios de comunicación se vieron imposibilitados, por cuestiones legales, de dar a conocer la identidad del asesino de Stéfano Bergamaschi. Ni siquiera se podía utilizar su apodo y, mucho menos aún, publicar una fotografía. Hoy, difundir su fisonomía es una cuestión de seguridad pública.
Ayer el padre de Bergamaschi mantuvo una reunión con la cúpula de la policía local para estar al tanto de las labores que se realizarán en el marco de la búsqueda de Maldonado.
Las veces anteriores en las que Maldonado se fugó su recaptura no fue inmediata. El 15 de noviembre de 2009 se evadió del Instituto de Menores de Batán de una manera insólita. Días antes había intentado suicidarse, aunque con los hechos consumados se puso en duda que haya sido real aquello. Lo cierto es que por esa actitud los celadores habían dejado abierto el cuarto donde se guardaban las llaves, para ganar tiempo ante una emergencia similar a la anterior. Esto fue aprovechado por el "Tona" y otros cuatro menores, quienes escaparon sin demasiados problemas.
Recién el 12 de diciembre fue recapturado tras una persecución por el centro de la ciudad.
Su reputación como delincuente peligroso le genera, inmediatamente, medios para sostenerse en la clandestinidad. Su base de operación y mayores contactos están en la Villa Mateotti, por lo que se estima que no es allí en donde por el momento se mantiene oculto.
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