Se trata del “empresario Mariano Martínez Rojas quien esta semana tomó trascendencia nacional al señalar que participó en el lavado de dinero del gobierno kirchnerista, al que amenaza con contar todo. Además de pedidos de captura que este sujeto posee, está el de la Justicia fueguina que tiene probado que estuvo en Río Grande en mayo pasado cuando le compró la camioneta al juez Ernesto Loffler con cheques apócrifos. Martínez Rojas dice en los medios nacionales que hace 8 meses vive en Estados Unidos “por cuestiones de seguridad”.
Esta semana tomó amplia trascendencia en los medios nacionales el autodenominado “empresario” y “lobbysta” Mariano Martínez Rojas, un oscuro sujeto vinculado al lavado de dinero durante la era Kirchner, quien cuenta con numerosas empresas vaciadas que hacen a la vez de herramienta para ese lavado de activos y la fuga de divisas producto de la corrupción.
De esa forma este sujeto apareció en algún momento como presunto propietario del diario kirchnerista Tiempo Argentino y de Radio América, en el marco de este complejo entramado de empresas fantasma.
Martínez Rojas en los últimos días apareció en entrevistas ante los medios nacionales desde un presunto exilio en Estados Unidos por “razones de seguridad” a la par de un pedido de captura internacional que la Justicia Nacional le dictó por lavado de dinero.
Martínez Rojas asegura que no está fugado y que lleva 8 meses fuera del país, pero ello resulta llamativo ya que esta persona es la misma que está imputada por “estafa” contra el camarista fueguino, Ernesto “Nené” Loffler, cuando en mayo pasado le compró su camioneta Mercedes Benz en cerca de 900 mil pesos, con cuatro cheques apócrifos.
Martínez Rojas estuvo en Río Grande en esos días con una identidad falsa, que corresponde a la de un empresario que vive actualmente en Buenos Aires. Con cheques de empresas solventes, adquirió la camioneta que él mismo sacó por vía terrestre, acompañado de un hombre de Ushuaia que ya fue sobreseído en la causa.
Esos cheques eran falsificados y la Justicia fueguina determinó que se trataba efectivamente de Martínez Rojas a partir de un reconocimiento facial que se hizo con imágenes de su rostro captadas en las cámaras de seguridad del hotel en donde estuvo alojado en Río Grande.
A partir de esto se le dictó un pedido de captura desde el juzgado de instrucción 2 de Río Grande, e incluso se constató que este sujeto ya posee una condena en la provincia de Corrientes por “estafa” en una maniobra similar, adquiriendo autos de alta gama con cheques apócrifos.
Secuela: Loffler no será juez federal
A la dimensión tomada por este caso parece resultar casi un dato anecdótico que a partir de la estafa comprobada, desde el juzgado local se haya secuestrado el legajo de la camioneta del Registro de Automotor y se dictare una medida de no innovar, que permite no pueda realizarse ninguna transacción legal con el rodado del juez Loffler.
De hecho esa medida ya habría permitido detectar el auto en manos de terceros en la provincia de Buenos Aires, a quienes Martínez Rojas les habría vendido el mismo bajo otra identidad.
Este tercer comprador al momento de realizar la consulta sobre el rodado Mercedes Benz habría constatado su situación irregular, ante lo que la recuperación de la camioneta es inminente.
Pero la secuela política más importante de este caso no es esta precisamente, sino que el damnificado juez Ernesto Loffler, a partir de este incidente finalmente declinó en su participación en el concurso para ocupar el cargo de juez federal en Río Grande.
La vinculación con este sujeto y el alcance de la información que se filtró en la investigación de este caso lo habrían llevado a tomar esta sugestiva determinación cuando era el profesional de mayores pergaminos para ese cargo.
Comentá la nota