Tres ladrones entraron de madrugada al lugar, armados y encapuchados. Maniataron a 4 empleados y se robaron la recaudación. La víctima pidió que lo dejaran ir a apagar una máquina y ahí lo balearon.
Al parecer los asaltantes –dos hombres y una mujer– creyeron que Palacios iba a accionar alguna alarma y por eso le dispararon directo al pecho. En realidad, el hombre quería detener las máquinas de hielo porque si seguían en funcionamiento más allá de un limite de tiempo determinado podían dañarse.
Todo comenzó pasadas las 0.30 de ayer. Los ladrones entraron al lugar armados y con sus rostros cubiertos.
Muy rápidamente dominaron a los cuatro empleados que estaban trabajando en el lugar y los maniataron.
Palacios estaba en la parte trasera de la fábrica cuando se topó con el grupo armado. “Los ladrones ya se habían llevado la recaudación, tenían atados a los empleados. Mi tío estaba en la parte de atrás”, contó a Clarín Cindy (25), sobrina de la víctima.
“El les pidió a los ladrones que le dejaran apagar una de las máquinas que se usan para enfriar el hielo. Son máquinas que hay que apagarlas porque si no explotan.
Cuando fue para atrás le pagaron el tiro”, completó Cindy. Según ella, herido y todo, Palacios cumplió con su misión de apagar la máquina.
El disparo le dio en el pecho. Quedó gravemente herido y pese a esto, según informaciones de medios locales, los ladrones igual lo dejaron maniatado con el resto de los empleados.
Cuando la banda escapó, uno de los operarios logró zafarse de las ataduras, liberar al resto de sus compañeros y llamar a una ambulancia. Palacios llegó con vida al hospital Municipal de Mar de Ajó pero murió poco después.
“Por lo que nos dijeron, eran dos hombres y una mujer que iban en una camioneta Toyota Hilux negra, un modelo viejo”, agregó Cindy, quien detalló que Palacios (que tenía 4 hijos y siete nietos) trabajaba hace 40 años en la fabrica de hielo Subcero.
Aunque una hipótesis señala que los ladrones le dispararon al sereno porque creyeron que iba a accionar una alarma, ésta no es la única teoría. También se investiga si detrás del robo hay algún empleado o ex empleado infiel.
De ser así, Palacios pudo haber reconocido por la voz a esta persona que lo mató para que no lo denunciara.
Una prueba fundamental para los investigadores es el análisis de las cámaras de seguridad de la fábrica, que habría captado toda la secuencia del robo.
El asesinato de Carlos Palacios –cuyo padre fue uno de los pioneros de Mar de Ajó– conmovió e indignó a los vecinos de esa ciudad que hace tiempo reclaman más medidas de seguridad en la zona.
“Este era un lugar tranquilo pero últimamente están pasando muchas cosas que no solían pasar acá en Mar de Ajó. Lo que pedimos es lo que se pide siempre: que haya justicia para que no vuelva a pasar esto”, completó Cindy.
Para calmar un poco los ánimos vecinales y aprovechando que casualmente estaba en Mar de Ajó debido a un procedimiento antidrogas (ver “Hallaron una fábrica...”), el jefe de la Policía Bonaerense, Hugo Matzkin se puso al frente de la investigación del homicidio. Ayer, con helicópteros la Policía trataba de ubicar la camioneta Hilux color negro en la que se movían los asaltantes.
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