187.248 marplatenses entraron al cuarto oscuro este domingo y metieron en el sobre la boleta de concejal Vilma Baragiola. 195.043 votaron el tramo encabezado por Franco Bagnato, el más votado en estas elecciones generales.
El intendente Carlos Arroyo, antes de las 20, proclamó un triunfo contundente y señaló que su gestión contribuyó a sumar casi el 50% de los votos. Detrás de todos ellos –o encima-, María Eugenia Vidal, que no formó parte de ninguna lista e igual se consagró como la gran ganadora del domingo. Mar del Plata no fue una isla: Cambiemos logró triunfos resonantes en La Plata, Quilmes, Olavarría, Bahía Blanca, Morón, todos distritos trascendentes que le permitieron consolidar la victoria bonaerense de Esteban Bullrich sobre Cristina Fernández de Kirchner.
Fue un punto de quiebre. Esta vez no hay campaña mentirosa para que sirva de excusa: dijeron que aumentarían nuevamente las tarifas, anticiparon subas en los combustibles, reformas laborales y previsionales y ganaron en la mayor parte del país. La ola amarilla comenzó a tomar fuerza. ¿Qué se viene ahora en Mar del Plata?
En estos casi dos años de gestión de Arroyo, la relación de la Provincia con la ciudad, fue cambiante, pero casi siempre difícil. Los matices van desde la indiferencia, al mal o peor. Es imposible que en la segunda mitad de la gestión del jefe comunal eso cambie significativamente. Pero a pesar de la relación rota, a las altas esferas de Cambiemos no les fue fácil imponer sus criterios. Primero probaron con un joven estilo Pro con llegada a los despachos de la Casa Rosada, como Agustín Cinto, que se fue sin pena ni gloria.
#Elecciones Cambiemos arrasó: rozó el 50% y tendrá mayoría propia en @concejomdp - https://t.co/sK9gIech5A @arroyocf @vilmbaragiola
— 0223 (@0223comar) 23 de octubre de 2017
Poco después tomó la posta el ministro de Gobierno Joaquín De la Torre, un hombre experimentado en la política. Logró algunas cuestiones puntuales, pero en líneas generales nada cambió. Ahora, hay una nueva apuesta: Hernán Mourelle. El flamante secretario de Hacienda, un técnico clásico, asumió un rol fundamental para tratar de ordenar las cuentas de General Pueyrredon. “Le dimos todo este tiempo para que tomen las medidas que hay que tomar y no lo hicieron. Tendremos que hacerlo nosotros”, confió un hombre con llegada directa a Vidal.
En el entorno del intendente recuerdan que se redujeron los sueldos y “suprimieron gastos” al mínimo posible. Pero se ve que esos “gestos” no alcanzaron. “Hay que tomar medidas de fondo, la ciudad si no es inviable”, insistió la fuente.
Nunca se aclara cuáles son esas medidas de fondo. Pero más allá de que en la Gobernación no caen bien los continuos nombramientos de familiares y allegados al jefe comunal, lo concreto es que hay dos ítems que absorben prácticamente todo el presupuesto: sueldo de municipales y contrato de la recolección de residuos.
Habrá que esperar si deciden avanzar con alguno de estos dos puntos, que sin duda pueden tener un costo político importante. Para paliar eso no solo alcanzará con un técnico que dé un diagnóstico acabado de cómo hacer un municipio sustentable. Hará falta conducción política. Y esa es, tal vez, la principal cuenta pendiente de Cambiemos en Mar del Plata.
En esta campaña el voto de confianza lo tuvo el diputado provincial Maximiliano Abad. Federico Salvai, el responsable de la campaña bonaerense, dispuso que sea él quien asuma el desarrollo y la estrategia de cara a las elecciones. Y lo consiguió. Si bien es cierto que la ola amarilla alcanzó a gran parte de la provincia (ganaron 100 de los 135 municipios), pero no menos cierto que había luces de alarma por cómo podía impactar la gestión Arroyo en el resultado.
Eso explica también por qué fue Baragiola la cabeza de la lista. Se trata de una dirigente que tampoco encaja en el estilo Pro, pero es la única en el espacio con votos propios, cuya figura servía para opacar al intendente. Eso sí: la marcaron de cerca.
Con el caudal de votos, Baragiola –con justa razón- se siente legitimada para ser candidata a intendente en dos años. “¿Cómo la bajás?”, preguntó alguien muy interesado en bajarla. “Salvo que cometa algún error grave, es muy difícil”, se respondió.
Desde el vidalismo, por ahora, prefieren no anticiparse. Pero dan por hecho que a 2019, la mandataria provincial llegará más fuerte que nunca. “Va a ser ella la que decida quién. Lo agarra del hombro, lo saca a caminar y se acaba”, opinó.
La cuestión, entonces, es saber quién será en caso de que no sea Baragiola. La lista es corta: Franco Bagnato volvió a ser el más votado y muchos se esperanzan en crear un candidato a intendente. Lejos del estilo de estridentes declaraciones de Arroyo, tienen una coincidencia: ninguno de los dos podrá ejercer la conducción política de Mar del Plata. “No le interesa meterse en eso”, resumieron dos fuentes que lo conocen.
En la lista también aparece Abad, cuyas acciones crecieron después de asumir la jefatura de campaña y lograr los objetivos que le pidieron. Sin embargo, tampoco está clara su voluntad de asumir la Intendencia. “Sí, claro. Quiere”, dijeron enfáticamente algunos allegados. “No, él tiene otros objetivos. Me parece que le gustaría más ir para arriba que para abajo”, contaron otros.
Abad tiene dos características bien visibles: tiene vocación de poder y es un gran escondedor. Es por eso que se hace difícil saber si esa vocación de poder la puede desarrollar mejor como intendente de Mar del Plata o desde un puesto provincial o nacional de menor exposición.
El que intenta sumarse a la nómina es Lucas Fiorini, quien arrancó más tarde la competencia: recién hace algunos meses se incorporó formalmente a Cambiemos. Tiene un aliado de peso, como Joaquín De la Torre, pero hoy, el exintendente de San Miguel no parece tener tanto peso como para imponer a sus aliados. De todos modos, el senador electo sigue recorriendo terreno y, poco a poco, les resta ventaja a sus adversarios. Su jugada apunta a convertirse en el referente del vidalismo en el distrito, un cargo que, sin dueño concreto, hoy ostenta Abad.
“No descartes un outsider…”, advirtieron algunos operadores. ¿Quiénes? En las altas esferas de Cambiemos hay dos marplatenses: el titular de los Medios Públicos Hernán Lombardi y el diputado electo Guillermo Montenegro. Por ahora, ambos, son dos globos de ensayo.
Mientras esto ocurre también hay versiones de expansión. El contundente triunfo que consiguió Cambiemos lo ubica ya no como un proyecto electoral, sino como una fuerza de peso. Y mucho. Con una oposición fragmentada y sin rumbo claro, muchos dirigentes no K comienzan a mirar con cariño los globos amarillos. Entre los apuntados ya fueron mencionados Ariel Ciano, Santiago Bonifatti y Héctor Rosso. ¿Podrá la marea amarilla arrastrarlos a todos y llevarlos a buen puerto?
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