En el mercado mundial de lácteos, el crecimiento de la producción no acompaña el crecimiento de la demanda.
Paralelamente la demanda, fundamentalmente china, no deja de crecer a tasas altísimas. En 2008 este país importó 55.000 Tn de leche en polvo descremada (LPD) y 46.000 Tn de leche en polvo entera (LPE). De acuerdo con las proyecciones del USDA, en 2013 importará 230.000 Tn de LPD y 410.000 Tn de LPE, un 318% y 791% de incremento respectivamente en 6 años.
El mundo necesita leche, pero esto ocurre en un contexto donde los fenómenos climáticos extremos se repiten año a año condicionando la oferta.
La influencia del clima en el mercado de lácteos no se tiene tan en cuenta como en otros mercados porque el 40% de la producción se desarrolla en Estados Unidos y Europa, donde las vacas en general comen granos y forrajes conservados y el otro gran jugador del mercado internacional, Nueva Zelanda, tiene un clima normalmente benigno.
Sin embargo, en julio de 2011, en Estados Unidos, con un litro de leche se podían comprar 1,9 unidades de alimento, mientras que en julio de 2012 el poder de compra cayó a 1,34, todo por una sequía.
En Nueva Zelanda se produjo una sequía histórica en marzo que llevó a modificar las proyecciones de crecimiento. La consecuencia fue que el precio promedio de la LPE en Oceanía subió un 70% entre enero y abril al pasar de 3300 a 5600 US$/Tn.
Sin embargo en la subasta de Fonterra del 1° de mayo el precio de la LPE bajó 500 dólares, en otras cosas porque llovió cuando ya el ejercicio está cerrando. En mayo y junio este país produce el 5% del total del ejercicio. Así de volátil y sensible al clima está el mercado.
La Argentina no es la excepción. La combinación de fenómenos climáticos extremos, inundaciones en la primavera y sequía en el verano, sumados al aumento de precios de los granos en un contexto de precio de la leche que recién sobre fines de 2012 comenzó a recuperarse, hicieron que la producción del segundo semestre de 2012 fuera un 5% inferior a la del mismo período de 2011 y que durante el primer cuatrimestre de 2013 la caída interanual llegue al 9,9%.
En los últimos 6 meses, luego de 2 años de estabilidad, el precio de la leche aumentó un 30 por ciento. Si los valores actuales se mantienen estables hasta fin de año habremos acumulado tres años de inflación del orden del 25% con una mejora en el precio de apenas el 30%.
Para los próximos meses se espera que el mercado internacional ajuste a valores del orden de los 4500 US$/Tn de LPE. En ese escenario la exportación de LPE tendría una capacidad de pago al productor un 20% superior al precio actual. Esto difícilmente ocurra ya que la intervención no tardaría en llegar, a que las principales industrias arrastran pérdidas y a la presión por no aumentar los precios de los productos en el mercado interno.
Mientras tanto las exportaciones de leches en polvo del primer trimestre de 2013 cayeron un 33% respecto del mismo período de 2012 según datos del Senasa.
En marzo, el precio de la leche en Argentina era 0,38 US$/l, mientras que en Uruguay ya se pagaban 0,43 US$/l y en Brasil 0,46 US$/l.
Las oportunidades siguen pasando y la lechería argentina permanece estancada.
En el segundo semestre la producción podría volver a crecer debido al aumento del precio de la leche y a que los precios de los granos están bajando.
De esta manera el año cerraría con un volumen similar al del 2012, año en el que el crecimiento fue 0,73% respecto de 2011, cuando se produjeron 11.206 millones de litros, no 11.600.
De esta manera habremos crecido un 9,5% en 14 años, un triste 0,68% anual.
Por José Quintana | Para LA NACION
Comentá la nota