El filme gallego se quedó con el máximo galardón del Festival. Y las cineastas Laura Citarella y Mercedes Halfon recibieron, de manos de Graciela Borges, la primera edición del premio José Martínez Suárez a las mejores directoras.
“O que arde” (Lo que arde), del director hispano francés Oliver Laxe, resultó este domingo el mejor largometraje del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata: se quedó con el Astor de Oro y, además, fue premiado en la categoría guión con un Astor de Plata, que recayó en el director y en Santiago Fillol. La cinta narra la historia de Amador, un hombre que regresa a su pueblo, ubicado en las montañas de Lugo, Galicia, con un pasado tormentoso.
El Consejero Cultural de la Embajada de España en Argentina, Luis María Bravo, fue el encargado de recibir ambos galardones.
La distinción se llevó a cabo en el marco de la ceremonia de clausura del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, realizada durante la tarde de este domingo en la sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium.
Además, la intérprete tucumana Liliana Juárez fue la Mejor Actriz del Festival, por su labor en “Planta permanente”, del director Ezequiel Radusky. Y el portugués Ventura fue el Mejor Actor de la muestra, por su trabajo en “Vitalina Varela”, la nueva película de Pedro Costa.
“Me sentí como en casa, toda la gente me estaba esperando al finalizar la función”, dijo Juárez, además de actriz también empleada de la administración pública de Tucumán, visiblemente emocionada por el premio obtenido. En el filme interpreta a Lila, una mujer que se dedica a las tareas de maestranza en Vialidad y que entabla una relación de amistad con su compañera. Ambas sueñan con montar una cantina.
Durante la ceremonia de cierre, la organización del Festival de Cine decidió premiar la trayectoria del crítico de cine Luciano Monteagudo, por su tarea desde 1979 en el cine Lugones, espacio de la ciudad de Buenos Aires que ayudó a formar la mirada de varias generaciones de cinéfilos residentes en Capital Federal. Monteagudo se mostró agradecido por el reconocimiento y sorprendido de que muchos de los habituales espectadores de su cine regresen ahora “convertidos en directores de sus propias películas”.
Premio Martínez Suárez
La actriz Graciela Borges, distinguida en la ceremonia de apertura por su gran recorrido en el cine nacional, fue la encargada de entregar el premio José Martínez Suárez del Festival de Cine, un galardón creado en esta edición para conmemorar la figura de quien fue presidente de la muestra durante once ediciones. Borges entregó el premio acompañada por su hijo Juan Cruz Bordeu y por su nieta Jesús Bordeu.
Las directoras Laura Citarella y Mercedes Halfon, autoras de la película “Las poetas visitan a Juana Bignozzi” fueron las galardonadas con la primera edición de este premio. La cinta homenajea a la poeta Bignozzi, a través de la mirada sensible de escritoras más jóvenes y de cineastas. Ambas directoras celebraron el hecho de que el premio recaiga en “una dupla”, lo que reivindica el carácter colectivo del cine.
En una ceremonia caracterizada por la falta de emoción, el cineasta chileno Ignacio Agüero encendió la tarde al recibir el premio Astor al mejor largometraje de la competencia latinoamericana por su trabajo en “Nunca subí al Provincia”. Se trató de un premio compartido con “A febre” de Maya Da-Rin.
“Me ha dado mucho gusto poder subir al escenario para nombrar a Piñera (presidente de Chile) como un presidente criminal, no pude dejar de aprovechar esa ocasión”, dijo y describió las prácticas represivas de la policía de su país con los miles de manifestantes que participan de las protestas. “Violan a las mujeres y hacen desaparecer a las personas, como en los peores tiempos de la dictadura”, dijo.
“Hemos recuperado la palabra pueblo, porque la habíamos dejado de usar, el pueblo está vivo y despierto y atento a las posibilidades de ejercer su soberanía”, agregó el cineasta a LA CAPITAL.
Cineastas, productores, programadores, voluntarios y funcionarios del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (organizador del Festival), de la provincia y del municipio presenciaron ceremonia de clausura de la muestra.
Antes de que comience la ceremonia, un grupo de trabajadores del Teatro Auditorium, agremiados a ATE, subió al escenario para denunciar la precariedad de sus puestos de trabajo. Reclamaron a las autoridades bonaerenses el pase a la planta permanente de la institución.
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