El proyecto de ley de Pesca Artesanal que se debate en la legislatura bonaerense busca beneficiar a pescadores de Monte Hermoso y el Partido de la Costa. Cómo la política queda atrapada entre las redes.
La Comisión de Intereses Marítimos y Pesqueros de la legislatura bonaerense aprobó con modificaciones semanas atrás el proyecto de ley para la pesca artesanal en la Provincia de Buenos Aires.
El proyecto en cuestión fue impulsado por la diputada Patricia Cubría. La “Colo”, como se conoce a la legisladora de San Fernando, pertenece al Movimiento Evita, recibió un borrador del proyecto elaborado por la Unión Argentina de Pescadores Artesanales (Uapa), que a su vez había sido congeniado por representantes de varias federaciones del país durante prolongadas jornadas de debate.
Aunque no deja de resultar una superposición a la normativa vigente, la Ley Provincial de Pesca 11.477 y su Decreto Reglamentario 3237/95, donde se regula la totalidad de la actividad pesquera bonaerense, el proyecto de Uapa buscaba darle cierto orden a una actividad caracterizada por la ausencia de controles.
Si bien en Mar del Plata se denomina pesca artesanal a las lanchas amarillas, cuando en realidad desarrollan una actividad industrial, a lo largo del litoral bonaerense se resume en trackers, gomones, cayaks y semirígidos. Cuando Mariano González era director de Pesca Provincia, la administración estaba desarrollando un censo para conocer la magnitud de su poder de pesca.
El censo no se terminó antes que González salga eyectado del cargo o nunca se dieron a conocer los resultados, sabiendo que alarmaría a más de uno. De acuerdo a cifras que maneja la propia Uapa, se cree que hay más de 1200 pescadores artesanales que salen a pescar en unos 400 botes.
A pesar que Prefectura les da un alejamiento máximo de 3 millas a este tipo de embarcaciones de menos de 10 metros de eslora, el proyecto de Cubría establece una zona exclusiva de 5 millas, área donde queda prohibido la tarea de arrastrar redes.
Pero como no hay controles ni tienen el sistema de posicionamiento satelital, muchos trackers y semirígidos pescan corvina a la pareja con esta metodología, todo el año, dentro de la Bahía de Samborombón, que solo está abierta a la pesca de la flota de mayor porte apenas 3 meses en el año.
La ley define pescador artesanal a quien pesca para su propia subsistencia, la de su familia o para el comercio en pequeña escala con fines de lucro. La definición se ajusta a la zona fluvial y del delta bonaerense, Pero la gran mayoría ejerce la pesca industrial y comercialización industrial, sin ningún control de Prefectura y la autoridad de aplicación.
Cristian Arroyo, del movimiento Descamisados, reemplazó a Manino Iriart en la presidencia de la Comisión de Intereses Marítimos. Fue quien le dio impulso a la norma que le da poder a los intendentes en la gestión de los permisos de pesca para los artesanales.
Los municipios de Monte Hermoso y el Partido de la Costa son dos focos principales donde se desarrolla la pesca artesanal. El proyecto aprobado en comisión establece que para solicitar un permiso de pesca el pescador debe tener una residencia mínima de 2 años en el lugar donde lo peticiona.
En ambos municipios la Nación, a través de la Subsecretaría de Pesca apoyó la actividad y bajó fondos para la construcción de terminales de almacenamiento de pescado, manejada por la Cámara de Pescadores Artesanales de Monte Hermoso.
Pero la actividad se politizó con el desembarco de Emilio Pérsico, titular de la Secretaría de Agricultura Familiar que depende del Ministerio de Agricultura. Al punto que la cámara ahora se partió en dos. Los disconformes con mezclar pesca y política crearon la Asociación de Pescadores “Pescamonte” y pelean para que los de la Cámara les dejen usar la Terminal.
Pérsico es uno de los referentes del Movimiento Evita. Cubría es la esposa del Secretario. El nexo entre Pérsico y los pescadores es Roberto “Tata” Gandolfi, un ex mozo de los barcos de investigación del INIDEP, que tras un curso acelerado en pesca artesanal y viajes a la costa, terminó quedando a cargo de la Dirección de Pesca Artesanal y Acuicultura en Pequeña Escala.
A fuerza de algunos fondos para mantener estructuras el “Tata” y la corriente de Pérsico cobraron preponderancia en el sudoeste bonaerense. Incluso hay una cooperativa que lleva el nombre del “Movimiento Evita” en Coronel Rosales que pescan en Pehuen Co. El emprendimiento tiene más militantes y punteros que pescadores. La tesorera, sin ir más lejos, es una maestra.
Las mayores capturas de esta flota pseudo artesanal de Monte Hermoso y Bahía Blanca se genera durante la veda que aplica Nación sobre aguas adyacentes, conocidas como “El Rincón”. La Provincia adhiere a la medida precautoria pero los “artesanales” están exceptuados de la veda y capturan gatuzo en el peor momento de su ciclo biológico: cuando se acerca a la costa para parir.
“La mayoría de ese gatuzo obtenido con bajo costo de extracción es enviado a Mar del Plata donde se comercializa a mitad de precio de mercado, en un claro dumping a la industria marplatense”, dicen en la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera. Los armadores le enviaron una carta a Alejandro Rodríguez, ministro de Agricultura y Pesca bonaerense, alertándolo de la situación de inequidad que plantea el proyecto de pesca artesanal.
Ajeno a las críticas, la propuesta sigue avanzando en la Legislatura. Luego del despacho favorable de Intereses Marítimos, el proyecto fue girado a la Comisión de Legislación. A la primera reunión asistió Luis Ignoto, presidente de la Sociedad Patrones Pescadores de Mar del Plata, quien además de exponer los cuestionamientos a la iniciativa, planteó su oposición por mesa de entrada.
“Vemos un proyecto a medida de lo que pasa en Monte Hermoso y el Partido de la Costa, donde la comunidad de pescadores artesanales es muy fuerte y con vínculos políticos”, dice Luis Ignoto. “Nosotros tenemos derechos adquiridos con nuestra historia de pescadores”, agrega el dirigente.
Uno de los puntos más ríspidos del proyecto establece que al adoptar cualquier medida que importe la restricción o suspensión de la actividad pesquera en determinadas zonas, períodos, o respecto de ciertas especies, la autoridad de aplicación competen deberá disponer de excepciones que contemplen la continuidad de la explotación pesquera artesanal.
“No interesa la sustentabilidad del recurso, sino la continuidad de la explotación del recurso. No se tiende a asegurar la efectiva conservación de los recursos ictícolas”, señala otro fragmento de la misiva de la Asociación de Costeros, que amenaza con recurrir a la justicia si finalmente se convierte en Ley. Una ley a medida.
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