Eso fue lo que los efectivos policiales le dijeron a los amigos del joven que viajaban junto a él en el auto, luego de cometido el crimen. Mañana serán los alegatos.
Salas está acusado de haber disparado con su arma reglamentaria, el 19 de diciembre de 2012, a la luneta del auto Renault Fuego en el que viajaban Braian y sus amigos.
Cinco de los chicos que estaban en el auto junto al joven declararon ante la Cámara Criminal Segunda de Neuquén sin la presencia del público. Según lo relatado por la abogada querellante, Angie Acosta, los chicos manifestaron que aceleraron el vehículo cuando vieron que los seguía el móvil por el temor que les significa la policía. “Nos golpean siempre”, dijo uno de ellos. Afirmaron que fueron reducidos en el piso durante una hora, luego de cometido el crimen, y que antes de llevarlos a la comisaría del Niño y el Adolescente, donde debieron dejar sus huellas digitales, fueron trasladados al centro de salud del barrio Progreso. Allí los efectivos les decían: “háganse cargo del arma, del finado.”
Ratificaron que Braian fue sacado de la ventana derecha del lado del acompañante “como si fuera un perro”.
También prestaron declaración tres agentes: Sergio Aravena, Leandro Saez y Ariel Elizondo. Consultados sobre la cantidad de efectivos de la comisaría 18 que fueron heridos en los dos últimos años en operativos de fuga, respondieron que ninguno.
La estrategia de la defensa ejercida por Gustavo Lucero y Omar Nahuel Urra es tratar de demostrar que los jóvenes iban armados -planteo que fue desestimado en la etapa de investigación- y que la zona oeste es “peligrosa” lo que equivaldría a decir que cualquier procedimiento es válido.
El perito Marcos Bravo aseguró que de acuerdo a la trayectoria del proyectil, no hubo márgen de error en el disparo. También precisó que la distancia fue corta, aproximadamente de cuatro metros.
Mañana será la última audiencia en la que declararán testigos, entre ellos el joven que manejaban la cupé Fuego, y luego será la etapa de los alegatos.
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