“Tengo la cabeza quemada” dijo el edil del Frente Renovador Hernán Alcolea. Los asistentes en el Hotel Primacy, a la charla – debate con el doctor Ricardo López Murphy, lo escucharon con atención. El ex concejal de Agrupación Atlántica, se despachó a su gusto, ampliando las dificultades de inserción y participación en los partidos políticos tradicionales.
Alcolea, cabe recordar, duró un suspiro con el doctor Carlos Arroyo, formando un monobloque, y luego pasó a formar parte del Frente Renovador. Siempre se sospechó que la convivencia bajo el mismo techo con Guillermo Arroyo (el hijo de Carlos Fernando Arroyo), era muy difícil, por no decir imposible. Otro tanto le había ocurrido a Mario Luchessi, otro concejal que perdió precipitadamente Agrupación Atlántica, y fue cooptado rápidamente por Acción Marplatense y ocupa hoy un cargo en la planta política.
“Hay que hacer terapia, y aun así es complicado”, dijo uno de los que se considera damnificado por Guillermo Arroyo, tratando de explicar lo mal que la pasó, “tiene actitudes extrañas y comportamientos raros”, agregó sin entrar en detalles. Otras personas consultadas, coincidieron en el diagnóstico. Y hoy no debería asombrar, si alguien más pueda seguir los pasos de Luchessi y Alcolea.
Circula el rumor que, por ahora, nadie más sacará los pies del plato y que se respetan los compromisos con el doctor Arroyo, pero se toma distancia de los movimientos políticos de padre e hijo, porque “en realidad no saben lo que quieren”. No obstante, Arroyo continúa siendo la figurita difícil de la política local ya que toca los 20 puntos porcentuales de intención de voto, pero bajo la influencia de Guillermo, quien aparece jugando en las grandes ligas y no resulta confiable como su padre, lo cual impregna grandes dudas a la hora de avanzar en negociaciones. Además no tiene experiencia, lo cual lo vuelve singularmente de riesgo, a la hora de la toma de decisiones importantes. La trascendencia del tema, puede dañar la imagen que durante décadas ha construido su padre, como director en el colegio, como funcionario público y como concejal, aseguraron las fuentes consultadas.
Este no es un tema menor, ya que se trata nada más y nada menos, que de un candidato con piso expectante que es tentado por el PRO, la UCR, el Frente Renovador y otras agrupaciones políticas. Quienes recorren a diario los pasillos del Concejo Deliberante, no dejan de asombrarse (y por qué no de persignarse) en el momento que imaginan Arroyo intendente y su hijo Guillermo al poder. No dudan que será más peligroso que Baragiola designando secretarios en la presidencia del Concejo Deliberante, lo cual no resulta poco.
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