Fue uno de los diputados que protagonizaron la ruptura del bloque del Frente Renovador; la fuerza de Massa inició el operativo contención para evitar más fugas
Apenas un par de semanas atrás, Sergio Massa le comunicó a un grupo de legisladores bonaerenses del Frente Renovador (FR) que Daniel Arroyo iba a ser su candidato a gobernador en 2019. Reunidos en un despacho del Senado provincial, los legisladores se encomendaron a organizar un acto que sirviera como primera foto de esa postulación. Anteayer, Arroyo abandonó el bloque del FR junto aFelipe Solá y otros tres diputados nacionales.
El domingo por la tarde, cuando se confirmó que Solá iba a dar una conferencia de prensa el lunes, en el FR comenzó también un operativo contención. Para entonces era un hecho que el exgobernador y Facundo Moyano iban a abandonar el bloque junto a Fernando Asencio y Jorge Taboada. El respaldo a la candidatura de Arroyo pareció el último intento por mantenerlo en las filas.
Pero no fue más que un gesto: Arroyo llevaba semanas sin hablar con Massa. Se enteró de su postulación por los legisladores provinciales. Solá no hablaba con el tigrense desde marzo.
El domingo a la noche, el FR convocó a los concejales de los municipios de la primera sección electoral (el norte y noroeste del conurbano). Se juntaron ayer al mediodía, en Ituzaingó. Malena Galmarini, concejala en Tigre y esposa de Massa, tomó asistencia junto al diputado provincial Rubén Eslaiman, un hombre de Graciela Camaño. Salvo una duda en Tres de Febrero, creen que no va a haber deserciones. Distinto es el caso de la tercera sección electoral: los concejales se reunirán este sábado y ya se dan por sentadas algunas bajas en Avellaneda y La Matanza. En el interior provincial el panorama no sería mejor.
El otro foco de atención del massismo estaba puesto en la Cámara baja bonaerense, donde tiene doce diputados. Cada banca es vital para las negociaciones que Massa pretende llevar adelante con María Eugenia Vidal: la gobernadora tiene (o está muy cerca de tener) los votos para aprobar el presupuesto, pero necesitará negociar centímetro a centímetro con la oposición para reunir los dos tercios que requiere un nuevo endeudamiento.
Hay un solo diputado en duda: Pablo Garate, de Tres Arroyos, que al igual que Solá cree en la unidad del peronismo con el kirchnerismo (en su caso, además, busca esa unidad para postularse a la intendencia), fue otro de los massistas que se sorprendieron al ver una nueva foto de Massa con Margarita Stolbizer (este lunes), pero también cree que la salida de Solá fue apresurada.
Garate permanecerá en el bloque pese a que son conocidas sus críticas a la falta de definiciones políticas del FR. "Nunca hicimos autocrítica por las elecciones de 2017 y seguimos sin definir un rumbo claro hacia 2019", repite desde hace meses.
A diferencia de otras rupturas del pasado, la salida de Solá y compañía no desató la ira pública de los voceros de Massa. El diputado Ignacio de Mendiguren se limitó a decir que el exgobernador "duda mucho", el exlegislador Juan Amondarain apuntó al ego de Solá ("Yo y Platero", lo bautizó) y el diputado provincial Lisandro Bonelli habló de "poliamor", por las alianzas de Solá en las últimas décadas.
"Sergio tomó la noticia relajado, no como otras veces", resumen en Tigre. "Estamos buscando construir un interbloque grande junto a los gobernadores peronistas, donde algunos iban a perder protagonismo", agregan, con un ápice de maldad. Cerca de los diputados que rompieron responden, aunque también con sordina: "No nos salen a matar porque no saben si no van a terminar con nosotros más adelante".
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