Utilizan bacterias encontradas en el ombligo, nariz y lágrimas.
Aunque no permitieron a los visitantes de la exposición probar el producto final, sí pudieron olerlo. Queso de cabra, queso de bola, queso roquefort, queso de…¿humano? Podría sonar como un elemento sacado de una de las películas de Hannibal Lecter, pero no. Dos científicas de Irlanda decidieron producir quesos con bacteria encontrada en lágrimas, el ombligo y la nariz de voluntarios, como parte de un experimento artístico que fue luego expuesto en una galería, reportó el Huffington Post. Según estudios, los organismos encontrados en el cuerpo humano son los mismos que existen en la comida. Por esto, cada queso fue creado con las muestras de los donantes. Cada cultivo se transformó de forma diferente y como resultado, cada queso sabe y huele como los cuerpos de los que vinieron. Aunque no permitieron a los visitantes de la exposición probar el producto final, sí pudieron olerlo. Según el medio estadounidense, al ingeniar su experimento, las científicas se hicieron la siguiente pregunta: ¿Si conocemos sobre las bacterias en nuestra comida, podemos tolerar más de las bacterias en nuestro cuerpo?
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