Quien supo ser presidente del Instituto Provincial de Regulación de Apuestas fue condenado a dos años de prisión en suspenso, por haberle pedido una coima a un empresario para acelerarle el pago de Letras de Tesorería. Tras un enjuiciamiento que tan sólo duró cuatro días, y que además dejó más interrogantes que certezas, Adrián Arias se convirtió en el primer ex funcionario de Fabiana Ríos juzgado y condenado por corrupción.
La gobernadora Fabiana Ríos ya no podrá decir orgullosa que su Gobierno se diferencia de los demás. Al menos no en términos judiciales, dado que ayer sumó una de los hitos por el que seguramente se recuerde su paso por la gestión.
Ocurre que un ex funcionario del Gobierno fue juzgado por encontrárselo culpable de pedir coimas, algo que en el glosario de quebrantos de la Mandataria provincial figuraba –y figura– entre los hechos más repudiables.
Es así que el Tribunal de Juicio presidido por el Dr. Juan José Varela, condenó a dos años de prisión en suspenso al ex funcionario Adrián Arias por considerarlo responsable del delito de concusión, al haber solicitado el pago de coimas a un empresario para agilizar el proceso de cobro de Letras de Tesorería.
La sentencia fue seguida por mucha gente que colmó la sala de juicio en los Tribunal del barrio YPF. Previo a ello, Arias había desistido de hacer uso de la palabra en la instancia final del juicio por lo que se pasó a un cuarto intermedio.
A sala llena, Varela leyó la sentencia que determinó entonces condenar a Adrián Arias a dos años de prisión en suspenso, igual cantidad de tiempo de inhabilitación para asumir cargos públicos y 200 horas de trabajo no remunerado en un hospital público, donde sea que el condenado fije residencia.
El dato curioso es que el ex funcionario fijó su domicilio en la ciudad de Concordia, provincia de Entre Ríos, por lo cual el servicio comunitario a un hospital ni siquiera lo prestará en un nosocomio de la provincia.
Mientras se leía la sentencia, hubo gritos e insultos de parte de algunas de las personas que se acercaron a escuchar el fallo al punto que el Presidente del Tribunal de Juicio debió solicitarle a la fuerza policial que retire a los individuos de la sala.
Incluso una vez concluido el proceso, el abogado Alejandro De la Riva se puso de pie y gritó: “Faltó saber quién es Guillermo, señor Presidente”, en relación al nombre que se mencionó sistemáticamente en los testimonios y en la cámara oculta que se exhibió durante el juicio.
Así, concluyó un proceso breve, de tan solo cuatro días, donde Adrián Arias fue condenado sin haber dicho una sola palabra respecto a los hechos que los pusieron en el banquillo de los acusados y donde quedaron más dudas que certezas a partir del proceso investigativo y del rol del fiscal Guillermo Quadrini.
Un antes y un después vive a partir de ayer Fabiana Ríos, que ya no podrá gritar a los cuatro vientos que su gestión es la más transparente de la historia fueguina. De ella dependerá que, a partir de ahora, Arias sea solo un caso aislado.
Para Varela, “la cámara oculta estaba justificada”
Tras conocerse la condena de dos años de prisión en suspenso para el ex funcionario provincial Adrián Arias, el presidente del Tribunal de Juicio, Juan José Varela, explicó algunos fundamentos del fallo que se emitió.
Al respecto, Varela develó que “la prueba fundamental es el testimonio de uno de los integrantes de esta maniobra en contra del Estado y que está corroborada con algunas pruebas iniciarias que han permitido fundar un juicio de certeza sobre esta situación, que ha existido realmente”.
Ante el pedido de la defensa que había solicitado no se tenga en cuenta a la cámara oculta como prueba, Varela fue consultado sobre la aceptación de la misma y al respecto indicó que “creemos que sí. Creemos que depende de las circunstancias, cada caso tiene sus vericuetos y vicisitudes”.
“Cuando la intimidad de las personas se viola de determinada forma, en principio tiene que estar reglada esa violación por el Estado. Hay excepciones cuando se trata de un bien superior, que puede llegar a permitir que esa intimidad se viole”, aclaró.
Finalmente, Juan José Varela remarcó que “nosotros pensamos que acá hay un fin superior que es el derecho de la comunidad a perseguir posibles conductas delictuosas. Por lo menos al proceso, llegó de una forma justificada”.
¿Quién es “Guillermo”?: “No había motivo para investigar a otros funcionarios”, dijo Candela
El fiscal Pablo Candela hizo un balance positivo del resultado del juicio que determinó una condena de dos años de prisión en suspenso para el ex funcionario Adrián Arias por reclamar coimas parta acelerar el pago de Letras de Tesorería.
Sin embargo, quedó flotando una pregunta que se volvió recurrente durante los días que duró el juicio: ¿quién es Guillermo, la persona que se mencionó en los testimonios y en la cámara oculta pero a quien nadie le puso apellido?
Al respecto, el fiscal del Distrito Judicial Norte expresó que “en la causa se investigan hechos y a los hechos se llega con pruebas. Para poder establecer que un hecho ocurre de una determinada forma se necesitan pruebas, sino no podemos demostrar esos hechos”.
“En la causa, más allá que se menciona el nombre Guillermo, no hay ningún elemento probatorio que permita vincular ese nombre con algún otro funcionario del Gobierno”, argumentó y a su vez, dijo que “entonces, si en el hipotético caso en que uno decidiese iniciar una investigación contra un funcionario del Estado, debe hacerlo en el marco de garantía que establece la ley porque si no, esto es ir a la pesca, es una caza de brujas”.
En ese sentido, subrayó que “para poder iniciar una investigación concreta se debe tener una suerte de indicios que permita al Juez empezar a inmiscuirse básicamente en la vida de esa persona. Empezar a ver lo que son sus conversaciones telefónicas, intervenir sus líneas, hacer un entrecruzamiento de llamados”.
Finalmente, Candela dijo que “si no existe ese indicio inicial porque nadie lo dice, ninguna de las partes, ni el señor (Oscar) Tapia, ni el abogado que lo patrocinó lo menciona y obviamente tampoco el señor Arias; si nadie dice nada que involucre a otra persona en la causa, lamentablemente no se puede seguir avanzando en esa investigación porque si no sería una causa de brujas”.
De la Riva: “Este juicio fue una pantomima”
El letrado Alejandro de la Riva, abogado que hizo pública la cámara oculta que terminó levando a juicio al ex funcionario provincial Adrián Arias por pedir coimas a un empresario local, se mostró disconforme con el proceso investigativo y por ello lanzó severas críticas.
De la Riva comenzó diciendo que “fue el final de una parodia de investigación judicial. De más está decir que nadie puede creer que Arias sea el único que estaba en estas maniobras de cobrar retornos por el pago de Letras de Tesorería”.
“La Justicia se empeñó denodadamente en no llegar a la verdad una vez que se descubrió la cara visible de esto. En uno de los episodios de corrupción del Gobierno de Fabiana Ríos, el Poder Judicial cerró filas sobre este verdadero delincuente que soportó el escarnio de la sociedad viendo cómo lo condenaban, pero se vuelve a Concordia con ingresos irracionales para su pasado como comerciante y funcionario”, dijo en alusión a Arias.
Luego afirmó que el juicio “fue una puesta en escena, una pantomima de la Fiscalía, del Tribunal y de todo el Poder Judicial”.
Varias preguntas, pocas respuestas
El proceso judicial contra Adrián Arias, breve por cierto, dejó flotando en el aire muchas preguntas que fueron surgiendo a partir de escuchar a nada más que tres testigos y los alegatos del fiscal mayor, Guillermo Quadrini, y el defensor oficial, Gustavo Arinzabarreta.
Son preguntas simples, hasta cargadas de sentido común que a pesar que el Tribunal de Juicio dictó sentencia, quedarán sin ser respondidas y el manto de sospecha, por consiguiente, seguirá cubriendo al primer acusado de corrupción de la gestión de Fabiana Ríos.
1.– ¿Por qué no se citó al Alejandro De la Riva?
El abogado riograndense fue quien dio a conocer, a través de una denuncia mediática, el video en formato cámara oculta que permitió la denuncia y el posterior juicio contra Adrián Arias. Incluso, fue querellante junto a Oscar Tapia –quien filmó a Arias– durante un largo tiempo, hasta que el empresario desistió de seguir adelante con la denuncia. A pesar de ello, nunca fue citado como testigo en la instancia de juicio.
2.– ¿Por qué no se profundizó la investigación para determinar quién es “Guillermo”?
Varias veces mencionado durante la cámara oculta e incluso en los testimonios de Tapia, siempre quedará la duda acerca del apellido de esa persona a la que tanto mencionaron como “Guillermo” o simplemente como “Guille’.
“No sé quién es Guillermo. Yo nunca traté con el tal Guillermo pero ellos lo nombraban siempre”, aseguró en su declaración Tapia, quien además precisó en otro tramo de su testimonial: “Yo sabía que había otra persona con Adrián en todo esto, pero ni idea quién era. No me interesaba saber quién era”.
No hubo repregunta al respecto. Ni qué hablar de una investigación profunda que amerite saber quién era esa persona que tanto nombraban y que, al parecer, tenía trato directo con Arias mientras acordaba los pagos de “comisiones” para acelerar el proceso de cobro de Letras de Tesorería.
3.– ¿Por qué no se indagó para conocer si había otros videos?
Durante el testimonio de Oscar Tapia se exhibió un video de unos 19 minutos de duración. En efecto se trataba de la cámara oculta que el empresario había filmado durante su visita a la casa de Adrián Arias. Sin embargo, el propio De la Riva, cuando formalizó la denuncia, dijo contar con más material que al menos durante el juicio no se exhibió.
4.– ¿Por qué no se juzgó al empresario que admitió entregarle dinero a Arias?
Durante su testimonial, Oscar Tapia confirmó que entregó a Arias “un sobre de papel madera con cuatro fajos de 10 mil pesos cada uno y dos fajos de 5 mil pesos cada uno”. Es decir, el empresario admitió haber realizado un pago a fin de que Arias apure la gestión para que las Letras de Tesorería fueran depositadas en la cuenta bancaria de Tapia. A pesar de haber admitido el pago de la coima, el empresario solo declaró en calidad de testigo y luego de la primera jornada del juicio, se retiró de Tribunales sin mayores restricciones. Es más, ya anticipó que le iniciará juicio al Estado para cobrar algunas Letras de Tesorería que todavía tiene en su poder.
5.– ¿Por qué no hubo careo entre Tapia y “Chelo” Guzmán?
En su testimonio, Tapia aseveró que filmó a Arias con una lapicera que le prestó un tal “Chelo” y que, tras devolverla, esta persona le entregó una copia de la filmación pero se quedó con una reproducción que finalmente entregó a De la Riva y que se convirtió en la punta de lanza de la denuncia mediática.
Sin embargo, durante el único día de testimonios, Sergio “Chelo” Guzmán indicó que nunca le prestó la cámara, si no que directamente Tapia se presentó en su vivienda para que le hiciera el favor de grabar en un disco digital lo que había filmado.
“Tapia sólo me dio un pendrive para que lo baje a la computadora y luego se lo grabe en un CD. Tapia vino a mi casa porque siempre le pedía a mi hijo que le bajara CD’s de música y se los grababa”, explicó el testigo. Claramente, una contradicción entre uno y otro testimonio.
A pesar de ello nadie pidió un careo entre Tapia y Guzmán. Así, quedaran severas dudas respecto del origen de la filmación y si, en efecto como mencionó Tapia, la grabación de cámara oculta se hizo como “evidencia” para futuros encuentros entre el empresario y Arias o si, por el contrario, había una clara intencionalidad de hacer pública la filmación.
6.– ¿Por qué Arias fue representado por un defensor oficial?
Adrián Arias solicitó ser representado por un defensor de oficio. Finalmente, la tarea recayó en el abogado Gustavo Ariznabarreta. Para ser representado por el defensor de oficio, que garantiza el acceso a la defensa en juicio, es necesario cumplir con varios requisitos, entre ellos, tener debidamente acreditado la escasez de recursos como para afrontar los gastos que la representación demanda. Sin embargo, durante el inicio del juicio –único momento donde habló Arias– el propio acusado referenció tener ingresos de “entre 70 y 80 mil pesos”.
Así, se produjo una paradoja que al parecer, generó mucha vergüenza en la ciudadanía excepto en el ex funcionario: Arias fue sometido a juicio por estafar al Estado pero cuando debió hacerse cargo de sus hechos ante la Justicia, solicitó la asistencia de un abogado pagado por el mismo Estado que él defraudó.
Comentá la nota