En lo que fue una noche emotiva por el homenaje a Leo Gutiérrez, Argentina se lució ante un opaco Uruguay en el primer amistoso rumbo a Toronto.
La Selección Argentina ganó su primer amistoso rumbo a los Juegos Panamericanos de Toronto. Lo hizo ante Uruguay, en lo que fue un categórico 67-51 que se empezó a gestar desde el segundo cuarto. La falta de gol del rival junto con la intensísima defensa nacional fueron los puntapiés iniciales para el disparador, Argentina tuvo un crecimiento de menor a mayor y de la mano de un Nicolás Richotti encendido (17 puntos con 3/4 en triples) ganó con facilidad.
Argentina arrancó mejor, de la mano de Richotti consiguió una buena serie de puntos y se disparó 10-4. El escolta de última temporada en Iberostar Tenerife (Liga Endesa, ACB) aportó su habitual intensidad y consiguió liderar la ofensiva albiceleste tras la apertura del marcador por parte de Torres. No obstante, luego de ello Argentina cayó en una laguna imprecisa y Uruguay se fue arrimando.
El 0/7 en triples (Mata buscó tres, sin éxito) fue llamativo, Uruguay se fue arrimando poco a poco y el ingreso de Newsome dio mucho oxígeno en el cuadro charrúa. El interno aportó mucho, estuvo muy preciso a la hora de tirar y Uruguay consiguió empardar el juego en 10 rápidamente. Independientemente de un pasaje de varios minutos sin convertir, el cierre fue peleado y con el score en 14-14 se acabó el primer parcial.
Los triples le abrieron el camino a Argentina. Independientemente de que la sequía de Uruguay fue un factor determinante (muy buena defensa de los de Hernández ante la ineficacia rival), el seleccionado nacional pudo sacarse la espina desde los triples y el segundo parcial comenzó con tres bombazos. Espinoza, Garino y Laprovíttola fueron los protagonistas, Argentina trepó a nueve de ventaja (24-13) y desequilibró.
Delía y Brussino ayudaron a anotar algunos puntos para el equipo pero lo mejor estuvo en la defensa, con Argentina permitiendo sólo dos puntos en contra en todo el cuarto. De hecho, Uruguay no anotó ni siquiera un tiro de campo, convirtiendo apenas dos libres y llamándose a la sequía luego de ello. Así, con una brecha cómoda de trece unidades (29-16), Argentina entró al descanso largo más relajado.
Richotti, que en el arranque del juego estuvo muy fino, explotó con todo su arsenal de gol en el tercer periodo. Desde el perímetro, con dobles, con muchísima intensidad y siendo claramente el impulsor de Argentina. A Uruguay le costó demasiado, hasta el punto de mencionar que encestó su primer doble del parcial restando poco menos de ocho minutos y contabilizando más de doce minutos sin un tiro de cancha.
La mala noticia que se conoció previo al tercer parcial fue que Garino sufrió una pequeña distension muscular en el tercio medio isquiotibial derecho. El marplatense fue preservado por el resto del partido y este lunes se someterá a una ecografía para conocer más detalles de su dolencia.
¿Lo bueno? El momento emotivo de la noche, con Leo Gutiérrez como gran protagonista. El ala pivote, ya retirado de la Selección recibió un momento único al ser homenajeado, con una plaqueta por parte de la CABB y recibiendo el saludo y una camiseta por parte de los jugadores de la Selección (Campazzo se la entregó en manos). Gutiérrez, emocionado hasta las lágrimas como varios, tuvo su reconocimiento.
En cuanto al parcial, amén de que Uruguay tuvo un mayor caudal de gol (parecía imposible repetir ese flojo segundo cuarto), los puntos charrúas fueron pocos y Argentina se lució. Los de Hernández se llevaron el segmento por 28-12, contabilizando un global de 57-28 y tener prácticamente definido el encuentro.
El cierre estuvo prácticamente de más. Es cierto que Uruguay se recuperó y anotó 23 unidades en todo el periodo, pero la realidad es que Argentina bajó muchísimo su intensidad (solo anotó 10 puntos en un amistoso ya liquidado). El final, con marcador de 67-51, terminó decretando lo que ya era evidente: triunfo cómodo del equipo de Hernández y primera prueba superada.
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