Hay cuatro candidatos, dos de ellos con trayectoria en el Fondo. El brasileño Ilan Goldfajn y el chileno Nicolás Eyzaguirre. Además, compiten la mexicana Alicia Bárcena y el ecuatoriano Augusto de la Torre.
Por Carlos Burgueño
Sin prórroga a la vista y con cuatro candidatos oficializados, es un hecho que este viernes se cerrará la inscripción para aspirar a conducir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Y entre el domingo por la tarde y el lunes se sabrá quién reemplazará al norteamericano Mauricio Claver Carone. Hay algo seguro para la Argentina: no presentará candidato y hay riesgos que el cargo caiga en manos de alguno de los postulantes conocedores de la realidad económica del país; pero con una visión algo negativa sobre la coyuntura criolla.
Si no hay novedades en los próximos días antes del cierre de inscripción, la lista quedará reducida a la disputa entre el brasileño Ilan Goldfajn, la mexicana Alicia Bárcena, el ecuatoriano Augusto de la Torre y el nuevo challenger presentado el viernes pasado en sociedad, el chileno Nicolás Eyzaguirre. Este último apareció casi sorpresivamente en el listado luego que lo presentara el ministro de Hacienda de su país Mario Marcel; con lo que se demostró que en el caso del país vecino no hay cuestiones de cartel ideológico.
El Gobierno de Gabriel Boric no tuvo problemas en apadrinar a un ex funcionario de la gestión del socialista Ricardo Lagos, hoy enemistado con el oficialismo chileno. Boric además propuso para el puesto a un economista que desarrolló toda una carrera técnica en el mismísimo Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyo cuerpo integró antes de su gestión con Lagos; como después ocupando el cargo de director para el Hemisferio Occidental desde noviembre del 2008 hasta agosto del 2012. En 2014 fue ministro de Educación de la segunda gestión de Michelle Bachelet. Tuvo otra experiencia con Bachellet como ministro de Hacienda, hasta la finalización de su gestión en 2018.
Durante sus años de director gerente para el Hemisferio Occidental, Eyzaguirre llevó adelante la relación del FMI con la Argentina, protagonizando con los funcionarios de entonces conflictos directos entre 2009 y 2012 con la gestión de Cristina Fernández de Kirchner por la negativa de la jefa de Estado local a aceptar las inspecciones obligatorias vinculadas con el artículo IV del estatuto del organismo. Argentina siempre se negó a la llegada de los hombres y mujeres del Fondo al país, al considerar que al no tener deudas con el organismo, tampoco eran necesarias las inspecciones. Desde Washington se afirmaba que todos los socios debían abrir sus economías a las misiones, tuvieran o no acuerdos vigentes. Si bien nunca pudieron los técnicos del FMI viajar a Buenos Aires, Eyzaguirre tomó venganza e incluyó en los informes sobre la marcha de la economía argentina publicados dos veces al año en el tradicional World Economic Outlook (WEO), un asterisco en la variable inflación, aclarando que el dato oficial argentino no debía ser tomado en serio por la negativa del gobierno local a inspeccionar sus cuentas públicas. Ahora Argentina debe elegir el candidato a suceder a Claver Carone, y parece difícil que una persona que protagonizó estos conflictos con el kirchnerismo reciba el apoyo criollo.
Paradójicamente, seguramente el gobierno argentino deba elegir su acepta votar a favor de Goldfajn, pese a que, curiosamente, también ocupó el cargo de director para el Hemisferio Occidental, pero hasta hace pocos días. En ese rol tuvo como tarea fundamental, cerrar técnicamente el acuerdo entre el país y el FMI, y llevar adelante las complicadas fiscalizaciones para verificar el cumplimiento de las metas pactadas durante el primer y segundo trimestre del año. El brasileño no es así un personaje simpático para el gobierno de Alberto Fernández, quién le propuso incluso al presidente electo de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, la posibilidad de elegir un candidato de consenso entre los dos países, previo pedido de suspensión de la elección del sucesor de Claver Carone. Se sorprendió el argentino al verificar que seguramente Lula respalde a Goldfajn, lo que puso a Fernández en una disyuntiva: apoyar o no a su casi verdugo dentro del FMI. Argentina tiene otra opción: votar por Bárcena, propuesta por el mexicano Andrés Manuel López Obrador, un político con el que el jefe de Estado criollo mantiene excelentes relaciones. Se supone que entre Bárcena y Goldfajn estará el reemplazante del norteamericano, sabiendo además, tal como adelantó este diario, que el brasileño ya contaría con el apoyo de Joe Biden. Si finalmente Argentina se inclina por este último, su llegada a la cúspide del BID estará garantizada, ya que entre los tres países dominan más del 50% de los votos. Alberto Fernández espera una comunicación con Lula para tomar su decisión.
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