Hace unos días, pidió a los políticos dejar de enriquecerse y trabajar en grandes acuerdos para solucionar los problemas de la gente. Aquí explica sus razones, los riesgos que ve por la insatisfacción de la ciudadanía y le responde al Gobernador.
Con un lenguaje directo, el ex gobernador Arturo Lafalla le pidió a sus colegas que dejen de enriquecerse y que se pongan a trabajar en políticas de Estado que aporten soluciones a la gente, que está indignada y al borde de un nuevo 'que se vayan todos'.
Dice que en los últimos días lo llamaron muchos compañeros de ruta para apoyarlo, pero también entiende que los principales referentes de los partidos se hagan los distraídos y no opinen. Pero aclara una y otra vez que lo suyo no fue una denuncia, porque él es parte de la política y la gente lo incluye entre los sospechados, sino un llamado de atención para que los protagonistas actuales recapaciten.
-¿Por qué salió a decir ahora lo que dijo?
-Estoy profundamente convencido de que las dos tragedias más recientes, la ferroviaria y las inundaciones, pusieron al descubierto un drama que existe a lo largo y ancho del país. Y eso ha provocado muy razonablemente una profunda indignación, sobre todo por la tragedia ferroviaria que era totalmente evitable.
Resulta que el funcionario más sospechado de corrupción de esta década, con pruebas y convicciones, está libre. Esto me llevo a decirle a mis pares de la política 'miren hay un grado de insatisfacción en la gente muy grande'. Yo sé que hay tipos que se rompen el alma, que trabajan bien, pero el resultado global no es satisfactorio.
-¿Cree que estamos cerca otra vez del 'que se vayan todos'?
-Estamos en un punto extremo y hace falta una reacción. Por eso hablo de dos sugerencias. Una es generar grandes acuerdos, por ejemplo, de un plan de obras para evitar que vuelva a pasar lo mismo. La otra es que la gente está convencida de que los políticos estamos en política para mejorar nuestra situación económica y social.
Yo sé que no todos están por eso, que es una generalización injusta, pero yo no digo que sea así, digo que eso es lo que siente la gente, y creo que ese sentimiento tiene justificación en hechos concretos. Hay muchos que se han enriquecido y otros que parece que se han enriquecido por su estilo de vida.
-Cuando se ve todo lo que falta, parece que la política está en otra, que se ha transformado sólo en una maquinaria electoral.
-La interna es una actividad legítima pero no puede ser la principal, no puede llevarse el 80% del tiempo porque no tiene nada que ver con la gestión. Como yo no estoy en la puja de poder, digo esto. Por eso mi otra sugerencia es que la política y los políticos deben recuperar prestigio y poder, porque si no tienen poder y prestigio no deciden, deciden otros, los poderes económicos. Y esto debe evitarse. Nosotros hoy tenemos legitimidad democrática, pero la gente dice que nosotros estamos en esto para enriquecernos.
Esto piensa la mayoría y no estoy denunciando, porque también lo dicen de mi. Por eso no hablo de ellos sino de nosotros. Necesitamos poder para hacer las transformaciones necesarias y así no lo tenemos.
-Usted menciona en su carta un monotributista que compró un canal de TV en su carta.
-Sí, porque si no pareciera que estoy hablando de Australia. Si alguien piensa que estoy loco, que esto no tiene nada que ver con lo que pasa en la Argentina, que me lo diga. Yo me inspiré fundamentalmente en la realidad. Mi ánimo no es denunciar, sino que reaccionen los políticos. Pero todos saben de lo que estoy hablando: el canal 6 de San Rafael, que ha sido adquirido por un hombre que ni siquiera conozco, ni recuerdo su apellido.
-Esa persona está vinculada a Cazabán...
-Investiguen ustedes. Pero el caso lo sabe todo el mundo, dénse una vueltita por San Rafael para ver si esto lo inventó Lafalla. Cuando escucha esto, la gente no dice fulano o mengano se quedó con un canal, dice ‘los políticos’. Yo soy político. Y son gente supuestamente de mi partido los implicados. Pero yo no sé, lo he escuchado. Es más, me dicen que hay una denuncia hecha en la Justicia.
-También habló de los que vivían en una casita y hoy viven en un barrio privado...
-¿No hay ninguno de esos?
-Su sucesor en la gobernación, Roberto Iglesias, se sintió aludido...
-El que se sienta aludido... (levanta los hombros). ¿Es un delirio mío? No lo inventé, lo escucho todos los días. Pero la discusión no es cuánto hay de cierto, porque éste es un problema de la Justicia, sino qué es lo que cree la gente y qué hacemos nosotros para que cambie esa creencia. No estoy señalando con el dedo. No. Porque la gente este sayo de ladrones también me lo pone a mí cuando generaliza, no lo hace el que me conoce y sabe donde vivo, pero la generalidad va para todos.
-¿Y usted vive en el mismo lugar de siempre?
-Sí, desde el ‘82 vivo en la misma casa, pero no se trata de una salvación personal.
-El gobernador Pérez pidió que usted diera nombres.
-No es mi ánimo ni mi función denunciar. Yo lo que cuento es lo que piensa la gente. Estoy planteando un problema político, sociológico, no penal. Lo del canal es un mal ejemplo, pero un muy buen ejemplo es lo que pasó con los pozos de Irrigación. El Gobernador urgió al tribunal de Irrigación para que revocara un acto gravísimo de gente de su propio partido. Esa decisión recupera la credibilidad de la gente. La condena es cosa de la Justicia.
-Pérez también lo desafió a que declare sus bienes.
-A pesar de que hace diez años no tengo ninguna función pública, me comprometo a entregar copia fiel de la última declaración de bienes y ganancias hecha ante la AFIP a quien me lo solicite y firme recibo de recepción en mi estudio jurídico. Me comprometo también a explicar públicamente a quien, con nombre y apellido, me pida explicaciones sobre la misma si encontrara incoherencias o contradicciones con la realidad.
-Una frase bíblica dice: “El que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”.
-Por eso no tiro piedras. Yo soy parte de esto y uno tiene que asumir lo que hizo en la vida. Pero fíjese: yo tuvo un fiscal de Estado como (Aldo) Giordano, que nos volvió locos, no un dependiente de Vila. Ahora viene un Jury que espero que honre la indignación ciudadana y lo separe del cargo (NdR: se refiere al suspendido fiscal de Estado Joaquín de Rosas). Yo implementé un sistema de información pública, donde aparecía el patrimonio actualizado de cada funcionario. Yo intenté cosas. ¿Qué resultado tuvieron? Y... no cambiaron la realidad. No alcanzaron. En la política lo que vale no son las intenciones, se juzgan los resultados.
-Ese programa de transparencia no lo continuaron los gobiernos siguientes...
-Sí, se desactivó en el gobierno de Iglesias. Pero yo no busco la polémica, porque de qué vale que yo le recrimine a Iglesias y él me recrimine a mí. Son nuestros egos, no ayuda. Qué le importa a la gente dónde vive Iglesias, dónde vive Lafalla. El tema es que le vuelva a creer a la política, para lo que hay que tomar algunos recaudos. Por eso digo, 'muchachos tratemos de no robar y privilegiemos el ser y parecer'.
-Apunta a revalorizar la vocación política.
-Nadie está obligado a estar en la función pública, es más, dejamos la vida por estar; se ve en cada interna. Hoy, las retribuciones del Estado no están desajustadas con la realidad. Y si alguno cree que no le alcanza, bueno... ése es el trabajo que eligió. Por eso no se puede hacer ostentación cuando se representa a los humildes. Si la respuesta es 'acá no pasa nada', hay un problema de ruptura con la sociedad.
-Usted en su columna insiste en la formación, ¿no siente que esta generación de políticos está menos formada que la suya?
-Digo que incorporemos el conocimiento no porque crea que deban gobernar los que saben. Tienen que gobernar los que elige el pueblo. Pero la elección popular no te da sabiduría, te da representatividad. La gente confía en que vas a resolver los problemas de educación y seguridad, no que sabés de eso. El conocimiento lo aportan personas con nombre y apellido y está en los libros. No le pido a ningún político que se ponga a estudiar, sino que llame a los que saben para que ellos resuelvan.
-¿Esa degradación de la política no tiene que ver con que hoy las peleas no son por ideas sino sólo por espacios de poder’
-Sí, categóricamente sí. La gente cree que nuestra máxima preocupación es cómo mejorarnos nuestra situación personal y entonces lo único que se hace es tratar de mantener el cargo que se tiene.
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