A partir de una tesis de dos estudiantes de Ingeniería, el Laboratorio de Animatrónica de Ciencias Exactas diseñó un reptil volador que se mueve por el sistema “motion capture”.
La ciencia made in Córdoba también comienza a dar para todo. Por ejemplo, para recrear un Jeholopterus , un reptil volador muy parecido a un murciélago grande, que vivió hace 160 millones de años, en el período Jurásico, en la zona que ahora es la China.
Ayer, gracias a un trabajo conjunto de estudiantes y de los miembros del Laboratorio de Animatrónica y Control Dinámico (LACD), un robot idéntico a ese “bicho” –como lo llamó cariñosamente un científico– volvió a aletear en un aula de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNC.
¿Cómo lo hizo? “Copiando” los movimientos de quienes se animaron a pararse delante del receptor de movimientos (que contiene sensores) y comenzaron a aletear, y a torcer la cintura para uno y otro lado.
En esa capacidad de “copiar” los movimientos, a través del sistema motion capture (el mismo que utilizan algunas consolas de videojuegos) está la mayor parte de la ciencia aplicada al robot del pterosaurio. Y esa fue, precisamente, la parte más importante de la tesis que hace un año comenzaron a elaborar Luis María Tiseira y Guillermo Rojas, flamantes ingenieros.
Sumados al Laboratorio de Animatrónica y Control Dinámico, que conduce Hugo Pailos, comenzaron un trabajo en equipo que dio a luz (y movimiento) al Jeholopterus.
Articulado
El “bicho”, que fue mostrado ayer en plena imitación de vuelo, tiene tres articulaciones: una en cada brazo, que son las que permiten batir las alas; y la restante en la base que lo sostiene, que le da la inclinación. El sistema, que utiliza una plataforma “Aduino”, consta de una computadora que recibe las órdenes de los sensores, y una placa –desarrollada por el laboratorio– que interpreta los movimientos y los reenvía a los motores que hacen funcionar las articulaciones del robot.
Los inventores del prototipo conforman un verdadero equipo multidisciplinario: Pailos, ingeniero especialista en robótica y animatrónica; Abel Montes, artista y creador de la parte visible del pterosaurio; Martín Muntual, el responsable del sonido; y Mariano Rodríguez Isleño, encargado de la animación computada. La mecánica estuvo a cargo de Juan Pablo Morales, también enfocado en el diseño del bastidor donde va montado el robot; Ariel Libal, Guillermo Bima y Pailos se encargaron de las pruebas de laboratorio. Y en el armado participaron los tesistas. ElJeholopterus ya pasó por Tecnópolis y recibió felicitaciones. Ahora, sus creadores esperan que muchos estudiantes primarios y secundarios lo vayan a conocer, para que, de paso, se entusiasmen con la ciencia.
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